martes, 5 de junio de 2012

Saludarse

    La palabra saludarse me evoca dos palabras importantes para el alma. "salud" y "darse". De forma que el saludo se convierte en un síntoma de buena salud del alma, mientras que el no saludarse revela un claro signo de mala salud del alma. El Señor le da importancia al saludo, hasta el punto que llega a decirnos que si saludamos sólo a los "afines" estamos haciendo lo mismo que ya hacen los paganos. ¿Que tiene eso de particular?
    El ser cristiano es aceptar a Cristo y el camino que nos propone como la alternativa al error y la maldad, que dominan el mundo.
    De siempre me ha sorprendido mucho lo poco que nos saludamos. Sería cuestión de planteárselo, ya que Jesús enseña una cosa, ¿y nosotros hacemos otra?

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