9 DE JUNIO

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     Corazón de Jesús: Te has presentado en nuestro mundo en la humildad de una humanidad completa, tan igual a nosotros, menos en el pecado.  Y has querido vivir nuestras alegrías y tristezas, nuestros gozos y nuestras amarguras, adentrándote en la realidad de cada hombre, mujer, niño, sea pobre, enfermo, rico o lisiado…

Haz que seamos nosotros ahora quienes sepamos entrar en tu Corazón, en tus sentimientos, en lo más íntimo de Ti mismo, conociéndote tan profundamente que lleguemos a sentir tus mismos sentimientos y a conocerte en los detalles de tu interior más hondo. Haznos sensibles a la realidad de nuestros semejantes, con la cercanía con que Tú lo hiciste con nosotros.

Que vivamos el atractivo de tu Persona, conocida desde el Evangelio, y que la fuente en que bebamos de tu amor infinito sea esa Palabra viva en la que Tú te has querido retratar. Que al pensar en tu Corazón misericordioso, sea cada hecho o palabra tuya, cada gesto tuyo contemplado con deleite en nuestra meditación, lo que nos haga sentir que estamos tocando tu Corazón amoroso de Dios y de Hombre.

      Y que no nos encerremos en las pequeñas miras de nosotros mismos, sino que nos lances como apóstoles de tu Amor, sabiendo que al amar a nuestros hermanos y llevarles al conocimiento de tu Persona, estaremos abriéndoles el auténtico sentido de una espiritualidad cristiana.

      Concédenos que, llenos de un gran amor a Ti, rechazando todo lo que nos estorbe para ir a tu Cora­zón, nos consagremos a Él para vida o para muerte, muy seguros de que Tú has vencido primero y nos tienes ya preparado sitio en la Gloria del Padre.