EL CREDO
LAS PETICIONES (ORACIÓN DE LOS FIELES)
El “Credo”
es la explicitación o confesión de los principios básicos de nuestra fe. Se reserva a DOMINGOS y SOLEMNIDADES. Hay
normalmente dos formulaciones. Un es la apostólica
que simplemente enumera los artículos básicos y substanciales. Otra, que
procede de uno de los primeros Concilios Ecuménicos de la historia de la
Iglesia –símbolo Niceno- explicita
más detalladamente y responde a las necesidades que van produciéndose por razón
de movimientos erróneos en sectores de la Iglesia, a medida que se
extiende. Otra formulación del Credo es pascual y se utiliza específicamente en
Resurrección (Vigilia Pascual) y en administración de algún Sacramento
(Bautismo). Otro “Credo” muchísimo más
amplio y explicativo lo hizo Pablo VI, con una necesidad de explicitar la
identificación de la Iglesia Católica ante las muchas intentonas de desvirtuar
el mensaje cristiano.
El Credo responde a las Lecturas por
cuanto que expresamos que esa Palabra de Dios ES NUESTRA FE.
LAS
PETICIONES, u Oración de los Fieles
Están situadas en este momento –tras las
Lecturas- como una necesidad de pedir la fuerza de Dios para que seamos capaces
de vivirla. Somos muy conscientes de
nuestra debilidad…, de la exigencia que encierra el ser cristiano en obediencia
a Dios, que recurrimos al gran resorte que nos ofreció Jesucristo: Pedid y recibiréis, a sabiendas de que
siembre recibiremos Espíritu Santo.
Lo cual quiere decir que unas Peticiones bien estructuradas, deben ir
derechamente al tema de las Lecturas: a lo que allí se nos ha enseñado y se nos
ha pedido como respuesta a la Palabra de Dios.
No niega que haya otras intenciones más particulares. Pero he subrayado el “otras”
porque no es acertado saltar desde la Palabra de Dios, que nos está pidiendo
respuesta, a un conjunto de peticiones tan personales y particulares que parece
que hemos venido a la “ventanilla” a hacer solicitud de “nuestras cosas”. Algo
así como decir: “ahora es la mía”· Y
dejando a un lado la llamada de Dios a través de las Lecturas, vengo yo con mi
retahíla de peticiones personales, familiares, etc. No era ese el intento del que estructuró ese
modo unitario y conjunto que es la Liturgia de la Misa, que leva un hilo
conductor mucho más definido.
Hay que reconocer el poco acierto de los
Libros de Peticiones, oficialmente aprobados, así como reconocer el mayor
acierto del LIBRO DE LA SEDE en los tiempos litúrgicos específicos de Adviento,
Navidad, Cuaresma, Pascua y Resurrección, que van correspondiéndose en las
peticiones con el tema de las Lecturas que se han proclamado. Eso es lo pedagógico, lo acertado, lo que
traduce la razón de las peticiones en este momento de la celebración.
LITURGIA
DEL DÍA
Bello comienzo de la 2ª carta de San Pedro.
Crezca vuestra gracia y paz por el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor.
Su poder nos ha llamado a la posibilidad de conocerlo y a poseer bienes que nos
ayuden a escapar de la corrupción. Por ello, poned vuestro empeño en añadir fe, honradez, buen criterio, dominio
propio, constancia, piedad, cariño de hermanos y amor.
El Evangelio, una de las parábolas más
incisivas de Jesús. Directamente dirigida a los sacerdotes del Templo y a los
fariseos, en la práctica nos concierne a todos:
El Señor nos está recordando cada vez que tenemos que rendir buenos
frutos…, que no somos dueños sino “alquilados”. Que no podemos manejar a
nuestro antojo los dones que nos ha dejado “en arrendamiento” el Señor, porque
un día puede producirse el desahucio.
Lo típico “fariseo” fue querer vengarse echándole mano para apartarlo de
en medio. La gran lección es que el día
que Jesús advierte, lo único honrado es poner pie en pared y buscar el remedio.
1. Cuando estoy en la parte de la oración de los fieles, ¿estoy concentrado, y contesto desde el corazón y el alma, haciendo mía la petición, o simplemente contesto "Te rogamos oyenos", como si la oración consistiera en repetir la frase "Te rogamos oyenos" como si fuera un mantra?
ResponderEliminar2. Cuando la persona que lee la oración de los fieles desde el lugar correspondiente, lo hace con la intención de hacer la oración, o sólo porque toca y simplemente se lee como el que lee un libro?
3. Si los fieles no oyen bien, o el lector no lee bien, la oración se pierde en el aire, porque el que escucha contesta sin haber oído lo que se pide.
4. ¿Por qué no habrá un espacio de tiempo para que los fieles hagan oración de petición personal en silencio o en voz alta en este punto de la Misa?
bueno
ResponderEliminarbueno
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