lunes, 25 de junio de 2012

"Reyes" y juicios


LECTURAS DEL DÍA
             Los “Libros de los Reyes” en la Biblia han tenido varias denominaciones; 2 de “los Reyes” y 2 de “los Paralipómenos” (o también “de las Crónicas”).  O sencillamente 4 “de los Reyes.
             Lo más general es el fracaso sobre fracaso de esos Reyes. Lo cual no es sólo historia sino lo que pudiéramos llamar: “teología bíblica”, o pedagogía.  Porque Dios no quiso que se nombraran reyes en su Pueblo escogido, porque sólo Dios podía ser su Rey.  Pero los israelitas veían que los pueblos limítrofes y más cultos tenían reyes y se empeñaros –contra el anuncio de los enviados de Dios- en que se les nombraran reyes.  Nada puede extrañar que los autores sagrados [“hagiógrafos”], pongan de relieve todo el fracaso humano del Pueblo de Dios que se ha vuelto contra Dios.  Y como, por otra parte,  es una visión absolutamente teocéntrica [Dios tiene que estar puesto en el centro de todo, para los sucesos buenos y para los malos], acaban viendo que cuantos males recaen sobre el pueblo, vienen de Dios que así corrige, e incluso castiga, a su Pueblo.
             Esa es la Lectura primera de hoy.  Y todo esto nos explicará por qué la llegada de Jesús a la historia, es la HISTORIA DEL REINO [o reinado] de Dios.  Dios ha vuelto a ser quien gobierna a SU PUEBLO.
             El Evangelio sería para pensárselo muy a fondo porque Jesús está poniendo el dedo en una llaga muy seria:  lo fáciles que somos para emitir juicios hacia afuera, mientras carecemos de la ecuanimidad necesaria para empezar por mirar la “viga” que llevamos en nuestro ojo. Pero pretendemos sacar la paja que el otro tiene en el suyo.  Jesús es un gran pedagogo.  Con sus exageraciones andaluzas –sus parábolas expresivas orientales- nos lleva al absurdo de quienes emitimos juicios sobre terceros, sin mirarnos primero al espejo.  Luego resulta –advierte Jesús- que nos llega “la viceversa”, y es que los demás nos juzgan como nosotros hemos juzgado. Hay una reciprocidad en los juicios.  Y más de una vez nos quejamos de cómo nos han juzgado…, y resulta que nosotros estamos haciendo exactamente igual.  El aviso de Jesús de quitar primero la viga del propio ojo es esa insistencia mía a que entremos primero en el autoanálisis de nosotros mismos, antes de juzgar actitudes ajenas.  Porque además, la realidad es tan justa, que lo más habitual es que nos pegamos el porrazo en lo mismísimo que hemos juzgado del vecino.  No olvidemos el cuentecillo de la joven que veía siempre percudidas las ropas tendidas de la vecina, cuando en realidad es que ella tenía sucios sus propios cristales.

1 comentario:

  1. Leo tus comentarios a las lecturas del día, a mi el Antiguo Testamento no me dice demasiado, en este caso tenemos delante la miseria humana de los reyes de Israel, todos incluido Salomón.
    Sin embargo el texto evangélico es el que debería estar con letra el doble de grande, ese es el gran pecado de los cristianos, creernos mejores que los demás y actuar de esa manera.
    En tu oración al Corazón de Jesús, apuntas lo dificil que es el equilibrio de la justicia social y posiblemente mas en España donde las personas carecemos o tenemos muy baja la conciencia de nuestras obligaciones laborales.

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