jueves, 21 de junio de 2012

Abluciones de la Misa.


ABLUCIONES
Como nota histórica, apunto el ritual que había de seguirse si caía al suelo alguna Sagrada Forma al repartir la Comunión.  El Sacerdote recogía la Sagrada Forma, iba al Altar y tomaba el purificados para ponerlo allí donde había caído la Hostia consagrada,  Al acabar la Misa, venía a purificar con agua el sitio aquel.

Continuando la Misa, purificaba el Cáliz (y en su caso el Copón que se hubiera acabado).  Se hacía con agua en cada vaso sagrado. Incluso el cáliz tenía una primera “purificación” con vino (no sabré explicarme el por qué, puesto que eso no limpiaba mejor, precisamente).  Después con agua, dejándola caer sobre los dedos (entonces toda Misa necesitaba tener acólito o monaguillo, lo que facilitaba estas funciones), y secaba cada vaso con el purificador.
El sacerdote que hubiera de celebrar posteriormente otra Misa, no purificaba con vino, para preservar el ayuno eucarístico).
Puede observarse ese sentido de profundo respeto hacia el Sacramento.  Hoy podrá pensarse exagerado.  Pero la Liturgia ha tenido muchas fases en la historia, y como realidad viva, ha cambiado y seguirá cambiando.  Buena señal de que no hay fanatismos ni extremismos intocables, que serían señal de inmovilismo e inmadurez.  De ahí el sentimiento que produce el intento involucionista de los tiempos actuales, con grupos muy minoritarios que pretenden marchas atrás y retrocesos que no pueden tener futuro, porque la madurez de la Iglesia y de los fieles va pidiendo todo lo contrario.  Creo que un principio básico de la Liturgia es que pueda llegar por sí misma al pueblo, sin tener que explicarle a cada paso el símbolo que se encierra bajo cada gesto.  Siempre tendrá que haber algo simbólico porque estamos teniendo entre manos un hecho sobrenatural que intentamos expresar con realidades naturales.  Lo que importa es que la liturgia se vaya acercando al pueblo de manera que el pueblo pueda sentirla como suya, como expresión casi espontánea de sus sentimientos espirituales.

LITURGIA DEL DÍA
En los templos regidos por los jesuitas, hoy seguirán preferentemente las lecturas de San Luis Gonzaga, uno de los tres santos jóvenes que tiene la Compañía de Jesús en su florilegio.  Pero sigo en mi explicación lo que es la Lectura continuada, que debe prevalecer sobre las otras posibilidades, no siendo “fiestas” o “solemnidades” litúrgicas, o no siendo un santo patrón o especialmente venerado en algún templo o Asociación con titularidad en ese templo.
La 1ª lectura de hoy, en esa continuación de lo diario, es como un resumen o “epitafio” o “panegírico” del profeta Elías, al que ayer veíamos arrebatado hacia el Cielo.
El Evangelio de hoy sí es para detenerse…, aunque no podamos hacerlo.  Frente a la palabrería y verborrea de los fariseos en sus oraciones, Jesús advierte que con pocas y mejores palabras se ora mejor.  Y pone esa oración-síntesis de toda la vida cristiana que es el contenido del PADRE NUESTRO.  Ya es una novedad muy particular que el creyente pueda ir a Dios y llamarle PADRE, con esa familiaridad y cercanía que supone la relación paterno-filial, tan alejada –y superando- la relación de temor ue pudiera haber anteriormente. Pero advierto que si grande y llamativo es llamar a Dios: “PADRE”, no menos novedoso y trascendental es el hablar en plural. O sea: quedaría imperfecta la oración en la que yo me las quisiera ver a solas totalmente con Dios.  La realidad es que al orar yo, tengo que sentirme portavoz e intercesor de una humanidad. De mi amigo y mi enemigo, del rico y del pobre, del santo y del pecador, del agradable y del desagradable, del creyente y del ateo, del ladrón y el blasfemo… Porque yo solo como tal y rezando para mí y a favor mío, no podría llegar al que e PADRE DE TODOS…, que en cada hombre tiene un hijo y que no quiere que ninguno se quede fuera.  Y si algunos no oran, ni quieren orar, y blasfeman “orando”…, en ellos pone Dios su mirada muy particular, porque quiere que el pecador se convierta y viva.  Y si hemos de seguir esa oración nosotros, ya tenemos que llevar incorporados a todos esos hijos…  Claro que tendremos que bajar a la arena del que está ahí en mi ámbito, y que hasta es posible que sea el “excluido número uno”. Más o menos solapadamente.

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