viernes, 15 de junio de 2012

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


DÍA DEL AMOR
        “Caminar cuatro metros sin amor es caminar al propio sepulcro, con los sudarios encima”.  Así dice un poeta moderno.   Hoy fiesta solemne del SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, es fiesta de caminar con amor hacia le plenitud de una vida.  Si en el mundo dominara el amor: en las personas, en los mayores y en los jóvenes, en los hombres y en las mujeres, en los creyentes y en los ateos, en los ricos y en los pobres, ,en los blancos y en los amarillos…, acababan “las crisis”, las violencias, los odios, las zancadillas, el afán de herir como deporte diabólico.
             ¿De qué nos habla hoy la historia de la salvación?  De un Dios que, cuando Israel era niño y era joven y desconocía aún lo que había detrás de cada suceso, Dios lo llamó a salir de la esclavitud de Egipto.  Y como el pueblo ni se daba cuenta de ello, usó Dios de correas de amor…, de potencia de mucho amor.  Y hasta le llevaba en brazos y le daba de comer. Se enternecían las entrañas de Dios, se conmovía su Corazón.
             Y San Pablo –siendo él el más insignificante- se emociona que a él se la le ha encomendado dar a conocer a los paganos las insondables riquezas del amor de Cristo, a las que “mide” sin medidas…: lo largo, lo ancho, lo alto y lo profundo…  Y no pone metros, ni siquiera esas incomprensibles medidas espaciales que hoy manejan los científicos…   El Corazón de Cristo rebasa todas esas medidas… No tiene parangón.
             Y quedó patente cuando el soldado cruel se atrevió pegar la lazada al crucificado, con tal fuerza que le atravesó todo el pecho y le llegó al corazón.  El soldado descargaba su saña inhumana.  Cristo dejaba abierto el camino hacia su Corazón para que podamos todos entrar por él y sentir el fuego de amor que allí sigue ardiendo…
             Y desde ese Corazón nos llamará a los sencillos, humildes (los otros no saben entrar) para que llevemos nuestros fardos pesados, que nos agobian, y Él se encargará de aliviarnos el peso.
             No dice que no haya yugo en el que cree en Él.  Pero es yugo suave.  El yugo es propio de esclavos. Hay esclavitudes que aplastan; y esclavos felives que tienen la mayor dignidad: Yo soy la Esclava del Señor.  La Esclava más libre que ha dado la historia.  Y Cristo no promete quitarnos la carga…, pero sí hacer de Cireneo que unas veces ayuda y otras toma en brazos, cuando ya está uno que no puede dar el paso, ni ayudado.
             Ésta es la fiesta de hoy.  Por eso brota solo:
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS:  EN TI CONFÍO

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