viernes, 31 de mayo de 2019

31 mayo:Visitación de María


ADIÓS, REINA DEL CIELO. Ha llegado el último día de mayo. La última flor. La satisfacción de un mes dedicado a ti, en el que te hemos recordado desde múltiples colores en los que siempre resplandeció tu bondad y tu labor misericordiosa y protectora sobre nosotros. Al entregarte esta última flor, llevas detrás todo nuestro corazón y todos los mejores deseos de cada uno de nosotros. Lo que hicimos en nuestra vida particular para ponerte más visible en nuestras casas y en nuestras devociones, es lo que hoy encontramos como fruto de este mes de Mayo, que no quisimos que pasara de largo. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Nos despedimos del mes pero no nos vamos de tu mano. Te necesitamos. Y queremos tener contigo sumas delicadezas filiales. Y de tu mano desembocamos ya en el mes de Junio, en el que las “flores” se transforman en frutos en el Corazón de Hijo Jesús.

LITURGIA
                      Celebramos la VISITACION DE LA VIRGEN MARÍA, como colofón del mes dedicado a ella. Y lo hacemos con lecturas propias, como corresponde a una fiesta litúrgica. Tomamos la carta a los Romanos, 12,9-16 en el que San Pablo describe un ideal de vida a los cristianos, y que hoy se aplica excelentemente a la vida de Maria. Dice Pablo que vuestra caridad no sea una farsa, no meras acciones externas que no brotaran de un interior que se implica en ese amor al prójimo. Y concreta: aborreced lo malo, apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. Todo un ideal, un planteamiento de vida cristiana en lo esencial y distintivo de ese seguimiento de la voluntad de Jesucristo.
          En la actividad no seáis descuidados; en el espíritu manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Es el otro aspecto de la vida en plenitud cristiana: la oración, la unión al Señor. Es la plenitud de la caridad, que halla en la relación con Dios el punto culminante.
          Otra característica: la alegría; que la esperanza os tenga alegres; firmes en la tribulación, asiduos en la oración La oración como parte de la vida, porque sin oración no se puede pasar. Una oración que no se limita a rezar, sino que reflexiona y profundiza y deja que el alma encuentre respuestas en el diálogo con Dios, dejando que su Palabra penetre y exija.
          Contribuid a las necesidades del pueblo de Dios; practicad la hospitalidad. Dos concreciones de la caridad.
          Bendecid, no maldigáis. Bendecid a los que os persiguen. Con los que ríen, estad alegres; con los que lloran, llorad.
          Tened igualdad de trato unos con otros, y poneos al nivel de la gente humilde.
          Es una lectura que no puede cortarse y apenas comentarse. Es un manual de examen de conciencia que bien podríamos utilizar en nuestras confesiones.

          El evangelio de Lc.:1,39-56 nos narra  el momento en que María, ya encinta de Jesús, el Hijo de Dios, poniéndose al nivel humilde y servicial, hace el incómodo viaje desde Nazaret a la montaña de Judea para servir a su anciana pariente, que está embarazada de seis meses. Isabel prorrumpe en gritos de júbilo y admiración porque va a visitarla la madre de su Señor, revelación que ha recibido Isabel, invadida por el Espíritu Santo, que nota saltar de gozo a su criatura dentro del vientre, en ese encuentro misterioso de los dos concebidos, desde el seno de sus madres.
          Isabel bendice a María, la agasaja y la alaba. Y María, sin negar ni poder negar todo lo que Isabel dice de ella, voltea hacia Dios esas alabanzas y las hace alabanza de Dios, de la grandeza de Dios que ha hecho maravillas en la pequeñez de su esclava. María no se ve a sí misma sino como esclava del Señor. Y lo admirable es que Dios, el Dueño y Señor, se ha dignado abajarse hasta esa esclava, levantándola del polvo y colmándola de bendiciones.
          Es el canto del MAGNÍFICAT que merece la pena aprenderse de memoria porque es una de las oraciones más hermosas, construidas por la Virgen como respuesta a las palabras de Isabel.

jueves, 30 de mayo de 2019

30 mayo: Un poco y no me veréis


Como niño pequeño dormir. Quiero, Madre, en tus brazos queridos, como niño pequeño dormir Una tierna canción mariana en la que el alma se siente “niña” y tiende sus brazos hacia la Madre, sabiendo que en esos brazos queridos, la seguridad es absoluta. Puede dormir tranquilo una vez que está acogido por ese abrazo maternal que acuna al niño pequeño, o deja reposar la cabeza sobre el regazo sagrado de la madre al que ya es adolescente. Y escuchar los ardientes latidos de tu pecho de madre nacidos, que laten por mí. Ante María prefiere uno seguir siendo niño, aunque en esa mezcla del niño que crece bajo la mirada y la mano de tal madre.

LITURGIA
                      Pablo dejó Atenas. No le había dejado buen sabor aquella estancia, y se fue a Corinto (Hech.18,1-8). Se encontró con un judío llamado Aquila, que ejercía el mismo trabajo de Pablo: tejedor de lona, y trabajaba en su misma casa.
          Los sábados actuaba en la sinagoga, discutiendo con los judíos y procurando convencer a unos y otros, judíos y griegos, que Jesús es el Mesías, dedicándose totalmente a la Palabra. Como los oyentes reaccionaban violentamente con blasfemias contra Pablo y Silas, les hizo saber que se dedicaba a los paganos. La culpa no es mía; caiga vuestra sangre sobre vuestras cabezas (expresión nada extraña, y que reproduce la de los sacerdotes en la plaza del Pretorio).
          Encontró eco en su nuevo lugar, la casa de Ticio Justo que estaba contigua a la sinagoga, y Ticio daba culto a Dios. También Crispo, el jefe de la sinagoga, que creyó en el Señor, con toda su familia, y también muchos que acogieron la acción de Pablo y se bautizaron.

          En el evangelio (Jn.16,16-20) Jesús vuelve a anunciar su muerte en forma que no habla de muerte pero que sus discípulos tienen que intuir, si bien es verdad que aquellos hombres parecían poco avispados para comprender. Jesús les dice: Dentro de un poco ya no me veréis; dentro de otro poco me volveréis a ver. Porque voy al Padre. Para nosotros es muy fácilmente comprensible, porque sabemos ya la historia. Pero ellos no captaban lo que era ese “poco”, y se preguntaban entre ellos qué podía ser. Y dicen expresamente: No sabemos de qué habla. La verdad es que a estas alturas deberían ya de intuir lo que Jesús les quiere anunciar. Pero está visto que sus mentes estaban cerradas.
          Tiene Jesús que intervenir para aclararles los efectos de ese “poco” en que no lo verán: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre. Vosotros estaréis tristes pero vuestra tristeza se convertirá en gozo.
          Nosotros diríamos que es un acertijo que casi está dando la solución a la par que se plantea. ¿Se enteraron aquellos apóstoles? No parece a tenor de las siguientes explicaciones que tiene que darles Jesús. ¿No se enteraban? ¿O se resistían a enterarse? Ese es el punto. Y ahí cabe la reflexión. Muchas personas, cuando se les pregunta si leen y meditan el evangelio, tienen la rápida respuesta de que no lo entienden. Es claro que habrá cosas que no se entienden a la primera o sin una explicación o comentario. Pero hay muchas otras cosas que se entienden perfectamente, pero que no se quieren entender, porque llevarían más lejos, porque exigirían posturas decisivas, huyendo de ciertas ocasiones…, y a eso no se está dispuesto. No digo que no hay buena fe, pero digo que hay veleidad. Que no hay posturas drásticas, que muchas veces son las únicas verdaderas soluciones. Se lucha mucho con la parte emocional y afectiva, y “se querría” adoptar postura, pero es un “querría” absolutamente vacío y carente de decisión verdadera.
          Por eso insisto tanto en que el propósito de enmienda tiene que ser muy concreto y muy sincero, sobre la materia también concreta sobre la que hay que actuar. Que las frases hechas no valen: “Quisiera ser mejor”; “quiero no pecar”… Todo eso o se concreta en realidades y medios, o se queda en agua de borrajas. Y como suelo advertir, convierte la confesión en beberse un vaso de agua. De ahí esas confesiones repetitivas, en las que la misma persona reconoce que viene a confesarse de lo mismo de la vez anterior, y sin haber hecho nada por mejorar y corregir en siquiera alguna cosa.

miércoles, 29 de mayo de 2019

29 mayo: Me queda por deciros


“SANTA MARÍA” es la primera invocación de las letanías, con las que se alaba a la madre de Dios. La SANTIDAD como punto de partida para todo el conjunto de admiraciones amorosas con las que invocamos a María. María fue santa. Quiere decir que ni le sobró ni le faltó en ese vivir siempre en la presencia de Dios. Porque la santidad no es algo añadido a la vida de la persona, sino la plenitud de esa personalidad en la que María vivió abierta siempre a la voluntad de Dios. Parece ya un estribillo repetitivo recurrir a su momento básico, cuando María, saludada por el ángel y siendo informada de los proyectos de Dios, acaba pronunciando: HÁGASE. En realidad no es un estribillo; es la expresión misma de la santidad de María: ponerse decidida e incondicionalmente en las manos de Dios para que Dios dibuje en ella sus propios planes. Esa es la santidad. Por eso es SANTA MARÍA. Por eso es ejemplo y modelo de toda santidad, que ha de pasar necesariamente por ese abandono completo en las manos de Dios.

LITURGIA
                      Pablo llegó a Atenas, cuna del saber. Fue invitado a hablar en el areópago, a los letrados y sabios del lugar. Hizo una disertación muy fundamentada y pudiéramos decir que “científica” para estar a la altura de la cátedra que estaba ostentando. (Hech.17. 15-22, y 18,1). Lo escucharon en toda aquella larga exposición hasta que aterrizó en lo que era el punto central de su discurso: la resurrección de Jesús de entre los muertos. Y allí acabaron ya de escuchar. Había entrado en un tema de fe y su auditorio era de sabios pero no de creyentes. Por eso, unos lo tomaron a broma y otros dijeron: Te oiremos hablar de esto en otra ocasión. Sencillamente Pablo se dio cuenta que había perdido el tiempo, y que la fe no es cuestión de discursos ni brillantes exposiciones históricas. Y acabó marchándose de Atenas en dirección a Corinto.
          Pablo comprendió que el mensaje cristiano no necesitaba florituras, y aprendió que en adelante no quería saber otra cosa que a Jesucristo crucificado. Esa era su verdadera sabiduría.
          No había perdido del todo el tiempo. Se les unió un tal Dionisio (miembro del areópago), una mujer llamada Dámaris y algunos más. No era una cosecha para tirar cohetes, pero el apóstol sabe que una sola persona a la que le llega el mensaje de Jesús, ya merece la pena el tiempo que se le ha dedicado.
          Decía un misionero, al que le acudió a su sermón solamente una mujer con una niña, que se consideraba feliz, porque Jesús le dedicó el tiempo a una sola mujer, la samaritana, ¡y él tenía de oyentes a mujer y media! Por eso nunca se ha de dar por perdido la palabra que se deja dicha en el nombre del Señor. Puede ser que no se ve el fruto de esa palabra…, que puede pensarse que ha caído en barbecho… Y sin embargo ahí queda la semilla soterrada, que podrá crecer en el momento más impensable. Ese es el convencimiento del predicador. Sabe que la siembra es la parte que toca al apóstol, pero que Dios es quien da el crecimiento. Y dirá Jesús: La semilla crece sola y da su tallo sin que el labrador sepa cómo.

          Llegamos al evangelio (Jn.16,12-15) donde espigamos el mensaje que nos deja Jesús en esos momentos últimos de la cena. Imagino a los Once aturdidos por los mensajes de despedida y la cantidad de ideas que les ha ido dejando como testamento de la última hora.
          Y todavía les dice: Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora. Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena No hablará cosas distintas de las que Jesús ha predicado, pero os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará porque recibirá de mí lo  que os irá comunicando, tomará de lo mío y os lo anunciará.
          El Espíritu Santo ha estado muy oculto a la adoración de los fieles durante mucho tiempo. Y sin embargo su labor es de suma importancia porque es el que nos revela la palabra de Jesús y la voluntad del Padre. El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia, y por tanto el que le da vida en esta fase final de la historia. Hoy se recurre mucho más a él, y se es más consciente de la obra esencial que realiza en nosotros. De muchas enseñanzas de Jesús nosotros no podríamos ni barruntar su contenido. Pero el Espíritu nos va llevando a la verdad cada vez más plena, revelándonos interna y misteriosamente el mensaje de Jesús.

martes, 28 de mayo de 2019

28 mayo: El Espíritu Santo


Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos. La Salve es una de las oraciones más rezadas y de mayor devoción popular. Tiene varias invocaciones y peticiones que llegan mucho al alma. Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia. Se empieza con la misma palabra del ángel a María: “Dios te salve”. Se invoca con dos títulos: “Reina y Madre”, y precisamente referidos a la misericordia de que ella es depósito que se derrama sobre sus hijos. Vida, dulzura y esperanza nuestra. Tres invocaciones de alabanza. Ella es nuestra vida; por ella hemos recibido la vida de la gracia de Cristo. Y por ella vivimos la esperanza, como corresponde a la relación del hijo con la madre.
          A ti llamamos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Vivimos en un mundo donde hay tanto dolor provocado por el egoísmo de muchos. ¿Dónde refugiarnos? En el corazón de la madre, al que llegamos gimiendo y llorando. Ella consolará. Ella pondrá su mano sobre nosotros para ampararnos. Ella será abogada nuestra, que vuelve a nosotros sus ojos misericordiosos, y después de este destierro nos muestra a Jesús.

LITURGIA
                      Al celo de Pablo corresponde la persecución de parte de la plebe recelosa que, junto con sus magistrados, desnudaron a Pablo y Silas y los molieron a palos (Hech.16,22.34) y acabaron metiéndoles en la cárcel, con sus grilletes en los pies y cerrojos en las puertas, y el encargo al carcelero de que los vigilara bien.
          Ellos pasaban la noche con cantos al Señor, cuando de repente vino una sacudida tan violenta que se soltaron los cepos y se abrieron de par en par las puertas de la mazmorra..
          El carcelero pensó que lo presos se habían fugado y decidió quitarse la vida, pero Pablo le gritó desde dentro: No te hagas nada, que estamos todos aquí.
          El carcelero encendió una lámpara y comprobó que los presos permanecían en sus celdas, y entonces se echó a los pies de Pablo y Silas y preguntó: Señores, ¿Qué tengo que hacer para salvarme? Y la respuesta fue simple pero profunda: cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia. Le explicaron la palabra del Señor a todos los de la casa, y el carcelero se los llevó a su casa y les lavó las heridas y les ofreció una comida de familia. Se bautizaron todos los de la casa y celebraron haber creído en Dios.
          La verdad que lo que yo he hecho no ha sido más que repetir lo que dice el texto. Pero no quedaba mucho más que decir, encontrando ahí la acción de Dios, no sólo en el terremoto sino en la reacción de aquel carcelero, que acaba convertido y bautizado. Por otra parte deja entrever este episodio que el bautismo se daba también a los niños, puesto que allí se impartió a “todos los suyos”.

          En el evangelio Jesús anuncia que se va (Jn.16,5-11), y se extraña de que no le han preguntado adónde va. Me voy al que me envió. La reacción ante la despedida es de tristeza que les llena el corazón. Por eso Jesús tiene que completarles la visión y darles otro ángulo de mira: Sin embargo, lo que os digo es verdad: os conviene que yo me vaya, porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.
          El Espíritu Santo va a venir cuando se haya ido Jesús. Jesús ha culminado su obra durante su vida. Y sin embargo esa obra queda incompleta de cara a los discípulos, que necesitan otra inspiración, para captar todo el mensaje de Jesucristo. Y no sólo en lo que es constructivo de verdad más completa, sino también como denuncia de lo que va contra la enseñanza de Jesús.
          Por eso cuando él venga, va a dejar convicto al mundo de un pecado, una justicia y una condena. El pecado es que no creen en mí. La justicia es la demostración de que Jesús es tan justo que va al Padre, donde ya no le verán. La condena es la del príncipe de este mundo, que ya está condenado. Es labor de tiempo. Es labor a través del tiempo. El mundo está perdido y hay que denunciarlo. O mejor: está ya abiertamente denunciado. Lo importante es no meternos nosotros en los postulados del mundo, para que ese pecado, esa justicia y esa condena no venga sobre nosotros. Y lo grave es que ese veneno del mundo es muy sutil y se esparce y ramifica de mil modos peligrosos en un mundo que tanto consiente como el mundo en que vivimos. Lo peor que podía pasar es eso que se ha inoculado en algunos: que “ya nada es pecado”. ¡Ahí se metió el mundo!

lunes, 27 de mayo de 2019

27 ,ayo: El Espíritu de la verdad


Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios.; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita. Oración que el Papa ha pedido expresamente que pidamos en los momentos actuales en los que hay una persecución más o menos abierta y más o menos solapada contra la Iglesia. Y en realidad contra él mismo, podemos añadir nosotros. Sea María Santísima la que ampare a la Iglesia, de la que ella es madre. Y abra los ojos de los católicos de todas las facciones, para unir toda la fuerza en fidelidad a la doctrina de la Iglesia, de la que el Papa es garante y al mismo tiempo el mentor que ha de exponer desde su autoridad, los puntos que necesitan una revisión y un cerrar filas en torno a la pureza de la doctrina fiel de la misma Iglesia. Para nuestro tiempo, la puesta en práctica de la riqueza que dejó el Concilio Vaticano II.

LITURGIA
                      Estamos acostumbrados a ver en estos capítulos de Hechos un ir y venir de Pablo por diferentes lugares. Ahora en Macedonia, se detiene en la ciudad de Filipos (16,11-15), donde funda una comunidad con la que siente una intimidad especial, como puede verse en la carta que les dirige mas tarde.
          No se reduce a la ciudad y al lugar de culto. Sale a la orilla del río donde se juntan muchas personas para orar, y traba conversación con mujeres que han acudido allí. Y tiene contacto con una de ellas, Lidia, vendedora de púrpura, que adoraba al Dios verdadero. Acogió plenamente lo que Pablo enseñaba, y se bautizó ella y toda su familia. Invitó a Pablo y su compañero a aceptar: Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa. Y nos obligó a aceptar.

          En Jn.15,26 a 16-4 habla expresamente de la acción del Espíritu Santo, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre: él dará testimonio de mí, y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo. El Espíritu Santo procede del Padre y nos lleva a conocer la Verdad, y nos da la fuerza para dar ese testimonio nosotros. La razón, bien sencilla: desde el principio estáis conmigo. Y por tanto ya llevan sabida una parte importante del estilo y modo de Jesús. Lo que pasa es que una cosa es saber y otra vivir de acuerdo con eso que se sabe. Ahí es donde la Verdad vendrá a nosotros desde la acción del Espíritu Santo en nosotros.
          Os he hablado de esto para que no se tambalee vuestra fe. Es que les queda que pasar por persecuciones y contratiempos cuando llegue el momento de dar ese testimonio. Para entonces ya habrá actuado en ellos ese Espíritu de Dios. Pero sabed que os excomulgarán de la sinagoga; más aún: llegará un momento en que el que os dé muerte, pensará que da culto a Dios. La persecución no viene siempre de parte de los enemigos de la fe. Surge también de parte de las personas religiosas que no quieren ver alteradas sus posiciones. Y “en el nombre de Dios” y como quien rinde culto de fidelidad a Dios, acaba actuando contra los mismos enviados de Jesucristo.
          Advierte Jesús que eso lo harán porque no han conocido ni a mi Padre ni a mí. Han conocido una religiosidad, una creencia, pero no han conocido a Dios y lo que Dios quiere, ni a Jesús y su evangelio. Por eso “en nombre de Dios” siguen sus prejuicios y actúan de acuerdo con esos prejuicios, que vienen a ser como los puntos de apoyo de una religiosidad que no se ha acercado a la persona de Jesús sino a leyes y normas y costumbres.
          De ahí la enorme necesidad de la oracion meditativa y contemplativa que se acerca virgen a la Palabra de Dios, y se deja tocar por ella un día tras otro, hasta crear un verdadero entramado invisible pero real de la enseñanza que nos dejó la palabra y la acción y los sentimientos mismos de Jesucristo.
          Por eso yo recomiendo frecuentemente “dos minutos diarios de evangelio”, a sabiendas de que quien toma esa costumbre, de inmediato nota la necesidad de ampliar los “dos minutos” para dejarse llevar de la Palabra de Cristo y de la Persona adorable del Señor, que acaba ganando el alma y llevándola a otros modos de vivir la fe.

domingo, 26 de mayo de 2019

26 mayo: La paz os dejo


REINA DE LA PAZ.- Aprovechemos que es tema de la liturgia de hoy para encontrar en María un modelo de mujer en paz. Siempre vivió en la paz de Dios. Y en ese clima –que es el propio de Dios y en el que Dios se hace presente- recibió aquel anuncio del ángel. Dice el texto que se turbó, pero no en su paz interior sino en no saber qué saludo era aquel. Era turbación motivada por la sorpresa de lo inesperado. Pero de su paz de alma da fe su serenidad para afrontar la situación: “¿Cómo puede ser eso, pues no conozco varón?” Sencillamente no encajaba el anuncio con la realidad. Pero la realidad –admite María- puede ser otra, y sólo le queda que saber cuál es el plan de Dios. Para concluir con una madurez inconmensurable ponerse a la entera disposición de Dios: “Hágase como Dios quiere”.
          Esa es la paz que nos trasmite María. La paz con la que hemos de proceder en nuestras tribulaciones, acudiendo a María para que ella nos asesore y nos conduzca de la mano hasta la paz de Jesús.
LITURGIA
                      La verdad es que las dos lecturas que llevan la voz cantante (1ª y evangelio) son repeticiones de temas que hemos tenido hace poco, y que necesariamente el blog –reflejando esa realidad- tiene que repetir lo que ya ha quedado dicho en su momento correspondiente.
          La lectura de los Hech.15,2.22-29 comienza de nuevo planteando el tema de la circuncisión que aquellos que bajaron de Judea querían imponer a los gentiles que habían abrazado la fe en Antioquía. Luego salta ya a la solución del caso, cuando Pablo y Bernabé suben a Jerusalén para consultar con los apóstoles y presbíteros, y se juntan en Concilio para deliberar sobre el asunto. Y tras estudiarlo en la presencia de Dios, concluyen que no hay que imponerles a los gentiles unas cargas que a ellos mismos les habían resultado insoportables. Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que las indispensables. Y envían a Silas y Judas como encargados de comunicarlo a la iglesia de Antioquía, con la única tripe exigencia que deben de guardar y que abarca, dicho en términos muy nuestros, que la adoración es sólo a Dios y no a cualquier otra cosa, ni a uno mismo; que se abstengan del uso del sexo egoísta que se toma por puro placer personal; y que respeten la vida, porque el hombre o la mujer no son dueños de la vida, y que de la vida humana sólo dispone Dios. Haréis bien en vivir todo esto.

          El evangelio (Jn.14,23-29) nos pone delante cómo se vive esa adoración única a Dios: El que me ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él. Por el contrario, el que no ama a Dios, no guarda su Palabra. Y advierte Jesús que las palabras que les está diciendo son palabras que vienen de Dios.
          Con todo, no está completado el mensaje, porque todavía no están en condiciones de acogerlo. Pero vendrá el Paráclito, el Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre, que será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando lo que yo os he dicho. Será la acción interior del Espíritu de Dios la que abra el entendimiento de aquellos hombres para que trasmitan el mensaje de Jesús. Y será ese mismo Espíritu el que en nosotros vaya conduciéndonos a entender la Palabra de Dios y Palabra de Cristo.
          La paz os dejo, mi paz os doy, no como la paz que da el mundo. La paz que da Jesús es una paz interna y profunda, que no está reñida con la dificultad y la contrariedad que puede sobrevenir. Por encima de ello planea siempre una paz honda, que se da en el fondo del alma y que no se altera por motivos externos.
          La paz del mundo es una paz superficial que se pierde a la primera de cambio, cuando surge la dificultad. Una paz inconsistente que depende de lo placentero del momento. La de Cristo no es así. Y aun anunciándole ahora que Jesús se va a marchar (y es a su muerte), no debe temblar el corazón de ellos. Se va Jesús pero preparará sitio para todos, y luego volverá al lado de ellos. Si me amarais os alegraríais de que voy al Padre. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo en mí.

          En la Eucaristía, antes de llegar a la comunión, el sacerdote invita a los fieles a darse un signo de paz. No hace falta darla a todo alrededor. Es un signo y con el signo a derecha e izquierda, basta. Lo que se está significando es que el que participa en la Comunión es una persona que tiene paz dentro de su alma y la trasmite por donde va.



          Al Dios de la paz le pedimos que mantenga nuestra alma en paz.

-         Que vivamos la libertad de espíritu que nos ha de dar el adorar sólo a Dios, aun por encima de nosotros mismos. Roguemos al Señor.

-         Que seamos dueños de nuestra conciencia para respetar nuestro cuerpo y nuestra alma. Roguemos al  Señor.

-         Que en nuestros criterios tengamos claro el respeto a la vida, desde la concepción a la muerte natural. Roguemos al Señor.

-         Que amemos a Dios guardando todos sus mandamientos. Roguemos al Señor.


          Danos un alma limpia que camine los caminos de la vida en dirección hacia el Cielo.
          Por Jesucristo N.S.

sábado, 25 de mayo de 2019

25 mayo: No sois del mundo


NUESTRA SEÑORA DEL CAMINO.- Propiamente fue ayer cuando se celebró el día de LA VIRGEN DEL CAMINO ( de la Strada, en italiano, imagen que veneran los jesuitas con mucha devoción en la iglesia del Gesú, de Roma, muy venerada por San Ignacio y sus primeros compañeros). Nos suscita un idea de acompañamiento en nuestro caminar diario, en el que no vamos solos sino con María que nos va llevando y protegiendo y ayudando para que nuestro avanzar diario sea seguro.
            Jesús dijo de sí que es EL CAMINO, la avenida principal. Pero hasta esa avenida somos llevados por MARÍA, como camino que desemboca finalmente en Jesús, y nos deja en manos de su Hijo. Nosotros ponemos cada uno nuestros caminos, veredas y atajos, y en todos ellos María nos tiende su mano fuerte y maternal para que no nos desviemos y para que caminemos con la garantía de desembocar en la avenida central: CRISTO.

LITURGIA
                        Hech.16,1-10 nos cuenta una serie de idas y venidas de Pablo y su encuentro con aquel buen hombre que era Timoteo, del que  le dieron a Pablo muy buenos informes. Y nos encontramos con un hecho excepcional y un tanto extraño: Pablo, el paladín de la no-circuncisión, circuncidó a Timoteo, hijo de griego gentil y de una judía. Juzgó Pablo en esta ocasión que no debía exacerbar a la rama judía, y dio ese paso.
            Por dos veces se alude en este texto a que el Espíritu Santo no les dejó entrar en dos ciudades, sin que se especifique la dificultad real con la que se encontró. Sencillamente lo que fuera en la realidad, para Pablo fue claramente que el Espíritu no les dejaba actuar.
            Contrariamente a esa dificultad, tuvo Pablo un sueño por el que un macedonio le pedía que fuera hasta ellos, por lo que Pablo puso rumbo a Macedonia adonde Dios les llamaba a predicar el Evangelio.

            Jesús dijo expresamente que no rogaba por el mundo. El “mundo” no es el conjunto de la humanidad, sino en su sentido peyorativo es el conjunto de personas y actitudes contrarias y hostiles al evangelio. El mundo es enemigo de Cristo porque es enemigo del orden, de los principios de vida que Cristo predica y ha venido a traer para la salvación. El “mundo” se sitúa enfrente y en contra de esa salvación. Queda irredento. Por eso Jesús no pide.
            En el evangelio de hoy (Jn.15,18-21) advierte a los apóstoles que el mundo les va a hacer la guerra. Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado primero. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
            Es la paradoja de tener que actuar en medio del mundo y para salvar a los hombres que viven en el mundo, y no ser de ese mundo que hace la guerra a Jesucristo. Vivir en medio de la vida real en la que se desenvuelven los humanos, pero no dejándose inficionar por el veneno de la injusticia, el abuso y las mafias de todo género. Yo os he escogido sacándoos del mundo. Vivir como las palomas que en medio del barro y la porquería, no se posan en ello, y todavía llevan en el pico la rama de olivo símbolo de la paz. Es interesante a este respecto la carta a Diogneto, de los primeros testimonios cristianos, en los que se hace una relación de la vida de los cristianos en medio del mundo, con muchas cosas vividas en común con el resto de los demás, y sin embargo con esa otra realidad que se eleva por encima de lo postulados del mundo. Viviendo en el mundo pero sin ser del mundo. Esa carta, muy interesante, se puede ver en internet.
            Concluye finalmente la lectura de hoy: Recordad lo que os dije: No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
            Para acabar con un anuncio duro para aquellos apóstoles que están enfrentándose a la despedida del Maestro: Y todo esto lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.

viernes, 24 de mayo de 2019

24 mayo: Sois mis amigos


ACUÉRDATE, oh piadosa Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ti, implorado tu asistencia y reclamado tu socorro, haya sido abandonado de ti. Animado con esta confianza, a ti también  acudo, oh Virgen Madre de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana. Oh Madre Dios, no deseches nuestras súplicas, antes bien escúchalas y acógelas benignamente. Amén. Oración atribuida a San Bernardo y que puede ser una bella súplica a María y es muy apta para incorporarla a nuestra oración diaria a la Madre de Dios, entre ese florilegio de oraciones con que la piedad se ha dirigido a María a través de los tiempos. San Bernardo fue un enamorado de la Virgen, a quien dedica una buena parte de sus escritos y sermones. Ojalá que nosotros encontremos también ese calor humano filial que nos lleve a dirigirnos a María con esa confianza. Y que cada oportunidad nos ayude a ofrecer a la Virgen nuestra flor espiritual de este mes de mayo.

LITURGIA
                        Hoy tenemos la aplicación concreta a la Iglesia de Antioquía de las conclusiones del concilio de Jerusalén. En Hech. 15,22-31 los apóstoles determinan enviar a Antioquía a Pablo, Silas y Bernabé, junto a otros miembros eminentes de la comunidad, para comunicar autoritativamente aquellas conclusiones, y saldar así definitivamente las dudas que algunos habían llevado a aquella iglesia sobre la necesidad de circuncidar a los gentiles.
            Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros…, fórmula solemne y de magisterio extraordinario por el que se zanja la cuestión. Y lo decidido –ya lo conocemos- es que no se impongan más cargas que las indispensables: que no os contaminéis con la idolatría, que no comáis carne de animales estrangulados y que os abstengáis de la fornicación. Idolatría que hace referencia a los ídolos, que no son sólo muñequitos u objetos, sino todo lo que supone atribuir a cosas o animales…, o al propio yo, un valor que ocupa el lugar de Dios. Y eso no es tan lejano ni tan ajeno. Merece la pena examinarse.
            La vida, que está significada en esa carne de animales estrangulados, pero que para nosotros ya no es el problema en sí, sino toda la proyección que tiene en lo tocante al respeto a la vida en todas sus etapas. No se puede matar nunca: ni al feto concebido, ni al anciano decrépito, como no se puede matar a un semejante cualquiera. Tan sensibles como somos a la “pena de muerte”, y tan laxos en el aborto (que es pena de muerte a un inocente).
            Y abstenerse de la fornicación, que abarca todo uso del sexo para puro placer egoísta. La sociedad está muy concienciada contra la pederastia y la pornografía. ¿Pero concienciados en primera persona, ante la oferta diabólica del Internet o las películas? Porque roza el peligro quien flirtea con esas realidades tan a la mano.

            Una vez más el evangelio de hoy incide en el amor mutuo: como yo os he amado (Jn.15,12-17). Y Jesús ha amado hasta entregar su vida. Pues bien: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por el amigo. Y entonces se viene Jesús a lo cordial: vosotros sois mis amigos. Por vosotros doy la vida. Por todos los hombres doy la vida…, todos los hombres son mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
            Ya no os llamo siervos sino amigos. El amigo sabe todo lo que yo he oído a mi Padre y lo he dado a conocer.
            Yo os he elegido; no vosotros a mí sino yo a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto dure. De este modo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé.
            Para acabar con lo mismo que ha empezado: esto os mando, que os améis unos a otros.

jueves, 23 de mayo de 2019

23 mayo: Como el Padre me ama


REINA DE LAS FAMILIAS.- La familia, con ser una institución humana, es juntamente una realidad esencial en la vida de los hombres, de modo que bien puede mostrarse como realidad que lleva el sello divino. La familia es cosa sagrada. De ahí la guerra que está padeciendo desde los enemigos de todo orden establecido, donde están los dirigentes políticos y los medios de comunicación mediatizados por fuerzas superiores supranacionales. Uno de los objetivos de esa actuación es directamente acabar con la familia, realidad tan fácil desde los colegios y la enseñanza sesgada.
            En medio de esa realidad, María fue madre de familia, de una familia ejemplar, y María defiende la familia como algo básico para la obra de su Hijo. La familia es la iglesia en germen. En la familia deben crecer los valores y principios cristianos. Y eso va mucho con María, para quien la obra de su Hijo es algo fundamental. Por eso se le invoca con la advocación de REINA DE LAS FAMILIAS, esperando su patrocinio y su actuación en todas y cada una de ellas.

LITURGIA
                        Hubo en aquel concilio gran discusión con el tema de la circuncisión o no circuncisión de los gentiles. (Hech.15,7-21). Al cabo se levantó Pedro haciendo uso de su autoridad, y declarándose a sí mismo apóstol de los gentiles. Dios, que penetra los corazones, mostró su aprobación dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. ¿Por qué provocáis ahora a Dios imponiéndoles a esos discípulos unas cargas que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar?
            Y contraponiendo claramente la ley a la gracia…, el cumplimiento de normas a la acción salvífica de la redención, afirma que nosotros creemos que lo mismo ellos que nosotros, nos salvamos por la gracia el Señor Jesús. Lo que equivale claramente a decir que no es necesaria la circuncisión.
            Con todo, Santiago, como relator, resume la discusión recordando que eso estaba ya profetizado de antiguo, y que por tanto no hay que molestar a los gentiles que se convierten. Basta con que no se contaminen con la idolatría, la fornicación y la sangre de animales estrangulados. Esto de la sangre era importante porque en la sangre se significaba la existencia de la vida, y la vida es sagrada. Y en el animal estrangulado, se conserva la sangre del mismo. Lo cual nos estaría también llamando a todos al respeto de esas tres notas significativas, para vivir una vida acorde con la fe: no contaminarse con la idolatría, la fornicación y la falta de respeto a la vida.
            Llevado ya al extremo, es el argumento que esgrimen los testigos de Jehová para no aceptar las transfusiones de sangre. El absurdo está en dejar morir con tal de no recibir la transfusión, anteponiendo el medio al fin. Y por razón de no recibir lo que puede salvar una vida, aceptar la muerte que se podría evitar. El católico sabe que un medio que no supone muerte sino vida, es perfectamente asumible, siguiendo el pensamiento de Cristo: En sábado ¿se puede salvar una vida o dejarla morir? Y se da la respuesta a sí mismo actuando en favor de un enfermo.
            El evangelio es breve y casi que no avanza en la idea más allá de lo que ya ha dicho antes. Jn.15,9-11 es la síntesis que nos afirma en boca de Jesús que como el Padre me ha amado, así os he amado yo. PERMANECED EN MI AMOR. Tema que ya ha quedado explicado. Lo que podríamos decir más novedoso es que el amor que Jesús a nosotros es el mismo amor del Padre a Jesús. A la manera del amor de Dios a su Hijo, así es el amor de Jesús a nosotros. Lo importante es permanecer en ese amor de Jesús, guardando los mandamientos de Dios y guardando el mandamiento de Cristo sobre el amor. También ahí el amor que hemos de vivir entre nosotros es COMO el que Jesús ha puesto en nosotros. Jesucristo vive el amor de Dios y permanece en ese amor guardando la voluntad de Dios.
            Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud. Dicho esto en el contexto de una hora antes de entrar en la pasión, tiene un valor excelente, porque supone la alegría interior de quien vive la voluntad de Dios, y quiere que esa misma alegría sea la que vivamos nosotros en toda su extensión. Una alegría que sólo se entiende desde la fe.

miércoles, 22 de mayo de 2019

22 mayo: Yo soy la vid


Oh, Señora mía…, oh Madre mía, yo me ofrezco del todo a ti, y en prueba de mi filial afecto te ofrezco mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo. Oh madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya.
            Es el ofrecimiento del día a María Santísima, “Del todo”, sin querer reservarme nada para mí. Un abandono total en el corazón de la madre. Eso comporta una serie de actitudes personales: mis ojos tienen que mirar como miraba María, y apartarse de aquello de que María apartaba su mirada; por ejemplo de lo que podían ser defectos ajenos. Mis oídos para solo prestar atención a lo que construye, a lo positivo. Mi lengua, que no debe pronunciar palabra que desdore al hermano, al semejante, y debe hablar palabras edificantes, acordes con la palabra de Dios. Mi corazón: un corazón  puro, limpio, abierto, servicial. Que es la manera de que todo mi ser esté puesto en las manos de María y le venga a obsequiar con cariño filial.

LITURGIA
                        Lo habitual: al cabo de un tiempo en que ya se ha consolidado bastante un nuevo orden de cosas, que han superado las prácticas antiguas, surgen los retrógrados que pretenden volver a esas prácticas, y vienen como iluminados que traen la verdad. Pablo y Bernabé se encuentran que en su misión entre los gentiles, no han considerado que hubiera que circuncidarlos para abrazar la nueva fe. Y ellos están convencidos de que es así. Pero para fundamentarse y caminar acordes con el resto de los apóstoles, se vienen a Jerusalén para dilucidar qué valor tiene la novedosa exigencia de circuncidar a los que van a abrazar la fe cristiana. (Hech.15,1-6)
            Los recibieron cordialmente en Jerusalén. Y ante la insistencia de algunos fariseos sobre la necesidad de circuncidar, se reunieron los apóstoles y los presbíteros para estudiar el caso y dictaminar. Estamos a las puertas del primer concilio ecuménico de la Iglesia naciente.

            Entramos en Juan en el capítulo 15, que comienza con la nueva “personalidad” o identidad que Cristo dice de sí: Yo soy la vid. De hecho es una comparación porque la vid no es una persona y Cristo es persona. De ahí que se trate de una alegoría o comparación, para expresarse una manera de actuar de Jesús. La vid se compone del tronco principal y de las ramas. El tronco es el que lleva la fuerza y la distribuye en sus sarmientos, que tienen vida por estar entroncados en el tronco central. Y pierden toda su razón de ser cuando son cortados y separados de la vid. Los sarmientos se llenan de hojas que dificultan el desenvolvimiento del fruto. De ahí que el viñador tiene que despampanar…, quitarle hojas al sarmiento, e incluso cortar aquellos sarmientos que perjudican a los más desarrollados.
            He ahí el punto de comparación que busca Jesús: Yo soy la vid y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto, lo corta y a todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. Es la descripción sencilla del desenvolvimiento de una vid.
            Jesús ahora se dirige a sus apóstoles y les dice que ellos están ya limpios por las palabras que les ha comunicado. Lo que les toca es permanecer en mí y yo en vosotros, como sarmientos unidos a la vid y la vid sosteniendo y vitalizando a sus sarmientos. “Permanecer en” es una imagen muy rica, que va mucho más allá de ser sarmientos de la vid. Encierra la idea de “inhabitación”, que es uno de los temas preferidos por los místicos, y que encierra una imagen muy agrícola del INJERTO. Sobre el tronco vigoroso principal, se incrusta un esqueje de otra especie, que acabará soldándose y formando parte inseparable del tronco vigoroso. Nosotros somos injertados a la vid de Cristo, de manera que ya no somos nosotros sino que es Cristo quien vive en mí.
            Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseáis y se realizará. Otro misterio de la oración, por el que Jesús nos dice algo que luego tiene su modo de ejecución, pues muchas cosas pedimos que no se realizan. Seguramente es que no pedimos “permaneciendo en él”, ajustándonos a la voluntad del Padre. Pero nunca nos desanimemos porque lo que hoy no se ha realizado, está ahí a las puertas de realizarse al modo de Dios.

martes, 21 de mayo de 2019

21 mayo: Yo amo al Padre


REFUGIO DE PECADORES.- Santa María, Madre de Dios, RUEGA POR NOSOTROS PECADORES. En efecto, María es Madre de todos los hombres y mujeres, y una madre siempre es refugio. ¿Qué podrá hacer un hijo que no encuentre en su madre el perdón, la acogida, el corazón abierto? El hijo, por muy díscolo que sea, siempre hallará en su madre una disculpa, una justificación.
            María es la más perfecta de todas las madres y podemos estar muy seguros de que en ella siempre tenemos un refugio. Más de una vez podemos pensar que alguien “está dejado de la mano de Dios”, como dice equivocadamente el dicho popular. Lo que ese pueblo no dice es que alguien está dejado de la mano de María. De ella siempre esperamos la mano maternal que se tiende a nosotros y nos refugia.

LITURGIA
                        Pablo va de suceso en suceso. Ayer lo tomaban por un dios. Hoy lo apalean y lo dan por muerto unos judíos procedentes de Antioquía y de Iconio. (Hech.14,18-27). Los discípulos lo recogen y lo llevan a la ciudad y Pablo tiene todavía arrestos para predicar allí y ganar adeptos para la causa de Cristo.
            Luego se marchan a otras ciudades y tras un periplo de varios lugares en que predican, vuelven a Antioquía, a la que le informan de lo que habían hecho por los otros lugares, y cómo se había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Y se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.

            Jn.14,27-31 nos pone por delante ese dicho que repetimos en cada Misa y que constituye un distintivo de la obra y el estilo de Jesús: La paz os dejo, mi paz os doy. Donde hay paz, está Jesús. Por supuesto no es la paz cómoda de quitarse de encima los problemas. No os la doy como la da el mundo. El mundo tiene otra paz y entiende de otra paz basada en huir de los problemas y echárselos a las espaldas, dejando en la estacada al prójimo. La paz de Cristo pide la implicación de cada sujeto en las realidades que le rodean, aun con sacrificio: amar COMO YO OS HE AMADO. Y el amor de Jesucristo es un amor que llega a la muerte por el bien de la persona amada. Por eso la paz de Cristo encierra una lucha y una guerra, pero en uno mismo, hasta doblegar las propias comodidades en beneficio del hermano que necesita. Eso es amor y esa es la paz que se genera desde el amor.
            Jesús se despide. Y advierte que el amor a él ha de llevar consigo la alegría de que se vaya, por el hecho de que su ida es parte de los designios salvíficos de Dios, y el camino para ser glorificado plenamente. Si me amarais os alegraríais de que yo me vaya al Padre. Es el gozo por el gozo del triunfo del amigo. Y todo esto va dicho de antemano para que cuando suceda, sigáis creyendo, sigáis teniendo confianza en mí.
            Ya no hablaré mucho con vosotros. En realidad, lo que ya está hablando ahora. Porque muy poco después va a seguir el Huerto y la Pasión y la muerte. En efecto Se acerca el Príncipe de este mundo. Se acerca el momento del poder de las tinieblas. Y no queda Jesús como un hombre derrotado: No es que él tenga poder sobre mí. Pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y que lo que el Padre manda, yo lo hago. Y ha llegado esa hora en que el Príncipe de este mundo va a llevarlo hasta la cruz, sin saber que en ese momento mismo, la primera gota de sangre derramada por Jesús es el fin del poder de las tinieblas. Ha de pasar por la muerte; ahí está ese misterio del plan de Dios, que entregó a su Hijo para la salvación de la humanidad perdida. Y Jesús ama al Padre y hace lo que son esos planes misteriosos de la salvación.
            No nos puede extrañar después que la paz de Cristo para nosotros incluya la cruz, nuestra cruz, nuestras cruces, las que trae en sí la vida diaria, o las que pueden presentarse más especiales en determinados momentos de la vida. El secreto es llevarlas en paz y en aceptación, sabiendo que los planes de Dios son misteriosos y que Dios se nos hace presente de múltiples maneras.

lunes, 20 de mayo de 2019

20 mayo: Amor a Jesús


ESTRELLA DE LA MAÑANA. A los navegantes de tiempos atrás, cuando no había toda la sofisticación de medios actuales para la orientación en medio del mar, el lucero matutino o ESTRELLA DE LA MAÑANA era el punto de orientación que daba a los marinos la ruta a seguir para llegar a puerto.
          A María se le compara con esa estrella que sirve para hallar el norte de nuestra vida y conducirnos al puerto de salvación. Ella es esa luz que brilla en medio de la oscuridad, y hace caminar con certeza de que nos encontraremos con Jesús, hacia el que nos dirigimos. Ella ha sabido caminar por en medio de muchas oscuridades de la vida, en que tuvo que aferrarse a su fe para salvar momentos muy tormentosos. Y desde entonces ella queda constituida faro que nos orienta a nosotros para que sepamos seguir la ruta de nuestra salvación.

LITURGIA
                      Pablo ha anunciado la buena noticia a los presentes de Iconio. Unos se han puesto a favor y otros en contra. Como se ha formado un tumulto de gentiles y judíos, pretendiendo ultrajar a Pablo y Bernabé, huyeron hacia las ciudades de Licaonia, Listra y Derbe y regiones vecinas, donde predicaron la palabra de Dios. Había en Listra un hombre lisiado que nunca había podido ponerse en pie. Pablo se dirigió a él y le mandó: Levántate y ponte en pie. El hombre dio un salto y se puso a andar,
          Las gentes admiradas por el suceso, en lenguaje licaonio gritaron: Dioses en figura humana nos han visitado. Y los sacerdotes y el pueblo pretendieron ofrecerles sacrificios de animales como a dioses, llamándolos con nombres de dioses. Cuando Pablo y Bernabé lo advirtieron, se rasgaron las vestiduras e irrumpieron en medio de las gentes para expresarles que ellos eran hombres como los demás de aquella ciudad, y que si se había curado aquel enfermo era por la fuerza de Jesucristo, y que habían venido a ellos para liberarlos de los errores de sus religiones de dioses que no son Dios.  Apenas lograron persuadirles. Aquí queda hoy esta narración, que de suyo tiene otras consecuencias que se verán otro día.

          El evangelio de Jn. (14,21-26) sigue con los dichos del Señor en el discurso de la Cena. El que acepta mis mandamientos y los cumple, ese me ama. Al que me ama, lo amará mi Padre y yo también lo amaré y me manifestaré a él. He aquí una clave para la oración: el amor a Jesucristo. El tratarlo con intimidad, El buscar conocerlo más y más desde la Palabra: hechos y dichos de Jesús. Y conforme se fomente esa ida al Evangelio, más se irá encontrando la enjundia de sus dichos y hechos: Jesús ama y se manifiesta. Por eso no aciertan quienes dicen que no saben hacer oración. La oración no es una ciencia infusa; se aprende con el ejercicio de la misma. Lo que requiere es perseverancia y una constancia que supera los desánimos y los tiempos de sequedad en que parece no poder hacerse nada.
          No se pierde el tiempo dedicado a la oración, aunque a veces se encuentre uno frío y desolado. La oración llama a la oración y un día se abre la mente y el corazón y encuentra uno los efectos de haber sido perseverante en la búsqueda de Jesucristo, hasta conocerlo internamente (sus sentimientos, sus pensamientos, sus preferencias y gustos) y que nos penetra a nosotros también muy dentro. Todo ello nos llevará a un amor cada vez más fino, y surgirá el deseo de seguirle y servirle.
          El que me ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él. Dicho todo esto como promesa en la que Jesús compromete su palabra. Lo dice de forma directa y absoluta. Y la palabra que os digo no es mía sino del Padre que me ha enviado.
          Al que no ama, ni guarda la Palabra de Jesús no vendrá a él la fuerza de Dios.
          Y añade: Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado. Pero el Defensor, el Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre, será quien os enseñe todo y os vaya recordando lo que yo os he dicho.
          Seguimos en el tema de la oración: Jesús nos ha mostrado muchas cosas. Ha enseñado mucho mientras ha estado en su vida mortal. Cuando él se vaya, el Padre enviará en nombre de Jesús al Espíritu Santo, y él conducirá a las almas a una verdad cada vez más amplia…, más completa, que recuerda lo que Jesús ha hablado durante su vida, y añade esas nuevas manifestaciones de Dios que dedica a cada alma que se pone a la escucha de la Palabra, y en definitiva a la escucha de Jesús y de su Espíritu Santo.
          Judas Tadeo le expresó a Jesús su admiración porque ahora estaba diciendo cosas que les enseñaban mucho nuevo.