lunes, 31 de julio de 2017

31 julio, 1ª parte

LITURGIA
                        Hoy va por partida doble. De una parte va el final de la autobiografía que, leído con cuidado, es enormemente expresivo. Y no he querido cortarlo por la riqueza que encierra para comprender la personalidad de Ignacio.
            De su liturgia tengo que ir un poco a la memoria porque en mi “diáspora” no tengo el Misal propio de la Compañía de Jesús para hacer una parada más detenida.
            Pero sé que la primera lectura es una referencia a la característica ignaciana del DISCERNIMIENTO, del saber elegir a la luz de Dios. Te pongo delante el bien y el mal, la vida y la muerte. ELIGE el bien y vivirás.
            Punto central de los Ejercicios espirituales de San Ignacio es el discernimiento, porque se trata de buscar y hallar la voluntad de Dios, sin perderse en cosa alguna desordenada. [Y el “desorden” en la mentalidad ignaciana es lo que no va derechamente hecho o elegido por agradar a Dios]. De ahí que el discernimiento vaya como frontispicio de la liturgia de este día.
            El evangelio es el muy conocido: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Responde también al núcleo de los Ejercicios de un mes entero, del que 20 días se pasan conociendo internamente al Señor, que por mí se ha hecho hombre, para que MAS LE AME Y LE SIGA. A base de pasarse 5 horas diarias contemplando a Jesucristo, es como se puede dar respuesta a la pregunta que Jesús hizo en el Evangelio.
            Hay una observación curiosa: que Ignacio no pide “el conocimiento de Jesús” sino el conocimiento interno del Señor. Se trata de no quedarse en la humanidad de Jesucristo, con ser ella el centro de las contemplaciones, sino dar el salto al SEÑOR, al Cristo resucitado, al Cristo Hijo de Dios y al Cristo que se prolonga en los hombres que tienen hambre o sed o están enfermos o presos…, y al Cristo ACTUAL con el que se encuentra cada uno de los que lo buscan en la contemplación. Porque no estamos haciendo ciencia ficción cuando oramos: estamos poniéndonos ante la presencia misma de Jesús, que se nos comunica por el Espíritu Santo.
            Es evidente que eso no se conseguiría sino parándose hora tras hora en la persona, la obra y la enseñanza de Jesús, EL EVANGELIO. Eso es lo que determinó la personalidad de Ignacio y por eso ese evangelio tiene ahí su lugar concreto en la fiesta del Santo de Loyola.

            Quizá un santo poco conocido y admirado por los que no han mantenido una relación con su obra –la Compañía de Jesús- pero un santo de cuerpo entero que entró en las mismas regiones de la mística, como puede apreciarse en el final de su autobiografía

31 julio

HOY es el día de SAN IGNACIO DE LOYOLA
96. Después, acabado el año, y no encontrándose pasaje, decidieron ir a Roma, y también quiso ir el peregrino, porque la otra vez, cuando fueron a Roma los compañeros, aquellos dos de los cuales él dudaba, se mostraron muy benévolos. Se dirigieron a Roma, divididos en tres o cuatro grupos, y el peregrino con Fabro y Laínez; y en este viaje fue muy especialmente visitado del Señor. Había determinado, después que fuese sacerdote, estar un año sin decir misa, preparándose y rogando a la Virgen que le quisiese poner con su Hijo. Y estando un día, algunas millas antes de llegar a Roma, en una iglesia, y haciendo oración, sintió tal mutación en su alma y vio tan claramente que Dios Padre le ponía con Cristo, su Hijo, que no tendría ánimo para dudar de esto, sino que Dios Padre le ponía con su Hijo.
97. Después, viniendo a Roma, dijo a los compañeros que veía las ventanas cerradas, queriendo decir que habían de tener allí muchas contradicciones. Y dijo también: - Debemos estar muy sobre nosotros mismos y no entablar conversación con mujeres, si no fuesen ilustres-. Y a este propósito, después en Roma Mro. Francisco confesaba a una mujer y la visitaba alguna vez para tratar de cosas espirituales, y esta mujer fue encontrada después encinta; pero quiso el Señor que se descubriese el que había hecho el mal. Algo semejante sucedió a Juan Coduri con una hija espiritual suya, que fue encontrada con un hombre. Y yo, que escribo estas cosas, dije al peregrino, cuando me narraba esto, que Laínez lo contaba con otros pormenores, según había yo oído. Y él me dijo que todo lo que decía Laínez era verdad, porque él no se acordaba tan detalladamente; pero entonces, cuando lo narraba, sabe cierto que no había dicho más que la verdad. Esto mismo me dijo entre otras cosas.
98. Desde Roma fue el peregrino a Montecasino para dar los ejercicios al doctor Ortiz, y permaneció allí cuarenta días, en los cuales vió una vez al bachiller Hoces que entraba en el cielo, y en esto tuvo grandes lágrimas y gran consolación espiritual; y esto lo vio tan claramente, que si dijese lo contrario le parecería que decía mentira. Y Montecasino trajo consigo a Francisco Estrada. Volviendo a Roma, se ejercitaba en ayuda de las almas, y estaban todavía en la viña, y daba los ejercicios espirituales a un mismo tiempo a varios; de los cuales uno estaba en Santa María la Mayor y el otro junto al Puente Sixto. Comenzaron después las persecuciones, y comenzó Miguel a molestar y hablar mal del peregrino, el cual le hizo llamar en presencia del gobernador, mostrando antes a este una carta de Miguel en la que alababa mucho al peregrino. El gobernador examinó a Miguel y la conclusión fue expulsarlo de Roma. Después empezaron a perseguir a Mudarra y Barreda, diciendo que el peregrino y los compañeros eran fugitivos de España, de París y Venecia- Al fin, en presencia del gobernador y del que entonces era legado de Roma, los dos confesaron que no tenían nada malo que decir contra ellos ni en las costumbres ni en la doctrina. El legado mandó que se impusiese silencia en toda aquella causa, pero el peregrino no lo aceptó, diciendo que quería la sentencia final. No gusto esto al legado ni al gobernador, ni siquiera a aquellos que favorecían antes al peregrino; pero al fin, después de algunos meses, vino el Papa a Roma. El peregrino fue a Frascati para hablar con él, y le representó algunas razones, y el papa se hizo cargo y mandó se diese sentencia, la cual se dio a su favor, etc.
Hiciéronse en Roma con ayuda del peregrino y de los compañeros algunas obras pías, como son los catecúmenos, Santa Marta, los Huérfanos, etc. Las otras cosas podrá contarlas el Mro. Nadal.
99. Yo, después de contadas estas cosas, a 20 de octubre pregunté al peregrino sobre los Ejercicios y las Constituciones, deseando saber cómo las había hecho. El me dijo que los Ejercicios no los había hecho todos de una sola vez, sino que algunas cosas que observaba en su alma y las encontraba útiles, le parecía que podrían ser útiles también a otros, y así las ponía por escrito, verbi gratia, del examinar la conciencia con aquel modo de las líneas, etc. Las elecciones especialmente me dijo que las había sacado de aquella variedad de espíritu y pensamientos que tenía cuando estaba en Loyola, estando todavía enfermo de una pierna. Y me dijo que de las Constituciones me hablaría por la tarde. El mismo día, antes de cenar, me llamó con un aspecto de persona que estaba mas recogida de lo ordinario, y me hizo una especie de protestación, la cual en substancia consistía en mostrar la intención y simplicidad con que había narrado estas cosas, diciendo que estaba bien cierto que no contaba nada de más; y que había cometido muchas ofensas contra Nuestro Señor después que había empezado a servirle, pero que nunca había tenido consentimiento de pecado mortal, más aún, siempre creciendo en devoción, esto es, en facilidad de encontrar a Dios, y ahora más que en toda su vida. Y siempre y a cualquier hora que quería encontrar a Dios, lo encontraba. Y que aún ahora tenía muchas veces visiones, máxime aquellas, de las que arriba se dijo, de ver a Cristo como sol, etc. Y esto le sucedía frecuentemente cuando estaba tratando de cosas de importancia, y aquello le hacía venir en confirmación, etc.
100. Cuando decía misa tenía también muchas visiones, y cuando hacía las Constituciones las tenía también con mucha frecuencia; y que ahora lo puede afirmar más fácilmente, porque cada día escribía lo que pasaba por su alma y lo encontraba ahora escrito. Y así me mostró un fajo muy grande de escritos de los cuales me leyó una parte. Lo más cran visiones que él veía en confirmación de alguna de las Constituciones y viendo unas veces a Dios Padre, otras las tres personas de la Trinidad, otras a la Virgen que intercedía, otras que confirmaba. En particular me habló sobre las determinaciones, en las cuales estuvo cuarenta días diciendo misa cada día, y cada día con muchas lágrimas y lo que se trataba era si la iglesia tendría alguna renta, y si la Compañía se podría ayudar de ella.

101. El modo que el Padre guardaba cuando hacía las Constituciones era decir misa cada día y representar el punto que trataba a Dios y hacer oración sobre aquello y siempre hacía la oración y decía misa con lágrimas. Yo deseaba ver todos aquellos papeles de las Constituciones y le rogué me los dejase un poco; pero él no quiso.

domingo, 30 de julio de 2017

30 julio: El verdadero valor

Actuando la Providencia
93. Los nueve compañeros llegaron a Venecia a principio del 37. Allí se dividieron para servir en diversos hospitales. Después de dos o tres meses se fueron todos a Roma para tomar la bendición para pasar a Jerusalén. El peregrino no fue por causa del doctor Ortiz, y también del nuevo cardenal Teatino. Los compañeros volvieron de Roma con pólizas de 200 o 300 escudos, los cuales le fueron dados de limosna para pasar a Jerusalén, y ellos no los quisieron tomar mas que en pólizas. Estos escudos, después, no pudiendo ir a Jerusalén, los devolvieron a aquellos que se los habían dado. Los compañeros volvieron a Venecia del mismo modo que habían ido, es decir, a pie y mendigando, pero divididos en tres grupos, y de tal modo que siempre eran de diferentes naciones. En Venecia se ordenaron de misa los que no estaban ordenados, y les dio licencia el nuncio que estaba entonces en Venecia, el cual después se llamó el cardenal Verallo. Se ordenaron a título de pobreza, haciendo todos votos de castidad y pobreza.
94. Aquel año no había naves que fuesen a Levante, porque los habían roto con los turcos. Y así ellos, viendo que se alejaba la esperanza de pasar a Jerusalén, se dividieron por el Veneto con intención de esperar el año que habían determinado, y si después de cumplido no hubiese pasaje, se irían a Roma. Al peregrino tocó ir con Fabro y Laínez a Vicenza. Allí encontraron una cierta casa fuera de la ciudad, que no tenía ni puertas ni ventanas, en la cual dormían sobre un poco de paja que habían llevado. Dos de ellos iban siempre a pedir limosna en la ciudad dos veces al día, y era tan poco lo que traían, que casi no podían sustentarse. Ordinariamente comían un poco de pan cocido, cuando lo tenían, y cuidaba de cocerlo el que quedaba en casa. De este modo pasaron cuarenta días, no atendiendo más que a la oración.
Liturgia del domingo 17A, T.O
          En la 1ª lectura se ha tomado un párrafo del 1Re 3,5.7-12 en que el Señor ofrece a Salomón que pida lo que quiera. Y Salomón pidió la sabiduría para saber gobernar a aquel pueblo y enseñarlo a discernir el bien del mal.
          No pidió nada para sí; no pidió tronos y riquezas. Y a Dios le agradó mucho aquella petición y le anunció un corazón sabio e inteligente, como no lo habrá después de Salomón.
          Esto enlaza con la gran sabiduría que enseña Jesús sobre el tesoro escondido en el campo, ante el que quien tiene ese hallazgo es tan listo que lo vuelve a esconder para que no sea descubierto, mientras que él se va a vender con alegría todo lo que tiene para sacar dinero y poder comprar el campo en donde está enterrado el tesoro. Es una sabiduría humana, que es capaz de deshacerse de todo lo que se tiene, porque sabe que todo es una bagatela al lado del gran tesoro que ha hallado. Una capacidad humana para valorar lo que más vale, aunque sea a costa de perder otra parte.
          Pues bien: esa sabiduría es la que Jesús enseña que tiene que tener el que descubre el valor del Reino (Mt 11,44-52): que merece la pena perderlo todo, y perderlo con alegría, con tal de ganar el Reino.
          Está exponiendo Jesús esa SABIDURÍA que supone saber perder lo menos para alcanzar lo más. Y “lo menos” son todas esas “riquezas” y “posesiones” humanas en las que vivimos enredados y que nos aferramos a ellas como si fueran el valor que no estamos dispuestos a perder, y mientras tanto perdemos la riqueza que nos brinda Jesús y que nos llega a través del Evangelio. No está dando teorías el Señor: lo podemos constatar en nuestras vidas personales y observar que perdemos tesoros clarísimos porque estamos enredados en nuestras bagatelas, y que –lo peor- es que ni lo advertimos en muchas ocasiones, y que tenemos una capacidad inmensa de autoengaño. Por eso o no advertimos el “tesoro”, o lo pasamos por alto, o subrepticiamente lo eliminamos. No es fácil “venderlo todo”, porque somos de los que preferimos el pájaro en mano que ciento volando.
          La 2ª lectura (Rom 8,28-30) nos aporta la seguridad de que a los que aman a Dios, todo les sirve para el bien. Lo que significa que en ese amor a Dios va incluido ya todo suceso de la vida, y pase lo que pase, sabe uno que va llevado por Dios hacia el bien, hacia un efecto bueno. Y eso, aunque el paso que se esté dando en ese instante aparezca como negativo, doloroso, malo. El amor a Dios hace ver las cosas desde otra visión, como el que se pone unas gafas de colore y acaba viendo coloreado todo lo que tiene por delante. Y sólo se pierden de la vista aquellas cosas que son del mismo color que los cristales de las gafas. “Lo malo” se acaba por no ver, y entre las brumas de la visión, las cosas aparecen coloreadas.

          Es un efecto de la EUCARISTÍA, que bajo el prisma del sacrificio de Jesús, todo lo demás adquiere un sentido salvador.

sábado, 29 de julio de 2017

29 julio: Vuelve a los compañeros

No será extraño que pase 3 días sin comunicarme por el blog.
A Italia
90. Pero, cuando hubo salido de Guipúzcoa, dejó el caballo, sin tomar nada, y se fue en dirección de Pamplona, y de allí a Amazán, pueblo del P. Laínez, y después a Sigüenza y Toledo, y de Toledo a Valencia. Y en todas estas tierras de los compañeros no quiso tomar nada, aun cuando le hiciesen grandes ofrecimientos con mucha insistencia. En Valencia habló con Castro, que era monje cartujo; y queriéndose embarcar para venir a Génova, los devotos de Valencia le rogaron que no lo hiciese, porque decían que estaba en el mar Barbarroja con muchas galeras, etc. Y por muchas cosas que le dijeron, suficientes para ponerle miedo, con todo, nada bastó para hacerle dudar.
91. Llegado a Génova, emprendió el camino hacia Bolonia, y en él sufrió mucho, máxime una vez que perdió el camino y empezó a andar junto a un río, el cual estaba abajo y el camino en alto, y este camino, cuanto más andaba, se iba haciendo más estrecho; y llegó a estrecharse tanto, que no podía seguir adelante, ni volver atrás, de modo que empezó a andar a gatas, y así caminó un gran trecho con gran miedo, porque cada vez que se movía creía que caía en el río. Y esta fue la más grande fatiga y penalidad corporal que jamás tuvo; pero al fin salió del apuro. Y queriendo entrar en Bolonia teniendo que atravesar un puentecillo de madera, cayó abajo del puente; y así, levantándose cargado de barro y de agua, hizo reír a muchos que se hallaron presentes. Y entrando en Bolonia, empezó a pedir limosna, y no encontró ni siquiera un cuatrín, aunque la recorrió toda. Estuvo en Bolonia algún tiempo enfermo; después se fue a Venecia siempre de la misma manera.
92. En Venecia por aquel tiempo se ejercitaba en dar los ejercicios y en otras conversaciones espirituales. Las personas mas señaladas a quienes los dio son Mro. Pedro Contarini y Mro. Gaspar de Doctis, y un español llamado por nombre Rozas. Y estaba también allá otro español, que se llamaba el bachiller Hoces, el cual trataba mucho con el peregrino y también con el obispo de Cette, y aunque tenía algún deseo de hacer los ejercicios, con todo no lo ponía en ejecución. Al fin resolvió hacerlos; y después que los hizo, a los tres o cuatro días, expuso su intención al peregrino, diciéndole que tenía miedo no fuese que le enseñase en los ejercicios alguna doctrina mala, por las cosas que le había dicho un tal. Y por eso había llevado consigo ciertos libros para recurrir a ellos en el caso de que quisiese engañarle. Este se ayudó muy notablemente en los, ejercicios, y al fin se resolvió a seguir el camino del peregrino. Fue también el primero que murió.
Liturgia
          Ex,24,3.8. Recibido el Decálogo, Moisés lo pone por escrito y edifica un altar en la falda del monte y ofrece allí víctimas y holocaustos como sacrificio de comunión. Después leyó al pueblo el documento y el pueblo respondió: Haremos todo lo que manda el Señor y le obedeceremos. Moisés roció con la sangre de los animales a todo el pueblo, y pronunció palabras de alianza que quedaba hecha por Dios y aceptada por los israelitas; Esta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.
          Sin duda estas palabras nos evocan  mucho a nosotros la celebración de la Alianza definitiva que firmó Jesús, y que ya no fue con sangre de animales sino con su propia sangre, en el acto sublime de la ALIANZA NUEVA Y ETERNA PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. De ahí que aquellas personas que no quieren cuentas con el Antiguo Testamento, carecen de conocimientos para entender mejor el Nuevo y poder establecer la continuidad de la acción liberadora de la Historia de la salvación. De ahí también la carencia que llevan esas generaciones a quienes se les ha privado del conocimiento de la HISTORIA SAGRADA, y que se desenvuelven en su fe como pillada con alfileres y sin saber de dónde viene y por qué viene cada cosa.
          Volvemos en Mt 13.24-30 a la parábola de la cizaña, que ya hemos tenido el pasado domingo. Jesús fue realista. Vivió la vida real y se encontró con la maldad humana. Él predicaba buena doctrina, y sin embargo hallaba la maldad que se desarrollaba simultáneamente y a la par de su enseñanza. No podía ser más que una acción de un enemigo, que entremezclaba y sobresembraba cizaña sobre el buen trigo que él había sembrado. Allí estaban los doctores de la Ley y los fariseos, aparte de otros que también echaban su veneno sobre las almas. Jesús sabe que eso tiene que ser así; que no cabe separar en la vida una cosa de otra. Será después, cuando llegue el momento de la siega –la hora final- cuando Dios se encargará de hacer la separación. Y la maldad será recogida en gavillas para ser quemada, y las personas fieles y que han luchado en su vida por serlo, serán acogidas en los graneros de Dios.

          Es puro realismo. La parábola tiene la forma de cuento pero el contenido es la mismísima realidad. 

viernes, 28 de julio de 2017

28 julio: Guipúzcoa

En su tierra natal
87. Y hecho esto, montó en un caballo pequeño que los compañeros habían comprado, y se fue solo hacia su tierra. En el camino se encontró mucho mejor. Y llegando a la Provincia Guipúzcoa) dejó el camino común y tomó el del monte, que era más solitario; por el cual caminando un poco, encontró dos hombres armados que venían a su encuentro (y tiene aquel camino alguna mala fama por los asesinos), los cuales, después de haberle adelantado un poco, volvieron atrás, siguiéndole con mucha prisa, y tuvo un poco de miedo. Con todo, habló con ellos, y supo que eran criados de su hermano, el cual los mandaba para buscarle. Y un poco antes de llegar a la tierra, encontró a los susodichos que le salían al encuentro, los cuales le hicieron muchas instancias para conducirlo a casa del hermano, pero no le pudieron forzar. Así se fue al hospital, y después, a hora conveniente, fue a buscar limosna en el pueblo.
88. Y en este hospital comenzó a hablar con muchos que fueron a visitarle de las cosas de Dios, por cuya gracia se hizo mucho fruto. Tan pronto como llegó, determinó enseñar la doctrina cristiana cada día a los niños; pero su hermano se opuso mucho a ello, asegurando que nadie acudiría. El respondió que le bastaría con uno. Pero después que comenzó a hacerlo, iban continuamente muchos a oírle, y aun su mismo hermano. Además de la doctrina cristiana, predicaba también los domingos y fiestas, con utilidad y provecho de las almas, que de muchas millas venían a oírle. Se esforzó también por suprimir algunos abusos y con la ayuda de Dios se puso orden en alguno, verbi gratia: en el juego, hizo que con ejecución se prohibiese, persuadiéndolo al que tenía el cargo de la justicia. Había también allá un abuso, y era éste: en aquel país las muchachas van siempre con la cabeza descubierta, y no se cubren hasta que se casan, pero hay muchas que se hacen concubinas de sacerdotes y otros hombres y les guardan fidelidad, como si fuesen sus mujeres. Y esto es tan común, que las concubinas no tienen ninguna vergüenza en decir que se han cubierto la cabeza por alguno, y por tales son conocidas.
89. Del cual uso nace mucho mal. El peregrino persuadió al gobernador que hiciese una ley, según la cual todas aquellas que se cubriesen la cabeza por alguno, no siendo sus mujeres, fuesen castigadas por la justicia; y de este modo empezó a quitarse este abuso. Hizo que se diese orden para que a los pobres se les socorriese pública y ordinariamente, y que se tocase tres veces el " Ave María", esto es, por la mañana, al mediodía y a la tarde, para que el pueblo hiciese oración, como en Roma. Mas, aunque al principio se encontraba bien, después se enfermó gravemente. Y después que se curó, decidió partirse para despachar los asuntos que le habían confiado sus compañeros, y partirse sin dinero; de lo cual se enojó mucho su hermano, avergonzándose de que quisiese ir a pie. Y por la tarde el peregrino quiso condescender en esto de ir hasta el fin de la Provincia a caballo con su hermano y con sus parientes.
Liturgia
          El pueblo israelita se encontré con su Dios (Ex 20,1-17): Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. Y a continuación les da el Decálogo, esa ley de leyes que abarca toda la relación del hombre con Dios y con sus semejantes, y que ha de ser distintiva de aquel pueblo: No tendréis otros dioses, no te harás ídolos (ni figura alguna de Dios). No pronunciarás en vano el nombre de tu Dios. Observa el sábado para santificarlo, pues descansó al séptimo día. Honra a tu padre y a tu madre, no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio contra tu prójimo, no codiciarás los bienes de tu prójimo ni la mujer de tu prójimo,  ni su esclavo, ni su esclava, ni un buey ni un asno, ni nada que sea de él.
          Así enumerado simplemente ya deja una impresión de finura que Dios pide a ese pueblo, y que constituyen una especie de ley universal que haría más humana a la humanidad si se dejara guiar por esa línea de acción. Sencillamente traslademos esas “normas” a la realidad que estamos viviendo en el mundo de hoy, a las noticias que nos llegan de mil clases, y vemos que no se producirían los abusos que se cometen, con la sola aplicación de esas normas que se le estaban dando a un pueblo primitivo.

          Poco podemos añadir en el evangelio (Mt 13,18-23) puesto que al mismo tiempo que se explica la parábola, ya está uno haciendo aplicación de las explicaciones que dio el propio Jesús. Falta haría que los fieles cristianos nos hiciéramos eco de esas llamadas que hay en la parábola. Porque hay “zonas” en nuestra vida practicante que, sin embargo “no están bautizadas” y las pasamos por alto impunemente. Otras “zonas” sin arraigo en las que pasamos como gato sobre brasas. “Zonas” repletas de afanes, caprichos, manías, prejuicios, en los que no puede desenvolverse la verdad y la sinceridad de la palabra de Dios. Lo que no quita que sigamos siendo “buenas personas” que damos ciertos frutos, y que con ellos vivimos conformes y tranquilos. ¡Pero queda tanto por hacer…!

jueves, 27 de julio de 2017

27 julio Ignacio enfermo

Después de París…
84. …-
Es costumbre en París que los que estudian Artes, al tercer año, para hacerse bachilleres, tomen una piedra, como ellos dicen; y como en esto se gasta un escudo, algunos estudiantes muy pobres no lo pueden hacer. El peregrino empezó a dudar si sería bueno que la tomase; y encontrándose muy dudoso y sin resolverse, deliberó poner el asunto en manos de su maestro; y aconsejándole éste que la tomase, la tomó. A pesar de lo cual no faltaron murmuradores, a lo menos un español, que lo noto.
En París se encontraba ya a este tiempo muy mal del estómago, de modo que cada quince días tenía dolor de estómago, que le duraba una hora larga y le hacía venir fiebre. Y una vez le duró el dolor de estómago dieciséis o diecisiete horas. Y habiendo ya en este tiempo pasado el curso de las Artes, y habiendo estudiado algunos años teología y ganando a los compañeros, la enfermedad iba siempre muy adelante, sin poder encontrar ningún remedio, aun cuando se probasen muchos.
85. Los médicos decían que no quedaba otro remedio que el aire natal. Además, los compañeros le aconsejaban lo mismo y le hicieron grandes instancias. Ya por este tiempo habían decidido todos lo que tenían que hacer, esto es: ir a Venecia y a Jerusalén y gastar su vida en provecho de las almas; y si no consiguiesen permiso para quedarse en Jerusalén, volver a Roma y presentarse al Vicario de Cristo, para que los emplease en lo que Juzgase ser de más gloria de Dios y utilidad de las almas. Habían propuesto también esperar un año la embarcación en Venecia y si no hubiese aquel año embarcación para Levante, quedarían libres del voto de Jerusalén y acudirían al Papa, etc. Al fin, el peregrino se dejó persuadir por los compañeros, y también porque los españoles de entre ellos tenían algunos asuntos que él podía despachar. Y lo que se acordó fue que, después que él se encontrase bien, fuese a despachar los asuntos de los compañeros, y después se dirigiese a Venecia y esperase allí a los compañeros.
86. Esto era el año 35, y los compañeros estaban para partir, según el pacto, el año 37, el día de la conversión de San Pablo, aun cuando después, por las guerras que vinieron, partieron el año 36, en noviembre. Y estando el peregrino para partir, oyó que le habían acusado al inquisidor y que se había hecho proceso contra él. Oyendo esto y viendo que no le llamaban, se fue al inquisidor y le dijo lo que había oído, y que estaba para marcharse a España, y que tenía compañeros que le rogaba que diese sentencia. El inquisidor dijo que era verdad lo de la acusación, pero que no veía que hubiese cosa de importancia. Solamente quería ver sus escritos de los Ejercicios; y habiéndolos visto, los alabó mucho y le pidió al peregrino que le dejase la copia de ellos; y así lo hizo.
Liturgia
          El pueblo israelita llevaba ya tres meses de travesía del desierto (Ex 19,1-2. 9-11. 16-20) y vino a las faldas del Monte Sinaí y acamparon allí.  Allí Dios se vuelve a manifestar a Moisés, y lo hace en una nube espesa, para hablarle y para que el pueblo pueda creer que realmente ha hablado Dios. Moisés habla a Dios de lo que el pueblo dice, y Dios pide que el pueblo lave sus ropas y se ponga de fiesta porque va a presentarse a él. Lo hace al tercer día con truenos y relámpagos y una densa nuble sobre el monte. Moisés hace salir al pueblo de sus tiendas y se detuvieron al pie del monte, al que Dios había descendido en forma de fuego. Moisés hablaba a Dios y Dios le respondía con el trueno. Y Dios bajó a la montaña y llamó a Moisés para que subiera hasta él.
          El relato entremezcla la cercanía de Dios que baja y habla, y la trascendencia, por esas formas externas en que se presenta: fuego, truenos, relámpago y nube densa. Dios es asequible, pero es Dios. La tendencia humana a acercarse a Dios, poco menos que para cogerse de su brazo, no es la imagen que quiere trasmitirnos la Sagrada Escritura. Dios va a bajar siempre, y se va a abajar hasta acercarse a la criatura, pero la criatura tiene que experimentar la trascendencia de Dios, a quien no puede manejar a su modo de hombre.
          Mt 13, 10-17 nos trae la pregunta de los apóstoles: ¿Por qué Jesús se dirige al pueblo en parábolas? Y tomando cita de Isaías, pero variando mucho el modo de la expresión, Jesús responde que habla en parábolas para ser entendido de la gente. El vulgo oye y no entiende, mira y no ve. El vulgo no entiende conceptos. Hay que darle cuentecillos que les dejen ocasión a rumiar y a aprender indirectamente. Por eso las expresiones: “para que viendo no vean” (y similares) llevan el sentido positivo: “porque viendo no ven”…, y entonces hay que contarles la parábola para que se queden con el ejemplo y aprendan. Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen. Os seguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.

          Algo de eso podemos aplicárnoslo nosotros, que tenemos delante la Palabra de Dios y la explicación.

miércoles, 26 de julio de 2017

26 julio: San Joaquín y Santa Ana

Estudios en París
82. Poco después vino San Remigio, que cae al principio de octubre, y entró a oír el curso de Artes bajo un Maestro llamado Mro. Juan Pena, y entró con propósito de conservar aquellos que habían propuesto servir al Señor, pero no seguir buscando otros, a fin de poder estudiar más cómodamente. Empezando a oír las lecciones del curso, comenzaron a venirle las mismas tentaciones que le habían venido cuando en Barcelona estudiaba gramática; y cada vez que oía la lección, no podía estar atento, con las muchas cosas espirituales que le ocurrían. Y viendo que de este modo hacía poco provecho en las letras, se fue a su maestro le prometió que no faltaría nunca de seguir todo el curso, mientras pudiese encontrar pan y agua para poder sustentarse. Y hecha esta promesa, todas aquellas devociones que le venían fuera de tiempo le dejaron, y prosiguió sus estudios tranquilamente.
En este tiempo conversaba con Mro. Pedro Fabro con Mro. Francisco Javier, los cuales después ganó para el servicio de Dios por medio de los Ejercicios. En aquel tiempo del curso no le perseguían como antes. Y a este propósito, una vez le dijo el doctor Frago que se maravillaba de que anduviese tan tranquilo, sin que nadie le molestase. Y él le respondió: -La cosa es porque yo no hablo con nadie de las cosas de Dios; pero, terminado el curso, volveremos a lo de siempre.
83. Y mientras los dos hablaban, se acercó un fraile para pedir al doctor Frago que le buscase una casa, porque en aquella donde él se hospedaba habían muerto muchos, y creía que de peste, porque entonces comenzaba la peste en París. El doctor Frago y el peregrino quisieron ir a ver la casa, y llevaron a una mujer que entendía mucho en esto, la cual, entrando en la casa, afirmó que era peste. El peregrino quiso entrar también, y encontrando un enfermo, lo consoló, tocándole en la mano la llaga; y después de haberle consolado y animado un poco, se fue solo; y la mano le empezó a doler, de modo que le pareció que tenía la peste. Y esta imaginación era tan vehemente, que no la podía vencer, hasta que con gran ímpetu se metió la mano en la boca, dándole muchas vueltas dentro, diciendo: -Si tú tienes la peste en la mano, la tendrás también en la boca. Y habiendo hecho esto, se le quitó la imaginación y el dolor en la mano.
84. Pero, cuando volvió al colegio de Santa Bárbara, donde entonces vivía y seguía el curso, los del colegio, que sabían que había estado en la casa apestada, huían de él, y no quisieron dejarle entrar; y así se vio obligado a vivir fuera algunos días.

Liturgia
          Aunque la “memoria” litúrgica de SAN JOAQUÍN y SANTA ANA tienen sus lecturas propias, voy a seguir con la lectura continuada, Ya ayer quedaba sin tratar el momento sublime del paso del mar Rojo (al prevalecer la liturgia de Santiago), pero no quiero pasarla por alto cuando ya hoy esa lectura nos muestra a la comunidad israelita caminando a la otra orilla del Mar Rojo, mientras los egipcios, con sus carros y jinetes se han hundido en las aguas. El mal, representado por el Faraón y su abundante ejército, ha quedado vencido por la acción de Dios, que ha conjugado diversas causas, De una parte, la estratagema de la columna de humo, puesta a retaguardia de los israelitas, que ha despistado a los egipcios, porque han creído que Israel estaba copado por el mar y que allí los iban a apresar. Pero mientras la columna de humo engañaba a los egipcios, los israelitas atravesaban el Mar Rojo en el momento de la marea baja, por un istmo que había en aquel lugar que Moisés señaló con su cayado.
          Pero en Ex 16,1-5.9-15 el pueblo empieza sus protestas contra Moisés porque no tiene pan ni carne, y ahora se acuerda de que en Egipto no le faltaba. Dios le envió el maná, aquella especie de escarcha que podían amasar y comer como pan, y a la caída de la tarde cayó sobre el campamento una bandada de codornices. Dios cuidaba de su pueblo, aunque era un pueblo duro y díscolo que se pasó la travesía del desierto protestando contra Moisés y contra Dios

          En Mt 13,1-9 tenemos la parábola del Sembrador, tan perfectamente conocida y que hace tan poco que la hemos tratado en un domingo. El problema que siempre presenta la comprensión de esta parábola es que induce a pensar en 4 clases de personas. Sin embargo debemos encontrar en esa parábola como 4 zonas que se dan en muchas personas, en nosotros, que teniendo buenas capacidades de dar fruto, sin embargo pierden muchas posibilidades por no tomarse las cosas en serio y dejar perder la enseñanza que Jesús (y los evangelios) le aportan, o porque van tan a lo superficial que no echan raíces, o se entremezclan con tantas otras preocupaciones o distracciones que acaban por perder el sentido de su obligación como cristianos. No quita que en algún aspecto cuaje la buena semilla. Pero la responsabilidad es lo mucho que se dejó perder cuando la semilla estaba destinada a dar el ciento por uno.

martes, 25 de julio de 2017

25 julio: Santiago, Patrón de España

Ignacio en París
73. Y así se partió para París solo y a pie, y llegó a París por el mes de Hebrero, poco más o menos; esto fue el año de 1528 ó de 27. Púsose en una casa con algunos españoles, y iba a estudiar humanidad a Monteagudo. Y la causa fue, porque, como le habían hecho pasar adelante en los estudios con tanta priesa, hallábase muy falto de fundamentos; y estudiaba con los niños, pasando por la orden y manera de París. Por una cédula de Barcelona le dio un mercader, luego que llegó a París, veinte y cinco escudos, y estos dio a guardar a uno de los españoles de aquella posada, el cual en poco tiempo lo gastó, y no tenía con qué pagarle. Así que, pasada la cuaresma, ya el peregrino no tenía nada de ellos, así por haber él gastado, como por la causa arriba dicha; y fue constreñido a mendigar, y aun a dejar la casa en que estaba.
74. Y fue recogido en el hospital de san Jaques. Tenía grande incomodidad para el estudio, porque el hospital estaba del colegio de Monteagudo un buen trecho, y era menester, para hallar la puerta abierta, venir al toque del Avemaría, y salir de día; y así no podía tan bien atender a sus lecciones. Era también otro impedimento el pedir limosna para se mantener. Ya había cuasi 5 años que no le tomaba el dolor de estómago, y así él empezó a darse a mayores penitencias y abstinencias. Pasando algún tiempo en esta vida del hospital y de mendigar, y viendo que aprovechaba poco en las letras, empezó a pensar qué haría; y viendo que había algunos, que servían en los colegios a algunos regentes y tenían tiempo de estudiar, se determinó de buscar un amo.
75. Y hacía esta consideración consigo y propósito, en el cual hallaba consolación, imaginando que el maestro sería Cristo, y a uno de los escolares pondría nombre San Pedro, y a otro San Juan, y así a cada uno de los apóstoles; y cuando me mandare el maestro, pensaré que me manda Cristo; y cuando me mandare otro, pensaré que me manda San Pedro. Puso hartas diligencias por hallar amo: habló por una parte al bachiller Castro, y a un fraile de los Cartujos, que conocía muchos maestros, y a otros, y nunca fue posible que le hallasen un amo.
76. Y al fin, no hallando remedio, un fraile español le dijo un día que sería mejor irse cada año a Flandes, y perder dos meses, y aun menos, para traer con qué pudiese estudiar todo el año; y este medio, después de encomendarle a Dios, le pareció bueno. Y usando de este consejo, traía cada año de Flandes con que en alguna manera pasaba; y una vez pasó también a Inglaterra, y trajo más limosna de la que solía los otros años.
77. Venido de Flandes la primera vez, empezó más intensamente que solía a darse a conversaciones espirituales, y daba cuasi en un mismo tiempo ejercicios a tres, es a saber: a Peralta, y al bachiller Castro que estaba en Sorbona, y a un vizcaíno que estaba en santa Bárbara, por nombre Amador. Estos hicieron grandes mutaciones, y luego dieron todo lo que tenían a pobres, aun los libros, y empezaron a pedir limosna por París.
78. Levantáronse en París grandes murmuraciones, máxime entre españoles, contra el peregrino.
Liturgia: Solemnidad de Santiago apóstol
          Las lecturas de esa solemnidad litúrgica en España nos muestran –en la 1ª: Hech 4,33, 5.12,27-33; 12,1- un mosaico sobre el martirio de Santiago. Comienza afirmando el testimonio de la resurrección que daban los apóstoles, para continuar por el caso concreto de su fidelidad a la misión, por la que tenían que dar fe de Jesucristo resucitado, aunque se lo prohibieran los tribunales, porque hay que obedecer a Dios antes que a los hombres Y concluyendo con la determinación de Herodes de dar muerte a Santiago, el hermano de Juan.
          La 2ª lectura, de 2Cor 4,5-15, afirma de la fe y el testimonio cristiano que es un tesoro que llevamos en vasijas de barro, lo que demuestra que la fuerza extraordinaria es de Dios Y sabemos, dice el apóstol, que quien resucitó a Jesús de entre los muertos, también nos resucitará a nosotros. Santiago, decapitado por el rey Herodes, será un triunfador después de su muerte, porque cuantos más reciben la gracia, mayor será el agradecimiento para gloria de Dios.
          Concluyen las lecturas con el episodio conocido de la madre de Santiago y Juan que pretende situar a sus dos hijos en puestos de privilegios en ese imaginado “reino” que ellos se han hecho. Jesús les cambia la idea de tal “reino” por otro “reino” en el que se encuentra el cáliz que Jesús va a beber (que es su muerte), y los dos discípulos entienden que si es CON ÉL, pueden. Y Jesús les anuncia ya ese martirio que van a padecer, y que se centra en el de Santiago, cuya fiesta de triunfo celebramos hoy, y lo celebramos como PATRONO DE ESPAÑA.

          Falta hace que Santiago ejerza su patronazgo sobre nuestra nación, para que los niños sean enseñados de las verdades de la fe; los jóvenes asimilen los valores cristianos, y los mayores recuperen su fe auténtica, la que se basa en la Palabra de Dios y se vive desde los Sacramentos.

lunes, 24 de julio de 2017

24 julio: Absuelto de todo error

NO HAY ERROR EN LO QUE ENSEÑA
69. Entre muchos que venían hablarle a la cárcel vino una vez D. Francisco de Mendoza, que ahora se dice cardenal de Burgos, y vino con el bachiller Frías. Preguntándole familiarmente cómo se hallaba en la prisión y si le pesaba de estar preso, le respondió: «yo responderé lo que respondí hoy a una señora, que decía palabras de compasión por verme preso». Yo le dije: «en esto mostráis que no deseáis de estar presa por amor de Dios. ¿pues tanto mal os parece que es la prisión? pues yo os digo que no hay tantos grillos ni cadenas en Salamanca, que yo no deseo más por amor de Dios». Acaeció en este tiempo que los presos de la cárcel huyeron todos, y los dos compañeros, que estaban con ellos, no huyeron. Y cuando en la mañana fueron hallados con las puertas abiertas, y ellos solos sin ninguno, dio esto mucha edificación a todos, y hizo mucho rumor por la ciudad; y así luego les dieron todo un palacio, que estaba allí junto, por prisión.
70. Y a los 22 días que estaban presos les llamaron a oír la sentencia, la cual era que no se hallaba ningún error ni en vida ni en doctrina; y que así podrían hacer como antes hacían, enseñando la doctrina y hablando de cosas de Dios, con tanto que nunca definiesen: esto es pecado mortal, o esto es pecado venial, si no fuese pasados 4 años, que hubiesen más estudiado. Leída esta sentencia, los jueces mostraron mucho amor, como que querían que fuese aceptada. El peregrino dijo que él haría todo lo que la sentencia mandaba, mas que no la aceptaría; pues, sin condenarle en ninguna cosa, le cerraban la boca para que no ayudase los prójimos en lo que pudiese. Y por mucho que instó el doctor Frías, que se demostraba muy afectado, el peregrino no dijo más, sino que, en cuanto estuviese en la jurisdicción de Salamanca haría lo que se le mandaba. Luego fueron sacados de la cárcel, y él empezó a encomendar a Dios y a pensar lo que debía de hacer. Y hallaba dificultad grande de estar en Salamanca; porque para aprovechar las ánimas le parecía tener cerrada la puerta con esta prohibición de no definir de pecado mortal y de venial.
71. Y así se determinó de ir a París a estudiar. Cuando el peregrino en Barcelona consultaba si estudiaría y cuánto, toda su cosa era si, después que hubiese estudiado, si entraría en religión, o si andaría así por el mundo. Y cuando le venían pensamientos de entrar en religión, luego le venía deseo de entrar en una poco reformada, habiendo de entrar en religión, para poder más padecer en ella; y también pensando que quizá Dios les ayudaría a ellos; y dábale Dios una grande confianza que sufriría bien todas las afrentas y injurias que le hiciesen. Pues como a este tiempo de la prisión de Salamanca a él no le faltasen los mismos deseos que tenía de aprovechar a las ánimas, y para el efecto estudiar primero y ajuntar algunos del mismo propósito, y conservar los que tenía; determinado de ir para París, concertóse con ellos que ellos esperasen por allí, y que él iría para poder ver si podría hallar modo para que ellos pudiesen estudiar.
Liturgia
          Los israelitas habían engañado al Faraón. Le pidieron tres jornadas por el desierto para ofrecer un sacrificio a su Dios, pero de hecho su intención era poner tierra por medio para huir de la esclavitud de Egipto. Cuando los egipcios se dieron cuenta de que los esclavos habían huido, se lo advirtieron al Faraón (Ex 14,5-189, quien se arrepintió de haberlos dejado salir y pidió que le prepararan su carro y que se pusieran en activo los carros de combate egipcios para salir al paso de Israel y hacerlos volver. Los israelitas quedaron muertos de miedo y protestaron contra Moisés. Pero Moisés le aseguró que no ocurriría nada contra el pueblo, porque la victoria era de Dios. Y esos ejércitos que hoy veis que os persiguen, no los volveréis a ver más. Dios le dio a Moisés la orden de extender el bastón y señalarles a los israelitas por dónde podrían atravesar el mar Rojo sin mojarse, aprovechando la bajada de la marea. Los egipcios perseguirán, pero quedarán derrotados allí mismo donde los israelitas adquieren su libertad.
          Señor: se nos puede ocurrir decirte cómo es que hoy no sales con el mismo poder y decisión a favor de tu Iglesia perseguida y maltratada…, a favor de tu verdad frente a tanta mentira del mundo y tanta esclavitud como nos imponen los que atacan la fe? ¿Cómo no repites ahora, de alguna manera -¡tienes tantas para hacerlo!- un prodigio como el de Egipto?

          Y el Evangelio parece darnos respuesta, cundo los doctores de la ley pidieron a Jesús un milagro y Jesús les respondió que no habría más milagro que el de Jonás, que estuvo en el vientre del cetáceo tres días y salió con vida…, y el Hijo del hombre también estará tres días en el seno de la tierra, pero saldrá con vida, y vida para siempre. Un hecho que admirarán los mismos que lo condenen ahora y que admirarán los que juzguen a esta generación, empezando por los mismos hombres de Nínive, que vieron los frutos de su conversión, como la reina del Sur, con todo su boato. Porque aquí hay más que la sabiduría de Salomón, porque hay uno que es más que Salomón.

domingo, 23 de julio de 2017

23 julio: La cizaña

Presos sin culpas
67. Al cabo de los 3 días vino un notario y llevóles a la cárcel. Y no los pusieron con los malhechores en bajo, mas en un aposento alto, adonde, por ser cosa vieja y deshabitada, había mucha suciedad. Y toda aquella noche estuvieron en vigilia. Al otro día, como se supo en la ciudad de su prisión, les mandaron a la cárcel en qué durmiesen, y todo lo necesario abundantemente; y siempre venían muchos a visitarles, y el peregrino continuaba sus ejercicios de hablar de Dios etc. El bachiller Frías les vino a examinar a cada uno por sí, y el peregrino le dio todos sus papeles, que eran los Ejercicios, para que los examinasen. Aquí también menos quiso tomar abogado ni procurador.
68. Y algunos días después fue llamado delante de cuatro jueces, los tres doctores, Sanctisidoro, Paravinhas y Frías, y el cuarto el bachiller Frías, que ya todos habían visto los Ejercicios. Y aquí le preguntaron muchas cosas, no sólo de los Ejercicios, mas de teología, verbi gratia, de la Trinidad y del Sacramento, cómo entendía estos artículos. Y él hizo su prefación primero. Y todavía, mandado por los jueces, dijo de tal manera, que no tuvieron qué reprenderle. Después le mandaron que declarase el primero mandamiento de la manera que solía declarar. El se puso a hacerlo, y detúvose tanto y dijo tantas cosas sobre el primero mandamiento, que no tuvieron gana de demandarle más. Antes de esto, cuando hablaban de los Ejercicios, insistieron mucho en un solo punto, que estaba en ellos al principio; de cuándo un pensamiento es pecado venial, y de cuándo es mortal. Y la cosa era, porque, sin [ser] él letrado, determinaba aquello. El respondía: «si esto es verdad o no, allá lo determinad; y si no es verdad, condenadlo»; y al fin ellos, sin condenar nada, se partieron.
Liturgia del Domingo 16ª. T.O.
          Aunque he leído el evangelio en su forma abreviada, con la parábola de la cizaña, de suyo podría haberse ampliado con otras parábolas que propone Mt 13, 24-43, que incluyen la del grano de mostaza y la levadura. El argumento es hacer caer en la cuenta de que el Reino de Dios comienza con poco –una predicación y unos hombres poco instruidos- pero está llamado a crecer por la fuerza misma de ese Reino. Somos, pues responsables de que el evangelio se expanda o lo dejemos empequeñecer por nuestra falta de compromiso.
          Porque hay que tener en cuenta que la semilla del Reino, aun la que cae en buena tierra, está siempre amenazada de muchos matojos y de la temida cizaña, esa planta que crece juntamente y es parecida, pero que es dañosa para la cosecha. Jesús explicará que la cizaña la siembra el enemigo con maldad y disimulo, y que es imposible arrancarla sin dañar juntamente el trigo. El trigo sembrado es bueno porque es la misma palabra de Jesús. Pero se tropieza con una siembra mala, que es la siembra que da el mundo, la malicia de algunos, y el “enemigo malo” que pretende arruinar la cosecha de Jesús.
          La parábola puede parecer un cuentecillo de miedo pero la realidad que estamos viviendo nos la confirma fehacientemente. Empezando por las familias –en ocasiones-, los colegios, las compañías, la borrachera social, el consumismo exagerado, las propagandas para gastar más y más, el derroche…, y todos esos etcéteras que constatamos a derecha e izquierda, vemos que Jesús nos puso delante una parábola que refleja muy claramente el mundo real.
          La 2ª lectura de Rom 8,26-27 nos lleva a la fuente del bien: la obediencia al Espíritu de Dios, que intercede por nosotros con gemidos inefables. Bastaría conservar un resquicio de conciencia para que la acción del Espíritu nos pusiera en orden la mente y la forma de actuar. Él, que escudriña los corazones, nos trasmite el deseo de Dios. Y desde luego el mundo de hoy ni vive en escucha de Dios, y por eso la cizaña gana terreno y el mundo se hace peor.
          La 1ª lectura, del libro de la Sabiduría (12,13.16-19) comienza afirmando que no hay más que un Dios, que cuida de todo y que no juzga injustamente. Que guía con su poder y reprime la audacia de los malos. Un Dios que practica la indulgencia y el perdón a los errados, y enseña que el justo debe ser humano. O sea: la base de ser fiel es vivir los valores humanos. No se empieza por los principios religiosos sino por la educación y formación como humanos. Y ahí encajará la fe y los principios cristianos. Si hoy nos encontramos con un mundo apartado de la fe, en realidad es un mundo carente de bases humanas, de la cultura necesaria para que pueda encajar en su mente y en su corazón los valores espirituales.
          Que nuestra Eucaristía nos ponga hoy de frente a nuestra actitud cívica y humana, porque entonces estaremos abiertos a ser personas cristianas.




        Dios nuestro, que has sembrado buena semilla en nuestro campo,

-         Concede a la Iglesia la fidelidad a la Palabra recibida. Roguemos al Señor.

-         Limpia en nosotros los brotes de cizaña que nos amenazan. Roguemos al Señor

-         Haznos ser levadura en nuestro ambiente, para trasmitir el testimonio de buena semilla. Roguemos al Señor.

-         Venga en nuestra ayuda el Espíritu para que sepamos pedir lo que nos conviene. Roguemos al Señor.


Tú, Señor, bueno y misericordioso: escucha nuestras peticiones y enséñanos a pedirte lo que más nos una a ti y bendiga tu santo nombre.

        Por Jesucristo N. S.

sábado, 22 de julio de 2017

22 julio: Un fraile inquisidor

PROBLEMAS EN SALAMANCA
64. Llegado a Salamanca, estando haciendo oración en una iglesia, le conoció una devota que era de la compañía, porque los 4 compañeros ya había días que allí estaban, y le preguntó por su nombre, y así lo llevó a la posada de los compañeros. Cuando en Alcalá dieron sentencia que se vistiesen como estudiantes, dijo el peregrino: «cuando nos mandaste teñir las vestes lo hemos hecho; mas ahora esto no lo podemos hacer, porque no tenemos con qué comprarlas». Y así el mismo vicario les ha proveído de vestiduras y bonetes, y todo lo demás de estudiantes; y de esta manera vestidos habían partido de Alcalá.
Confesábase en Salamanca con un fraile de santo Domingo en san Esteban; y habiendo 10 ó 12 días que era allegado, le dijo un día el confesor: «los Padres de la casa os querían hablar»; y él dijo: «en nombre de Dios». «Pues, dijo el confesor, será bueno que os vengáis acá a comer el domingo; mas de una cosa os aviso, que ellos querrán saber de vos muchas cosas». Y así el domingo vino con Calixto; y después de comer, el subprior, en ausencia del prior, con el confesor, y creo yo que con otro fraile, se fueron con ellos en una capilla, y el subprior con buena afabilidad empezó a decir cuán buenas nuevas tenían de su vida y costumbres, que andaban predicando a la apostólica; y que holgarían de saber de estas cosas más particularmente. Y así comenzó a preguntar qué es lo que habían estudiado. Y el peregrino respondió: «entre todos nosotros el que más ha estudiado soy yo», y le dio claramente cuenta de lo poco que había estudiado, y con cuán poco fundamento.
65. Pues luego ¿qué es lo que predicáis? nosotros, dice el peregrino, no predicamos, sino con algunos familiarmente hablamos cosas de Dios, como después de comer con algunas personas que nos llaman. Mas, dice el fraile, «¿de qué cosas de Dios habláis? que eso es lo que queríamos saber». «Hablamos, dice el peregrino, cuándo de una virtud, cuándo de otra, y esto alabando; cuándo de un vicio, cuándo de otro, y reprehendiendo». «Vosotros no sois letrados, dice el fraile, y habláis de virtudes y de vicios; y de esto ninguno puede hablar sino en una de dos maneras: o por letras, o por el Espíritu Santo. No por letras; ergo por Espíritu Santo». Aquí estuvo el peregrino un poco sobre sí, no le pareciendo bien aquella manera de argumentar; y después de haber callado un poco, dijo que no era menester hablar más de estas materias. Instando el fraile: «pues ahora que hay tantos errores de Erasmo y de tantos otros, que han engañado al mundo ¿no queréis declarar lo que decís?». Y esto que es del Espíritu Santo, es lo que queríamos saber.
66. El peregrino dijo: «Padre, yo no diré más de lo que he dicho, si no fuese delante de mis superiores, que me pueden obligar a ello». Y cuasi siempre estaba llena su cámara de frailes, que venían a verles; y el peregrino siempre hablaba de lo que solía; de modo que entre ellos había ya como división, habiendo muchos que se mostraban afectados.
Liturgia. Santa María Magdalena
          Hoy celebra la Iglesia el día de Santa María Magdalena, a la que se le designa como “apóstol de los apóstoles” porque ella fue la que llevó a los Once la BUENA NUEVA de la resurrección de Jesucristo. Se le concede litúrgicamente el rango de FIESTA, por su importancia en ese período pascual en el que ella fue la primera en ver al Señor resucitado, y ser enviada por él a dar el anuncio a los apóstoles y discípulos que estaban escondidos y encerrados por el miedo a los judíos.
          María Magdalena no tuvo miedo. Ella, junto a otras mujeres, se fue al sepulcro del Señor en la madrugada del primer día de la semana, y ella lloró, buscó, preguntó…, y acabó abrazada a los pies del Maestro resucitado.
          Bien se le puede aplicar aquella palabra de Jesús de que amó mucho porque se le había perdonado mucho, y ella mantuvo su fidelidad al Rabí con la fuerza de una mujer que se ha sentido acogida por aquel hombre capaz de perdonar sus pecados.
          En su agradecimiento a Jesús, es una de las mujeres que se mantienen al pie de la cruz cuando la muerte, y acompaña a la Madre doliente en el trance durísimo de ver a su hijo ajusticiado y sufriendo el tormento de la cruz. Allí estuvo Magdalena, como después estuvo en primera fila de los creyentes en Cristo resucitado
Liturgia de la Lectura continuada
          En Ex 12,37-47 tenemos ya al pueblo hebreo caminando por el desierto. De suyo ellos habían pedido 3 jornadas de camino. Pero la intención, evidentemente, era escapar de Egipto. Salieron una inmensa muchedumbre, que cifra la Biblia en 600,000 adultos, y una gran cantidad de ganado. El pan que habían amasado no tuvo tiempo de fermentar porque los egipcios apremiaban para que salieran de su territorio. Triunfalmente se describe la salida como las legiones del Señor. Noche en que veló el Señor para sacarlos de Egipto, noche de vela para los israelitas por todas las generaciones.
          El SALMO será una repetición constante de alegría y de reconocimiento porque es grande su misericordia.
         
          Los fariseos estaban furiosos con Jesús, porque no sólo no les seguía sus prácticas sino que se las rebatía. Y planearon el modo de acabar con Jesús.
          Jesús no entraba nunca en esas situaciones límite y optaba por alejarse. Así lo hizo en esta ocasión (Mt 12,14-21), marchándose de aquel lugar y yendo donde había gentes sencillas y acogedoras, que recibían gozosamente los favores que él les traía: curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran.
          Así se cumplió la profecía de Isaías: “Mirad mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no loa quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones”.

          Es una muy bella descripción del carácter y estilo de Jesús, y un ejemplo para nuestra manera de enfocar el momento que vivimos. La discusión y la tensión nunca producen luz. El modo humilde con que él actuó, nos sirve para ver cómo hemos de enfocar las situaciones actuales, que necesariamente nos hemos de encontrar.

viernes, 21 de julio de 2017

21 Julio: Prisión y marcha

La prisión en Alcalá
61. Diecisiete días estuvo en la prisión, sin que le examinasen ni él supiese la causa de ello; al fin de los cuales vino Figueroa a la cárcel, y le examinó de muchas cosas, hasta preguntarle si hacía guardar el sábado. Y si conocía dos ciertas mujeres, que eran madre y hija; y de esto dijo que sí. Y si había sabido de su partida antes que se partiesen; y dijo que no, por el juramento que había recibido. Y el vicario entonces, poniéndole la mano en el hombro con muestra de alegría, le dijo: «esta era la causa porque sois aquí venido». Entre las muchas personas que seguían al peregrino había una madre y una hija, entrambas viudas, y la hija muy moza, y muy vistosa, las cuales habían entrado mucho en espíritu, máxime la hija; y en tanto que, siendo nobles, eran idas a la Verónica de Jaén a pie, y no sé si mendicando, y solas; y esto hizo grande rumor en Alcalá; y el doctor Ciruelo, que tenía alguna protección de ellas, pensó que el preso las había inducido, y por eso le hizo prender. Pues como el preso vio lo que había dicho el vicario, le dijo: «queréis que hable un poco más largo sobre esta materia?» dice: sí. «Pues habéis de saber, dice el preso, que estas dos mujeres muchas veces me han instado para que querían ir por todo el mundo servir a los pobres por unos hospitales y por otros; y yo las he siempre desviado de este propósito, por ser la hija tan moza y tan vistosa, etc.; y les he dicho que, cuando quisiesen visitar a pobres, lo podían hacer en Alcalá, y ir acompañar el santísimo sacramento». Y acabadas estas pláticas, el Figueroa se fue con su notario, llevando escrito todo.
62. Desde el día que entró en la cárcel el peregrino, hasta que le sacaron, se pasaron cuarenta y 2 días; al fin de los cuales, siendo ya venidas las dos devotas, fue el notario a la cárcel a leerle la sentencia, que fuese libre, y que se vistiesen como los otros estudiantes, y que no hablasen de cosas de la fe dentro de 4 años que hubiesen más estudiado, pues que no sabían letras. Porque, a la verdad, el peregrino era el que sabía más, y ellas eran con poco fundamento: y esta era la primera cosa que él solía decir cuando le examinaban.
63. Con esta sentencia estuvo un poco dudoso lo que haría, porque parece que le tapaban la puerta para aprovechar a las ánimas, no le dando causa ninguna, sino porque no había estudiado. Y en fin él se determinó de ir al arzobispo de Toledo, Fonseca, y poner la cosa en sus manos. Partióse de Alcalá, y halló el arzobispo en Valladolid; y contándole la cosa que pasaba fielmente, le dijo que, aunque no estaba ya en su jurisdicción, ni era obligado a guardar la sentencia, todavía haría en ello lo que ordenase (hablándole de vos, como solía a todos). El arzobispo le recibió muy bien, y [entendiendo que deseaba pasar a Salamanca, dijo] que también en Salamanca tenía amigos y un colegio, todo le ofreciendo; y le mandó luego, cuatro escudos.
Liturgia
          Hay un salto notable en los capítulos del Éxodo y pasamos a 11,10-12.14. Comienza advirtiéndonos que el Faraón no hizo caso a los prodigios que le hicieron presentes Moisés y Aarón. Y el Señor toma la iniciativa y los convoca para este mes que será para vosotros el principal mes del año. Va a ser el mes de la salida de Egipto para lo que Dios da una serie de normas para preparar al pueblo para esa hora. Por lo pronto hay una preparación de orden espiritual, que es la preparación de la Pascua o momento del PASO de salida del pueblo, obligado incluso por el Faraón, ante quien las manifestaciones extremas de Dios con la muerte de los primogénitos, le han hecho cambiar de criterio. Éste será un día memorable para vosotros y lo celebraréis de fiesta en honor del Señor, de generación en generación. Decretaréis que sea fiesta para siempre.

          Pasamos al conocido evangelio de las espigas cogidas en sábado (Mt 12,1-8), una queja más y una “persecución” más de los puritanos fariseos, que no dejaban pasar ocasión para atacar a Jesús o a los discípulos de Jesús (que era la manera de ridiculizar al Maestro).
          Los Doce venían a campo traviesa por entre unos sembrados de trigo, y como con un instinto espontáneo, propio de gente tan sencilla y acostumbrada al campo, arrancan unas espigas que trituran entre sus palmas y se comen los granos. Hoy es posible que el mundo actual, tan centrado en el cemento de las ciudades, no pueda hacerse cargo de la fruición que suponía aquellas pocas espigas cogidas al paso. Puedo asegurar que era “una tentación” incoercible. Y lo que era un simple juego sin malicia ni trascendencia, es tomado por los fariseos como una “violación del sábado” por el “trabajo” que suponía aquel desmenuzar las espigas entre las palmas de las manos. Y se lo critican a Jesús.

          Jesús se fue a un caso histórico del venerado David, que “viola una ley” por causa de necesidad, para ponerles delante a aquellos hombres que las leyes se han hecho para el hombre, y no al hombre como esclavo de las leyes. Quiero misericordia y no sacrificios.

jueves, 20 de julio de 2017

20 julio: Dificultades y problemas

Sucesos de Alcalá
57. Y estando en Alcalá se ejercitaba en dar ejercicios espirituales, y en declarar la doctrina cristiana: y con esto se hacía fruto a gloria de Dios. Y muchas personas hubo, que vinieron en harta noticia y gusto de cosas espirituales. Luego como llegó a Alcalá, tomó conocimiento con D. Diego de Guía, el cual estaba en casa de su hermano que hacía imprenta en Alcalá, y tenía bien el necesario; y así le ayudaban con limosnas para mantener pobres, y tenía los tres compañeros del pelegrino en su casa. Una vez, viniéndole a pedir limosna para algunas necesidades, dijo D. Diego que no tenía dineros; mas abrióle una arca, en que tenía diversas cosas, y así le dio paramentos de lechos de diversas colores, y ciertos candeleros, y otras cosas semejantes, las cuales todas, envueltas en una sábana, el peregrino se puso sobre las espaldas, y fue a remediar los pobres. Acordarme he del temor que el mismo pasó una noche.
58. Como arriba está dicho, había grande rumor por toda aquella tierra de las cosas que se hacían en Alcalá, y quién decía de una manera, y quién de otra. Y llegó la cosa hasta Toledo a los inquisidores; los cuales venidos Alcalá, fue avisado el peregrino, diciéndole que les llamaban los alumbrados; Y así empezaron luego hacer pesquisa y proceso de su vida, y al fin se volvieron a Toledo sin llamarles, habiendo venido por aquel solo efecto; y dejaron el proceso al vicario Figueroa. El cual de ahí algunos días les llamó y les dijo cómo se había hecho pesquisa y proceso de su vida por los inquisidores, y que no se hallaba ningún error en su doctrina ni en su vida, y que por tanto podían hacer lo mismo que hacían sin ningún impedimento.
59. El peregrino dice: Nosotros queríamos saber si nos han hallado alguna herejía  y de ahí a 15 ó 20 días le manda el Figueroa al peregrino que no ande descalzo, mas que se calce; y él lo hace así quietamente, como en todas las cosas de esa cualidad que le mandaban. De ahí a 4 meses el mismo Figueroa tornó a hacer pesquisa sobre ellos; y, ultra de las sólitas causas, creo que fuese también alguna ocasión, que una mujer casada y de cualidad tenía especial devoción al peregrino; y, por no ser vista, venía cubierta, como suelen en Alcalá de Henares, entre dos luces, a la mañana, al hospital; y entrando se descubría, y iba a la cámara del peregrino. Mas ni desta vez les hicieron nada; ni aun después de hecho el proceso les llamaron, ni dijeron cosa alguna.
60. De ahí a otros 4 meses que él estaba ya en una casilla, fuera del hospital, viene un día un alguacil a su puerta, y le llama y dice: «veníos un poco conmigo». Y dejándole en la cárcel, le dice: «no salgáis de aquí hasta que os sea ordenada otra cosa». Esto era en tiempo de verano, y él no estaba estrecho, y así venían muchos a visitarle; y hacía lo mismo que libre, de hacer doctrina y dar ejercicios. No quiso nunca tomar abogado ni procurador, aunque muchos se ofrecían. Acuérdase especialmente de doña Teresa de Cárdenas, la cual le envió a visitar, y le hizo muchas veces ofertas de sacarle de allí; mas no aceptó nada, diciendo siempre: «aquel, por cuyo amor aquí entré, me sacará, si fuere servido de ello
Liturgia
          Momento solemne (Ex 3,13-20) en el que Dios le dice a Moisés quién es: El Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, es el que le envía a los israelitas en Egipto y a quienes así ha de presentarlo Moisés. Y como Moisés insiste qué les responde a los Israelitas cuando le pregunten el nombre de ese Dios, Dios le dice a Moisés: Yo soy el que soy (Es el nombre sagrado de YAWÉ). Deberá pedirle al Faraón poder sacar al Pueblo por desierto la distancia de tres jornadas para hacer sacrificio a su Dios. Y ya les advierte Dios que se presentarán al Faraón y el Faraón no les hará caso, pero la fuerza de ese Dios acabará obligando al Faraón a dejarlos salir, porque extenderé mi mano, heriré a Egipto con prodigios que haré en medio de él, y entonces os dejará marchar.


          Brevísimo evangelio (Mt 11,28-30) pero de mucha enjundia, porque en él se abre de par en par en Corazón de Jesucristo para presentarse como el Corazón amante de la humanidad y de los creyentes en él, a los que llama hacia sí, hacia el abrazo íntimo, y a los que les promete consuelo en sus angustias y tribulaciones y cansancios de la vida. Sabe muy bien Jesús que la gente camina con fardos pesados a sus espaldas. Que quien no es que lleva una enfermedad es porque tiene un familiar necesitado, una penuria económica, una soledad mortificante, una carga pesada de conciencia…, y las mil realidades más con la que el mundo sufre angustiosamente. A todos los llama Jesús a ir a él, y a hacerles más suave la carga y el peso. Y no es porque Jesús se va a dedicar a ser el hada madrina que toca los problemas con su varita mágica y los resuelve, sino porque él se va a hacer el Cireneo de los que sufren y va a hacer que su yugo sea más ligero y su carga menos pesada. Sencillamente Jesús interviene y da un nuevo sentido y valor a las cosas y las hace más llevaderas.

miércoles, 19 de julio de 2017

19 julio: Inicia sus estudios

COMPRENDE QUE HA DE ESTUDIAR
54. Llegado a Barcelona comunicó su inclinación de estudiar con Isabel Roser, y con un Maestro Ardévol que enseñaba gramática. A entrambos pareció muy bien, y él se ofreció enseñarle de balde, y ella de dar lo que fuese menester para sustentarse. Comenzó a estudiar con harta diligencia. Mas impedíale mucho una cosa, y era que, cuando comenzaba a decorar, como es necesario en los principios de gramática, le venían nuevas inteligencias de cosas espirituales y nuevos gustos; y esto con tanta manera, que no podía decorar, ni por mucho que repugnase las podía echar.
55. Y así, pensando muchas veces sobre esto, decía consigo: «ni cuando yo me pongo en oración y estoy en la misa no me vienen estas inteligencias tan vivas»; y así poco a poco vino a conocer que aquello era tentación. Y después de hecha oración se fue a santa María de la Mar, junto a la casa del maestro, habiéndole rogado que le quisiese en aquella iglesia oír un poco. Y así sentados, le declara todo lo que pasaba por su alma fielmente, y cuán poco provecho hasta entonces por aquella causa había hecho; mas que él hacía promesa al dicho maestro, diciendo: «yo os prometo de nunca faltar de oíros estos dos años, en cuanto en Barcelona hallare pan y agua con que me pueda mantener». Y como hizo esta promesa con harta eficacia, nunca más tuvo aquellas tentaciones.
El dolor de estómago, que le tomó en Manresa, por causa del cual tomó zapatos, le dejó, y se halló bien del estómago desde que partió para Jerusalén. Y por esta causa, estando en Barcelona estudiando, le vino deseo de tornar a las penitencias pasadas; y así empezó hacer un agujero en las suelas de los zapatos. Íbalos ensanchando poco a poco, de modo que, cuando llegó el frío del invierno, ya no traía sino la pieza de arriba.
56. Acabados dos años de estudiar, en los cuales, según le decían, había harto aprovechado, le decía su maestro que ya podía oír artes, y que se fuese a Alcalá. Mas todavía él se hizo examinar de un doctor en teología, el cual le aconsejó lo mismo: y así se partió solo para Alcalá, aunque ya tenía algunos compañeros, según creo. Llegado a Alcalá empezó a mendigar y vivir de limosnas. Y viéndole pedir limosna, se empezaron a reír de él. Y pasando a este tiempo el que tenía cargo del hospital nuevo de Antezana, mostrando pesar de aquello, le llamó, y le llevó para el hospital, en el cual le dio una cámara y todo lo necesario.
57. Estudió en Alcalá cuasi año y medio; y porque el año de 24 en la cuaresma llegó en Barcelona en la cual estudió dos años, el año de 26 llegó Alcalá, y estudió términos de Soto, y física de Alberto, y el Maestro de las Sentencias.
Liturgia
          Reconozco que queda poco espacio para dos lecturas tan profundas como las que hoy nos llegan en la liturgia. En la 1ª (Ex 3,1-6.9-12) tenemos el momento sublime y solemne en el que Dios se aparece a Moisés en aquella zarza que arde sin consumirse, y donde Dios le dice a Moisés quién es Él: el Dios de tus padres: el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob. Y con una cercanía admirable (Dios no es ajeno al dolor del hombre) llega a decirle a Moisés: El clamor de los israelitas ha llegado a mí y he visto cómo los tiranizan los egipcios. Ahora yo te envío al faraón para que saques a mi pueblo, a los israelitas. Moisés se queda perplejo: ¿Quién es él para tamaña empresa? Y Dios le dice la palabra sublime: YO ESTOY CONTIGO, y ésta es la señal de que yo te envío: cuando saques al pueblo de Egipto, daréis culto a Dios en este monte. Es un momento definitivo en la historia de Moisés. Pasará mucho tiempo hasta que esa profecía se cumpla. Pero Dios multiplica sus señales y su poder para que aquello se haga realidad. Ha sido la palabra comprometida por Dios mismo. Y Moisés la cree sin dudar.

          En Mt 11,25-27 volvemos a un tema tratado hace poco, pero que no por eso se queda gastado. Jesucristo da gracias al Padre porque sus palabras y sus obras son entendidas por los sencillos. Es un hecho que los intelectuales no llegan nunca a “comprenderlas”, porque no son realidades llamadas a ser “comprendidas” sino aceptadas. Hay cosas que o se acogen desde la fe o resultan absurdas o ajenas a la capacidad intelectual. La Eucaristía es una de las realidades que o se creen o no se creen. Pero no se explican. La Presencia real de Jesucristo en la Eucaristía sólo se vive desde la fe. Lo demás resulta poco menos que un cuento de fantasía. O como me decía uno: “soy escéptico a que un pan sin levadura pueda tener corazón”. Yo también si se formula así. Pero si se reformula desde el Jesús real al que comulgamos, se supera el escepticismo y cae uno de rodillas ante el misterio. El “pan sin levadura”, bajo la palabra y voluntad de Jesús: ESTO ES MI CUERPO; quien come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida en él, ya no es “pan sin levadura”. Y te doy gracias, Padre, porque estas cosas se las has revelado a la gente sencilla.

martes, 18 de julio de 2017

18 julio: El P. Tiburcio Arnaiz S.I.

18 julio: Aniversario muerte del P. Arnaiz.
          Hoy es un día señalado en el calendario malagueño, y en realidad en muchos otros lugares. Recordamos el día de la muerte del Venerable Padre Tiburcio Arnaiz S.I., y ya con los dedos tocando su BEATIFICACIÓN. Será ese día una fecha memorable para sus muchísimos devotos, bien sea los que visitan a diario su tumba en la Iglesia del Sagrado Corazón, en Málaga, bien sea los que vienen desde otros muchos y apartados lugares, incluso en peregrinaciones al efecto o el ingente número de devotos a distancia.
          El ascendiente del P. Arnaiz es que se dio en alma y vida a la gente pobre y sencilla, y –sobre todo- a esa santa obsesión de enseñar a los más ignorantes o más alejados de la formación espiritual y humana.
          Su inicial labor por los CORRALONES o grandes casas de vecinos, para instruir en letras y doctrina, fueron abriéndose a las CORTIJADAS, donde establecía –siempre secundado por personas sacrificadas- sus núcleos de acción de lo que él llamó LAS DOCTRINAS RURALES, verdadera acción de Dios para esas gentes desfavorecidas, e ilusión del P. Arnaiz, que agradecían su inmensa labor y las de sus colaboradoras. Éstas eran personas que dedicaban su tiempo a esa obra providencial, y que con el tiempo un buen grupo se  constituyeron en labor fija y permanente a favor de esas DOCTRINAS RURALES, que no se limitan a enseñar lo básico e indispensable, sino que –con el tiempo- se han abierto a otras enseñanzas de tipo de vida práctica para personas más capaces y a las que se les puede abrir algún camino en la vida.
          Las DOCTRINAS RURALES no sólo se han reducido a la provincia de Málaga, sino también proliferaron en la de Cádiz, en donde trabajó un año el P. Arnaiz, por voluntad del Obispo de aquella ciudad, y ha sido una siembra importante para llevar a Dios donde tantas veces no tenían ni leve idea de la Religión y de la cultura básica.
          La labor del P. Arnaiz es mucho más amplia, porque dedicó su tiempo a extender el Reino de Dios, incluso desafiando situaciones sociopolíticas adversas. Pero las gentes descubrían su talante y le seguían y se entusiasmaban y desafiaban junto a él las dificultades inherentes a esas situaciones.
 Liturgia
          Ex.2,1-15. Entramos en una parte constitutiva del pueblo de Dios Se producirá bajo la acción de Moisés, el niño hebreo salvado de las aguas, cuando su madre –no queriendo tirarlo al río (como había mandado el Faraón)- lo depositó en un cesto bien calafateado, y fue encontrado por la hija del faraón, que lo adoptó como hijo. ¿Quién podía imaginar en aquel hecho, el comienzo de una historia apasionante de la que había de salir el salvador y caudillo del pueblo de Israel? Pues se dieron las cosas de forma que Moisés hubo de huir porque el faraón lo buscaba para matarlo, y en ese momento Dios ha decidido construir un pueblo del que Moisés va a ser su conductor.

          Jesús se encuentra con que aquellas ciudades donde él había volcado sus milagros y su acción –Corozaín y Betsaida y Cafarnaúm- (Mt 11, 20-24), se han hecho ciudades impermeables a la acción que él les había traído. Y Jesús tiene sobre ellas unas palabras muy duras, y las compara con aquellas otras ciudades paganas –Tiro y Sidón- donde hubiera habido mejor respuesta que en las citadas ciudades israelitas. En consecuencia, les anuncia un final penoso porque su actuación ha sido semejante a la de Sodoma.

          ¿Qué diría hoy Jesús ante naciones que han abandonado sus principios cristianos y viven envueltas en verdaderas locuras y orgías en las que Dios y la Religión católica son espantosamente desconocidas por un alto porcentaje de la población…, o dejadas a un lado por otro inmenso grupo de personas que fueron creyentes e incluso practicantes, pero que ha ido abandonando todo lo concerniente a su fe, perdiéndose en los ídolos del dinero, del sexo, del poder, de la inconsistencia en mínimos valores que, siquiera, fueran valores humanos?


          Yo quiero pensar hoy en un P. Arnaiz, en medio de situación como la que estamos viviendo, y lo imagino actuando con una fuerza impresionante, presentando a tantas personas, hoy apartadas, los valores superiores de la vida cristiana. Con la fuerza con que los santos imprimen a sus intervenciones más difíciles.