jueves, 7 de junio de 2012

AMARÁS A DIOS


LITURGIA DEL DÍA
             Se levaría la palma el texto evangélico por ser el principio máximo y decisivo de toda actitud religiosa.  Y eso podría decirse en cualquier “religión” que fuera verdadera RE-LIGIÓN.  Como otras veces he explicado, la palabra RE-LIGIÓN pude derivarse de varias posible raíces: Re-ligión, de “religar”, que supone un estar especialmente ligado a un ser superior. O de la palabra “releer”, ue daría el sentido e una lectura diferente, a partir del reconocimiento de que lo humano no puede interpretarse desde la humano;  tiene que tener una especial referencia a alguien superior y distinto.  También de “relación”  Lo humano en necesaria relación y dependencia de otro mayor que él, que tiene más poder, más sabiduría, más visión. Un auténtico referente para su modo de vivir.
             Israel ha recibido una revelación, y su Dios no es solamente alguien que está por encima, o que dicta nueva lectura o con quien debe relacionarse.  Es Dios que está por encima de todo, y que es sumamente Bueno, y con quien relaciona una fuerza y razón de AMOR. Y que está tan por encima de toda característica humana, que hace saltar ese amor que a Él se le debe, por un AMOR HACIA LOS OTROS HOMBRES, nuestros compañeros de camino.  A Dios, con todo el corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro ser.  Eso tiene que ir grabado imborrablemente en el pensar y sentir humano.  Sintetizado en el AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS.  Pero tan amplio que, como el amor a Dios se abre a todas sus criaturas, al prójimo hay que amarlo como a uno mismo.  Dos mandatos de amor que quedan simplificados en UN MANDATO, porque amar a Dios y no a los semejantes, sería una mentira.
             Gran 1ª lectura de la exhortación vibrante de San Pablo a su discípulo Timoteo:  Base de arranque: el recuerdo de Jesucristo, siempre y primeramente, con su historia de redención.  Y eso, aunque cueste la cárcel y la vida, porque la Palabra de Dios no está encadenada. Yo lo estoy, dice Pablo desde su prisión, por tal que ellos alcancen la salvación. Jesús siempre permanece fiel.  Vive el Evangelio y sé fiel al Evangelio. Con él, recuérdales que no se pierdan en discusiones inútiles, catastróficas, de palabras. Que ante Dios quedes aprobado por tu fiel presentación del Evangelio, aunque otros no lo quieran.  Sé un obrero fiel de la causa que se te ha encomendado.

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