sábado, 23 de junio de 2012

Apéndices



APÉNDICE

Acabadas las explicaciones y reflexiones que se me han ido ocurriendo, acabo el presente tema de la Misa con esas expresiones vulgares que se suelen utilizar en el lenguaje ordinario.

Nací y viví bajo le expresión: OÍR MISA.  Fue el modo normal de decir.  Y no dejaba de tener su fundamento en aquel silencio total de quienes íbamos a Misa.  “Más callados que en Misa”, que era un refrán también del acervo popular.  Si encima de todo la Misa era en latín y con el sacerdote de espaldas, no era tan descabellado ir a oír Misa.  Cada fiel cristiano llevaba su “Misal de Fueles”, generalmente bilingüe –latín/lengua vernácula- y seguíamos la Misa perfectamente
Hoy comprendemos que es un modo muy impropio de hablar porque a la Misa no se va a “oír”, aunque también se ha de OÍR, ¡y de qué manera!, la Palabra de Dios.

El americanismo nos metió una expresión mucho más absurda.  El Sacerdote VA A DAR MISA.  Eso sí que no tiene por dónde cogerlo, aunque sea la forma hoy habitual, y bien expresiva de la lejanía del pueblo de lo que realmente se hace en ese momento.
Quisiera encontrar una explicación que justificara, aunque fuera de lejos, tal dicho.  Pero no lo encuentro. Porque casi puedo asegurar que ni siquiera se refiere como “dar la Comunión”.

MISA:  expresión habitual, normal, y –si se entiende en su valor- muy expresiva.  Vamos al ENVÍO…, a ser enviados, a recibir el encargo de Jesús.
Es lógico que perdida la cultura latina, la palabra “misa” se queda como nombre propio de un hecho concreto.  Y como tal modo de expresión. Poco o nada significativo.

EUCARISTÍA.  Ya nos elevamos a la esencia de aquella Acción de Gracias que se utilizaba en los primeros tiempos de la Iglesia, y que consta en los escritos del Nuevo Testamento.
“Celebrad la Acción de Gracias” era ya una realidad bíblica y teológica.  Y como “acción de gracias” es exactamente la palabra: EUCARISTÍA, CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA tiene todos los parabienes y preferencias de un tiempo –siempre tan pendular- de la historia.  No es entonces extraño que en unos Ejercicios Espirituales se describa en el “horario” el tiempo de “EUCARISTÍA”.  Como todas las cosas, sería bueno y muy loable si no fuera excluyente.  Porque igualmente mantiene su sentido “Celebrar la Santa Misa”, que necesita –como la “eucaristía” su traducción para hacerlo inteligible. Si ahí es celebrar la acción de gracias,  aquí será celebrar el envío…, el importantísimo momento de recibir el mandato de Cristo en los momentos previos a su Ascensión: ID  AL MUNDO ENTERO…, o vais enviados al mundo para bautizar, predicar, hacer discípulos…

PARTIR EL PAN fue expresión utilizada en los escritos del Nuevo Testamento, con toda la riqueza de contenido que supone “partir un mismo pan para comer todos de el”: porque sois uno los que coméis del mismo Pan, con todo el valor y exigencia de tal expresión, que encierra el sentido esencial de la COMUNIÓN, como el hecho que nos une a todos, para que seamos UNO como el Padre y Cristo son UNO.   Y porque si estáis divididos, no sea que os devoréis, que también advierte San Pablo.


Como añadido final, que no sé si dije en su lugar (el de LA PAZ), añado un dato a saber por los fieles:
            Como me gusta no dejar flecos prácticos sin tocar, he de advertir que la INSTRUCCIÓN  LITÚRGICA oficial sobre la Celebración de la Misa, advierte expresamente que el Sacerdote nunca debe abandonar el presbiterio (o su  lugar de Presbítero celebrante) para ir a dar la paz a los fieles.


LITURGIA DEL DÍA
Seguimos con la 1ª lectura que nos cuenta las intrigas y crímenes de aquellos reyes.  Y Dios sobresaliendo siempre por encima providencialmente, para ir construyendo la HISTORIA DE LA SALVACIÓN, en medio de tanta barbarie humana.  El pueblo, y los escritores sagrados, en su modo de ver la vida –donde Dios tenía que ser el que manejara todos los hilos- atribuyen a un Dios “enfadado” los desastres que vienen sobre aquel pueblo.
En el Evangelio Jesús viene a dar la gran respuesta: Dios es siempre providente, y conduce todo al bien. Las barrabasadas y las preocupaciones son humanas y sólo humanas, porque Dios está sobre cada persona con su mano providente amorosa.  Que si ya se cuida de lirios y pájaros, ¡Cuánto más de los hombres y mujeres que son sus hijos!
Lo que sí advierte claramente Jesús es que hay dos realidades imposibles de unir: Dios y “el dinero”.  Claro: para un occidental, “dinero” es moneda, euros, dólares, denarios…  En realidad expresa todo elemento de “poder” (de falso poder).  Sería una escapatoria fácil para el que no tiene dinero…, que vería tranquilamente este evangelio como que no va con él.  Pero el PODER más grande y perjudicial que hay en la humanidad es EL PROPIO YO, con el que siempre nos acabamos anteponiendo al mismo Dios.
De ahí la conclusión de Jesús: Buscad primero el Reino de Dios y su santidad.  Lo demás es añadidura… Vivir el HOY… “ayer” Y “mañana” no existen.  HOY hay que vivirlo y rendir lo mejor.

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