lunes, 11 de junio de 2012

11 de junio. Mes del AMOR


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Corazón de Jesús, hecho semejante a nosotros en todo menos en el pecado.
Cordero de Dios, que, tomándolos sobre Ti para expiarlos, quitas los pecados del mundo Pontífice Santo, que confiesas que eres todo puro y no admites mancha alguna.

Llenos de vergüenza y confusión acudimos a Ti como el leproso del Evangelio y Te suplicamos: «Se­ñor, si quieres, puedes limpiarme».

Alcánzanos del Padre, interno conocimiento de nuestros pecados, y aborrecimiento de ellos y un profundo sentimiento del desorden en nuestras ac­ciones.

     Concédenos conservar en medio de tanta agitación del mundo moderno y de las voces humanas, la familiaridad con las grandes realidades de la muerte, del infierno y sobre todo de tu Pasión inolvidable, como medio de asegurarnos tu eterna compañía.

     Que el convencimiento de la pureza que exiges de nosotros nos haga luchar contra tanta impureza de nuestro tiempo y desterrar del corazón todo deseo o afecto desordenado.

Y con esos hermanos nuestros tan alejados de Ti, danos tu mirada divina: que odiemos (en ellos) el pecado, pero que amemos al pobre pecador y le ayu­demos con nuestras oraciones a levantarse de sus caídas y lo recibamos con entrañas de misericordia como a hijos pródigos tuyos.

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