martes, 26 de junio de 2012

Puertas: ancha y estrecha


LECTURAS DEL DÍA
             Hoy tenemos una variante en la narración del libro de los Reyes. Los extranjeros han visto in Israel totalmente vulnerable por la locura de sus reyes. Y el que ahora es rey de Asiria decide invadir Palestina.  El rey Ezequías, hombre que es fiel a Dios, ve claramente que el ejército enemigo es muy grande y que no puede salirle al encuentro para impedir la toma de Jerusalén.  Y en vez de reunir soldados, se va al Templo con la carta amenazadora del rey de Asiria.  Y Dios le dice que ésta es una causa de Dios y que no se inquiete.  De hecho el propio ejército asirio se destruye a sí mismo. “Un ángel de Dios”, que era la fórmula usada para hablar de Dios mismo que providencialmente interviene.  Y DIOS SALVA A SU PUEBLO.  Es la gran lección: la salvación viene de Dios;  no de los reyes ni de los ejércitos.
             EVANGELIO en la misma línea de ayer: nada de “evangelios fáciles” ni de planteamientos a nuestro gusto.  Cierto, dice Jesús, que es inútil echar las perlas a los cerdos.  También dijo en otra ocasión, con mucha más suavidad, por las circunstancias, que “el pan de los hijos no es para los perrillos”. Aquí es muy claro que no se pierda el tiempo en pretender enseñar a quien no quiere aprender…, a quien va manipulando la misma Palabra de Dios para llevarla a su terreno.  Porque, se quiera o no se quiera, el camino del Reino es estrecho y la puerta que accede a él, más estrecha todavía.  Quien pretende avanzar por la autopista de la vida, que permite muchas velocidades, esos ni siquiera llegan a ver la puerta.  Se les pasa de largo.  ¡Y ésta es experiencia que estamos viendo todos los días”, y a poco que nos miremos, veremos el poso de mentira que encerramos dentro “los espirituales”, si no nos dejamos convencer por Jesús que está advirtiendo lo contrario: LA PUERTA ES ESTRECHA y sólo la descubren, y entran por ella, los que se toman en serio el Reino, el Evangelio, la doctrina completa de Jesús.  Pero ese es el camino que lleva a la vida.
             La otra manera de “saber vivir”, de “vivir la vida”, de crear un evangelio de chocolate, es muy fácil.  Pero hace perder la perspectiva auténtica de la VERDAD.  ¡Y muchos entran por ahí!, apostilla el Señor.

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