jueves, 28 de junio de 2012

28 junio


28
Corazón de Jesús, Padre y Cabeza de la Iglesia nacida de tu costado abierto, por la cual somos mística y verdaderamente miembros tuyos, regados por tu Sangre y vivificados por tu Espíritu.

Haznos comprender y sentir el gran misterio encerrado en Ti y en tu Iglesia. Persuádenos de que jamás podremos amar al Espíritu, a lo místico, a lo invisible de tu Iglesia, si no amamos a lo visible, a su Carne.

Que comprendamos intensamente que solo a tra­vés de tu Iglesia y de sus sacerdotes, elegidos tuyos, es como eres para nosotros camino, verdad y vida, salvación y santificación.

Haz que vivamos la maravilla sobrehumana de haber sido incorporados por ella, como miembros sa­yos, no solo a tu Redención, sino de algún modo a tu Encarnación.

Que este amor deslumbrado y gozoso de tu Igle­sia, nos haga sentir con ella; nos haga hijos amantes e incondicionales de tu Vicario, el Romano Pontífice; respetuosos colaboradores de la jerarquía y de todos nuestros hermanos; nos haga conserva- intacta la propia fidelidad a la legitima autoridad por Ti esta­blecida, hasta ser dignos, si es preciso, de sufrir por tu nombre afrentas, persecuciones, cárceles y muerte.

Y otórganos, por último, Señor, ser insoborna­bles, y consecuentes con toda la tradición y virtua­lidad de la doctrina de tu Iglesia, y de su estilo de acción, quemando en su servicio todas nuestras ener­gías, dispuestos al supremo testimonió de la sangre.

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