martes, 5 de junio de 2012

5 de junio


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     Corazón de Jesús, nacido en el desamparo de Be­lén y abandonado de tus apóstoles en la hora del dolor. Corazón saturado de oprobios y triturado por nuestros pecados. Hoy llevas todavía tus heridas y tu corona de espinas en los miembros doloridos de tu Iglesia perseguida, y todavía recibes hoy en ellos, los azotes de los que te odian.

Haz que nos llegue hasta el alma y allí nos arda como una llaga, el desamparo que hoy puedes sentir cuando tantos intentan anularte de la vida real, para que no quede ni rastro de tu Nombre.

Haz que mientras haya malicia en el mundo y dolores en tu Cuerpo Místico maltratado por el egoísmo o la violencia de muchos, nos duela una vida de diversiones y comodidad.

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