Día
15-3-2016. Martes
Buscamos
y leemos: Números 21, 4-9
Hoy
es la primera vez que se lee en Cuaresma el libro de los Números. Es el cuarto
libro del Pentateuco y su nombre se debe, sin duda, a los muchos números,
censos, listas y empadronamientos que se consignan en este libro.
Lo
primero que hay que decir sobre el relato de hoy de la serpiente de bronce es
que Dios no envió contra el pueblo serpientes venenosas. Simplemente pasaron
por un lugar que había serpientes venenosas. La forma de expresarlo el autor o
autores del libro obedece a un esquema teológico en cuatro tiempos: 1º.- Se da
el “pecado”. En este caso de impaciencia y murmuraciones del pueblo contra el
Señor y Moisés. 2º.- “Castigo”, que según su mentalidad era Dios el que enviaba
contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían. 3º.- “Conversión” del
pueblo e intercesión de Moisés y 4º.- “Salvación”. Dios mandó alzar sobre un
asta una serpiente de bronce y a cuantos la miraban se curaban.
La
serpiente de bronce alzada sobre un asta le proporciona al evangelio de Juan
(Jn 3, 14) un buen símbolo para expresar de una manera plástica la fuerza
salvífica y el poder curativo, que se difunde sobre todos los creyentes, a
partir de Cristo alzado en la cruz.
NÚMEROS21,4-9.- Busco y leo: Este fragmento se refiere a un nuevo episodio de protesta del pueblo durante el Éxodo. Los israelitas están agotados por el viaje. El Señor camina con ellos y no deja de manifestarles su poder; pero no están satisfechos, ni comprenden; y empiezan a murmurar contra Dios y contra Moisés. En seguida viene el "castigo", las picaduras de serpientes venenosas, algunos murieron. Moisés intercedió ante Jahvé y, el castigo se trocó en misericordia. El antídoto es la serpiente de bronce, alzada como estandarte al que miraban con fe y se curaban. La tradición Yavista incorporó este culto, idolátrico, hasta que el rey Ezequías lo prohibió. Si la serpiente elevada en el estandarte, para Israel fue un signo de la misericordia de Dios, en el Evangelio, Cristo, exaltado en la Cruz, muestra a la vez el castigo y la misericordia. Jesús, el cordero inmolado en la cruz, es el castigo de Dios por nuestro pecado y, a la vez,la mayor manifestación del poder divino que sana el pecado.
ResponderEliminar