Liturgia
Se repite la lectura 1ª del Domingo de Ramos, con dos versículos más,
al final (Is 50, 4-9). Una descripción anticipada de algunos momentos de la
Pasión: ofrecí la espalda a los que me
golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a
insultos y salivazos… Acaba con la confianza de tener cerca a su abogado… ¿quién pleiteará contra mí?: el Señor me
ayuda.
El evangelio de Mt 26, 14-25 nos vuelve a poner ante la
escena de ayer con algunos detalles nuevos: Judas se ofrece a entregar a Jesús
a cambio de que le den dinero. Luego pasa el relato al mismo día de la Pascua (la
que adelantó Jesús) y en la cena Jesús declara que uno de vosotros me va a entregar. Los apóstoles van preguntando,
perplejos, si acaso soy yo. –No, sino
uno que mete la mano en el mismo plato
que yo. El Hijo del hombre va a ser entregado, pero ¡ay! del que lo entrega:
más le valiera no haber nacido. Judas pregunta entonces, con toda
desfachatez: Soy yo acaso, Maestro? –ASÍ
ES, respondió Jesús.
Estamos hoy en las vísperas de la celebración y ha quedado
todo a punto de vivir nosotros con Jesús la Cena Pascual.
PASIÓN DE JESÚS

También ha
dejado asombrados y constreñidos a los que acompañaban a Jesús al pie de la cruz. Todos
ellos y la Madre miran al Cielo como quien descubre a Dios en aquellos fenómenos de una naturaleza que se rebela
ante la muerte del Creador. En el Templo se ha rasgado el velo sagrado que
ocultaba el misterio, que ya ha perdido su sentido porque ya no valen los
símbolos aquellos cuando se tiene delante la verdad misma de una nueva era que
acaba de comenzar, aunque aún permanezca en el silencio.
Ya ha acabado
el sufrimiento de Jesús pero queda un vacío enorme en los corazones de
aquellos. Ha acabado un sufrimiento físico en Jesús, pero queda ahora en ellos un
sufrimiento moral. Y concretamente se
hace mucho más vivo en el corazón de la madre, porque ahora está por delante la
sepultura. Y tal como se han dado las cosas, a Jesús lo bajarán de la cruz los
propios soldados para echarlo en una fosa común con los otros ajusticiados… Y
eso levanta un pesar profundo en María. De momento es velar el cadáver, pero
luego…
El Calvario ha quedado casi vacío porque las gentes se han
marchado horrorizadas. Quedan aun vivos los malhechores, sus familiares, el
Centurión y los soldados que tienen que vigilar, y Maria, las mujeres y “el
discípulo”.
En las otras cruces siguen padeciendo los condenados y sus
deudos, sin más perspectiva que la muerte y el dolor desesperado y desesperanzado,
con la perspectiva del compañero de suplicio que ya ha muerto.
El caso es que queda muy poco tiempo para que pueda actuarse
porque se echa encima la pascua de los judíos, el día grande de la Parasceve.
Por eso se ha de proceder a provocar la muerte de aquellos dos hombres crucificados.
Y posiblemente sube un pequeño destacamento de hombres para comprobar la muerte
de los condenados, o en su caso, realizar la macabra operación de partirles las
piernas para que no pudiendo entonces apoyarse para respirar, acaben muertos
por la asfixia. Y aquellos tres grupos de personas han de asistir a la terrible
escena, entre los gritos de dolor de las víctimas y las protestas de los
familiares, y la condolencia, no menos sentida, de los que velan el cadáver de
Jesús, a los que les queda el leve consuelo de que no harán aquella barbaridad
con el que ya ha muerto.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÒLICA (Continuaciòn)
ResponderEliminarPRIMER MANDAMIENTO:"Amaràs a Dios sobre todas las cosas".
La supersticiòn atenta contra el primer mandamiento,porque atribuye a personas o cosas poderes que s`lo corresponden a Dios.El honor que debìa dirigirse a Èl se deriva a una de sus criaturas.
Todo lo bueno nos viene de Dios; no de una pata de conejo ,una herradura o tocar madera.Y nada malo sucede si Dios no lo permite, y siempre que de algùn modo contribuya a nuestro ùltimo fin; ni derramar sal, ni romper un espejo ni el nùmero trece atraerà nada malo sobre nuestra cabeza. Sòlo y solamente Dios conoce de modo absoluto nuestro futuro, sin peros ni acasos.
Poe esta razòn creer en adivinos y espiritistas atenta contra el primer mandamiento, porque es un deshonor a Dios. Los adivinos saben combinar la psicologìa con la ley de probalidades y quizà conalgo de "cuento" y son capaces de confundir incluso a personas inteligentes.
Los espiritistas combinan su anormalidad (Histeria autoinducida) con la humana sugestionalidad y, a menudo, con engaño declarado y pueden preparar escenas capaces de impresionar a muchos que se las dan de ilustrados.
Decir la buenaventura o leer la palma de la mano, nadie se lo toma en serio, lo condideran diversiòn.La consulta a adivinos y espiritistas es bien distinto.
Continuarà
¡Terrorífico! Llama la atención la verdad contada por los evangelistas, incluso en un punto tan delicadopara la Comunidad Apostólica como la traición. Todos dicen que Judas era "uno de los doce", que había sido escogido personalmente por Jesús, que le había regalado su amistad, que había sido su amigo íntimo, que había sido testigo de la resurrección de Lázaro y de muchos otros milagros...Todo esto ocurre mientras preparan la cena pascual, memorial del amor libertador de Dios( y, para nosotros, memorial de la muerte y resurrección de Jesús). Él sigue confiando en la Iglesia y en los hombres a pesar de nuestro pecado.
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