Día
6-3-2016. IV Domingo de Cuaresma “Laetare”
Buscamos
y leemos: Josué 5, 9ª.10-12
El verdadero protagonista de este
libro, que hoy nos trae por primera vez la liturgia de Cuaresma, no es tanto
Josué cuanto la “tierra”, cuya conquista y reparto entre las tribus, llena
todas sus páginas. La entrada en la tierra es el cumplimiento de la promesa
hechas a los patriarcas y repetida a Moisés. Es la culminación de una gesta que
empezó con la salida de Egipto.
Hoy,
“Domingo laetare”, domingo de alegría –un oasis en la Cuaresma- el pueblo de
Israel celebra la pascua y el padre de la parábola, que acoge al hijo pródigo,
celebra su vuelta a casa.
Centrándonos
en el texto de Josué vemos que después de pasar el Jordán y de circuncidarse,
los israelitas celebran la pascua de un modo público y comunitario, pues es la
primera que se celebra en la tierra prometida.
El
narrador señala que con aquella pascua en la tierra santa acaba una época de la
historia de la salvación y comienza otra. Hasta entonces se habían alimentado
del maná, pero este cesa automáticamente porque pierde su razón de ser. A aquel
milagro le sucede el de la cosecha anual. La situación cambia, pero Dios es el
mismo y sigue fiel a sus promesas. Desde el día siguiente a la pascua empezarán
a comer de los frutos de la tierra.
Josué5,9ª10-12.-La historia de Israel después de la muerte de Moisés, está dominada por Josué. El propio Moisés por orden de Jahvé lo llamó para que fuera su sucesor, porque debía introducir al pueblo elegido en la tierra que Dios juró dar a sus padres.
ResponderEliminarDespués de un fatigoso caminar por el desierto, el pueblo elegido, al que Dios le llama "hijo", por fin, toma posesión de la Tierra prometida. Al llegar, han de someterse al rito de la circuncisión(vv3-5); es un signo de purificación y una renovación de la alianza.Se celebra la pascua al "atardecer". Es una noche de fiesta como la del comienzo del Éxodo, una vigilia llena de esperanza. Al "día siguiente"(V11)Israel experimenta la poderosa intervención del Señor; Dios le dice a Josué:"Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto" (v9).
Y el "signo"es: el pueblo que durante 40 años se había alimentado con el maná, pan de lágrimas, puro regalo del Señor, ahora por primera vez, come de los frutos de la tierra. Israel, circuncidado, es decir, santificado, tiene la experiencia filial de haber llegado a casa.