Yo no lo busco mucho, más bien me encuentra el. Lo descubro a veces escondido detrás de una página del Evangelio, en una carta de San Pablo, en la Eucaristía a veces le veo mejor y otras peor. Le descubro en una buena obra, o en el buen testimonio de alguien.
Yo no lo busco mucho, más bien me encuentra el. Lo descubro a veces escondido detrás de una página del Evangelio, en una carta de San Pablo, en la Eucaristía a veces le veo mejor y otras peor. Le descubro en una buena obra, o en el buen testimonio de alguien.
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