martes, 29 de marzo de 2016

29 marzo: Comprobación del sepulcro

El día 1 es Primer Viernes.
Reunión en Málaga a 5’30
Liturgia
          Hech 2, 36-41, sigue el discurso de Pedro en Pentecostés: A ese mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías.
          Estas palabras les traspasaron el corazón y preguntaron: Hermanos, ¿qué tenemos que hacer? –CONVERTIOS y bautizaos todos… Escapad de esta generación perversa.
          En el evangelio, Jn 20 narra la aparición a Magdalena, con todo el dramatismo de la mujer enloquecida que busca el cuerpo inerte de Jesús, y se lo encuentra vivo. Jesús pronunció su nombre y ahí comienza una nueva vida. Jesus es SU MAESTRO, su Señor. Y ella debe avisarlo a los apóstoles.

VIDA GLORIOSA
          María Magdalena ha levantado la alarma: el sepulcro está abierto. Y según ella –que no ha llegado hasta él- se han llevado al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. Dice el texto de San Juan que fue a avisar a Pedro y al “otro discípulo”. Y ellos se sienten en la obligación de ir a ver, y van corriendo. Pero Pedro corre menos y el “otro discípulo” corre más aprisa, con lo que llega antes al lugar, pero sin perderse de la vista de Pedro. Es un dato importante porque si él lo hace a su manera, podía haber cambiado la realidad de lo que hay allí dentro. Se limitó a inclinarse y mirar, y lo que ve son la sábana “tendida” (dice la traducción oficial española), corrigiendo la traducción habitual: “por el suelo”, y dando un sentido más coherente a lo que debieron ver. Llegó Pedro y entró sin detenerse, y vio lo que ya estaba descrito por el otro discípulo: los lienzos plegados y el sudario de la cabeza, aparte.
          “Plegados” o “tendidos” expresa el efecto de haberse esfumado el cuerpo que habían cubierto por arriba y por abajo. Al desaparecer el cadáver, la parte de encima se había plegado sobre la de debajo. Era evidente que nadie había robado el cuerpo y se lo iba a llevar sin la sábana que lo envolvía. Y se quedan perplejos los dos, y más Simón Pedro, más tardo en descubrir el misterio que había debajo de aquello. El “otro discípulo”, que entra después que Pedro representa a la comunidad cristiana, y está mejor dispuesta a la fe, y cree antes. VIO Y CREYO. Nos dice el texto que todavía no conocían la Escritura: “Convenía que resucitase de entre los muertos”. Pero –por decirlo en lenguaje coloquial- la fe del pueblo es más dada a creer y no ha necesitado conocer esa Escritura, y sin embargo se ha movido a la fe por el mismo hecho de ver lo que ha visto. Pedro, que representa “lo oficial”, necesita más tiempo.
          Cuando bajaban los dos, debió Pedro ir muy pensativo, mientras que “el otro” caminaba con el gozo de su fe. Y al cabo de algún rato no tuvieron más remedio que comentar, y que la fe del “otro” fue emocionando a Pedro, cada vez más necesitado de reencontrarse con Jesús, por el peso que le atenazaba desde aquella medianoche en casa de Caifás, cuando él negó al Maestro. Y en el fondo estaba creyendo ya pero le oprimía aún la losa de sus negaciones y aquella mirada dolorida de Jesús… ¡Necesitaba verlo!
          En el Cenáculo se encontraban en un mar de confusiones, en un ir y venir de noticias. Según Magdalena, habían robado el cadáver. Según las mujeres, había resucitado (aunque no las creyeron…, pero su gusanillo les quedó dentro). Ahora aguardaban el regreso de los que habían subido a comprobar. Y la noticia que reciben es que no está el cuerpo, pero que no hay trazas de robo, sino algo muy difícil de explicar, si no es por la fe y la palabra de la Escritura, que necesitan asimilar. Hay una alegría que quiere contagiarse y unas resistencias que parecen quedarse con el mensaje del pesimismo…
          Es una experiencia muy humana: no se acaba de creer pero tampoco queda cerrada a puerta a la fe. Una experiencia muy semejante a la nuestra, que vivimos ese “sí pero no” que sale de querer creer y toparnos con la materialidad de lo cotidiano. Una experiencia de vida gloriosa que aún no ha despuntado tan plena, aunque creemos en ella, pero estamos apegados al lastre del día a día.

          Magdalena se ha ido, sin encontrarse con los dos, aunque habían seguido el mismo camino de bajada y de subida. Ella se vuelve al sepulcro, único punto en el que puede encontrar un dolorido consuelo.

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad9:12 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÒLICA (Continuación)

    PRIMER MANDAMIENTO:"Amaràs a Dios sobre todas las cosas".

    ESOTERISMO:Muchas personas hoy en dìa hacen yoga por razones de salud, participan en cursos de meditación(MEDITACIÔN) para estar en silencio y recogimiento,o asisten a talleres de danza para hacer una nueva experiencia de su cuerpo. No siempre estas técnicas son inofensivas.A veces son el instrumento para una doctrina ejena al cristianismo, el ESOTERISMO. Ningún hombreb sensato debe compartir esta cosmovisión irracional en la que abundan los espíritus, los duendes y nlos àngeles (esotèricos), en la que se cree en la magia y los "iniciados" poseen un conocimiento secreto que se oculta al "pueblo llano". Ya en tiempos del antiguo Israel se desenmascararon las creencias en dioses uy espíritus de los pueblos vecinos. Sòlo Dios es el Señor;no hayn otro Dios fuera deb Èl.Tampoco hay una técnica mágica mediante la cual se puede conjurar "la divinidad", imponer sus deseos al universo y salvarse a sì mismo. Mucho del esoterismo es, desde el punto de vista cristiano, SUPERSTICIÔN Y OCULTISMO.

    Continuarà

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  2. "¡María!", "¡Rabboní!" María reconoce a Jesús porque Él la había reconocido a ella por ser una persona amada por el Padre y elegida y llamada para dar a conocer a los hermanos la alegría del Evangelio. Los que escuchaban a Pedro se sintieron muy afectados y le preguntaban:¿"Qué tenemos qué hacer?"Y,Pedro les decía, lo que hoy nos dice a nosotros:Os tenéis que dejar interpelar; Los que cada día escuchamos la Palabra y la acogemos, debemos dejarnos transformar por Aquél que sale a nuestro encuentro y se interesa vivamente por nuestros sufrimientos,y por nuestras inquietudes,"¿por qué lloras?", "¿a quién andas buscando?".

    Buscamos la Paz, la justicia, la fraternidad, ¡buscamos al Resucitado!

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