domingo, 25 de marzo de 2012

Nuestra oración de hoy (1ª parte)

Llegarán los días -oráculo del Señor- en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. 
No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque yo era su dueño -oráculo del Señor-. 
Esta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo del Señor-: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.
Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: "Conozcan al Señor ". Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande -oráculo del Señor-. Porque yo habré perdonado su iniquidad y no me acordaré más de su pecado.  


Habla el profeta Jeremías. Consulto internet para saber cuando vivió Jeremías, y encuentro esto:

Jeremías vivió entre el 650-586 A.C en Judá,JerusalénBabilonia y Egipto. Vivió en la misma época que el profeta Ezequiel y fue antecesor de Daniel.

Me llama la atención que cuando habla es como si hablara Dios mismo. No se lo que significa la expresión "oráculo del Señor", aunque tengo una intuición. No lo veo relevante para sentir y tratar de ver lo que habla el profeta. Anuncia un tiempo futuro. Habla de dos Alianzas de Dios. Una antigua que hizo con el pueblo de Israel, que se remonta al tiempo en que fueron liberados de la ESCLAVITUD a la que estaban sometidos en Egipto.

Esa Alianza fue rota, a pesar de que Dios les guió hasta la tierra prometida.

Pero Dios por medio del profeta, anuncia una NUEVA ALIANZA en un tiempo futuro. Una Alianza que ya no es como la anterior. En la anterior tenían las tablas de la Ley, ahora Dios mismo anuncia que escribirá su Ley en el interior de cada persona. Esta nueva ALIANZA nos pone delante de nuestra propia conciencia, y ningún hombre tiene ya excusa para no "conocer al Señor".

Lo que veo aquí, es que antes en la Antigua Alianza, los hombres no podían ver a Dios, como lo podemos ver hoy, porque Dios aún no se había manifestado a la humanidad entera en forma visible. Es decir, de carne y hueso. Ahora en cambio TODOS pueden llegar a CONOCER A DIOS, por medio de Jesucristo, el cual vino al mundo y se entregó por nosotros, constituyendo la nueva Alianza en su Sangre. Ya no es la sangre de animales la que se ofrece por los pecados, sino la del Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Ahora, ese miembro de tu familia que no acepta a Cristo como su salvador y Señor, sabe quien es Cristo, porque estamos en una sociedad globalizada, donde los medios de comunicación llegan a una gran parte de la población. ¿No se habrá hablado ya de Cristo en el mundo en 2.012 años de historia? ¿No existen películas? ¿Internet? ¿Misioneros?...

Hasta el musulmán sabe reconocer a Jesús en la cruz, pero no cree en El. Pero la promesa del profeta abarca que después de escribir la Ley en el interior de la persona, esos "todos", desde el pequeño al grande, conocerán al Señor. ¿Y cuando sucederá esto?

Esto ya sucedió en cierto modo, cuando Cristo murió en la cruz, porque entonces fue cuando se nos abrió a todos la posibilidad del perdón de nuestros pecados, por los cuales estábamos muertos. Ahora Dios nos perdona, y nos perdona de verdad. "No se acuerda más de nuestro pecado".

Antes de la Nueva Alianza, si una persona quería conocer a Dios, ¿dónde lo buscaba?. ¿En el Templo de Jerusalen, quizás? Y si acudías al Templo de Jerusalen, ¿dónde lo encontrabas? Un pagano, lo tenía difícil para acercarse a Dios, porque no había forma de verlo. ¿En la zarza ardiente? Eso sólo lo vio Moisés. Pero esa imagen de Dios no es comprensible para el ser humano. Por eso Dios se hizo hombre. Para acercarse a nosotros, a nuestro modo, de nuestra forma, con nuestra imagen. Para que resultara reconocible. Para que nadie tuviera ya excusas para no conocer a Dios.

No. En un aspecto, ya no tenemos que enseñarnos mutuamente como dice el profeta, porque Dios está presente en todas partes. Dios está presente de una forma especial en los Sacramentos de la Iglesia Católica. Dios se hace presente ahora en cada persona que cree en Cristo, y se deja guiar por el Espíritu Santo. A ese, Dios lo instruye internamente, incluso mientras duerme, como dice el Salmo.

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