jueves, 29 de marzo de 2012

la 2ª Palabra


HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO

A izquierda y derecha de Jesús, dos ladrones, atracadores en las encrucijadas de la vida, y condenados a muerte. Por tanto, con delito de sangre. Así se justificaba Pilato de su sentencia contra Jesús.

Ladrones de mil especies, soñando paraísos con el menor esfuerzo: robando. Hay robos especializados: roban bienestar, honras ajenas, paz en la familia, tiempos a quienes necesitan… A aquellos dos, los atraparon. Los otros, no aparecen.

De aquellos dos, uno se volvió a Jesús y le dijo: Acuérdate de mí cuando estés en tu Reino. El otro pensó en un paraíso más cercano, más aquí en la tierra, a base de que Jesús se bajase de la cruz y los bajase a ellos. ¡¡Y creeremos en Ti!

¿Verdad que me gusta más esa idea, y que va más en consonancia con mi sentir? El Cielo está lejos… “Las estrellas están en el cielo”, pintaron en el muro de un templo. ¡Vamos a disfrutar ahora, aquí, donde está nuestro vivir y nuestro gozar! Ese ladrón quiere seguir echándose a vivir y seguir buscando sus paraísos. Yo no ando muy lejos; prefiero bajarme de mi cruz actual, real, concreta.

Cuando has podido multiplicar panes y amainar tempestades, ¿acaso no puedes, Jesús, bajar de la cruz,?

Dice Jesús: SÍ PUEDO.

¿No sería fantástico para el Reino que dejases mudos a tus enemigos bajándote de la cruz…, acabando con los ricos injustos, suprimiendo los sufrimiento de los pobres? ¿Es que no puedes?

Dice Jesús: SÍ PUEDO.

Pondrían tu nombre y tu imagen en el pináculo del mundo si dieses Escuelas, Hospitales, a tantas familias que sufren o que necesitan promocionarse?

Dice Jesús: SÍ PUEDO.

Entonces es muy claro, Cristo: ¡Baja de la cruz, escapa de tus tormentos, desclava tus clavos…, y quita la cruz de los que sufren, y nos quitas a todos nuestros clavos que nos hieren el cuerpo y el alma? Y quitaremos la injusticia del mundo y liberar a tantos oprimidos.

Dice Jesús: SÍ PUEDO, PERO NO QUIERO. Se han bajado de la cruz muchos hombres y mujeres “honrados”, muchos padres y madres “cristianos”, que no quieren la carga de hijos, o de sus ancianos. Ya muchos consiguieron “dar la vuelta a la tortilla”…, y hacerse la suya propia aplastando ahora a los otros en nombre de la igualdad. Ya los cristianos se han quitado de encima la Confesión Sacramental, el 6º mandamiento, el tener una Ley de Dios…, y no por eso han alcanzado paraísos. Ahora fue la desbandada de los defraudados, los nostálgicos, los fanáticos, los extremistas, los que a sí mismos se situaron fuera de toda ley. Han dado su patada contra el “aguijón” de la Religión, del Evangelio, de la cordura, de la fe que sostiene y alienta…, y les queda ahora morir como los perros…

¡Jesús, ahora te lo pido yo: NOE TE BAJES DE LA CRUZ! ¡Aguanta!, ayúdanos desde ahí a aguantar nosotros. CREEMOS EN TI, precisamente porque NO TE BAJASTE DE LA CRUZ. Tu poder fue precisamente el no bajar. ¡No nos dejes caer en la tentación de bajarnos de nuestras cruces, pretendiendo paraísos falaces.

En cuanto a ti, buen ladrón: enséñanos el arte de acabar robando, siquiera en el último instante, ESE PARAÍSO del VERDADERO REINO DE DIOS, aunque requiera primero la muerte y tal muerte. Jesús mío: saber que todo eso será CONTIGO, ya nos da sentido para seguir ahora subidos y clavados en nuestra cruz.


JUEVES DE PASIÓN

Un punto muy simple y muy radicalmente decisivo en las Lecturas de hoy: la fidelidad absoluta de Dios que no se retracta de sus pactos de amor con la humanidad (=Alianzas). Prometida desde los albores, en Adán, y concentrada en el pueblo hebreo en la persona de Abrahán, y ya -de parte de Dios. para siempre. Que el pueblo la rompió innumerables veces, es bien sabido. Pero la alianza-fidelidad de Dios permanece para siempre y se hace eterna en Cristo, que es la "boda" irrompible de Dios con la humanidad: sangre de la Nueva Alianza. eterna, por todos. Y los judíos pretenderán matar a Jesús porque se declara el FIEL, el que desde siempre fue fiel a su pueblo.. ¡Y acabarán matándolo! Pero ni eso le hará desistir. Y así, el Padre lo glorificará con Gloria eterna.

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