sábado, 19 de mayo de 2012

Espíritu Santo 2


             Ezequiel (36, 16) se encuentra ante el dolor de un pueblo infiel, “adúltero” (porque se ha ido ante ídolos, siendo desleal con su Dios. Piensa Ezequiel que eso le ha costado al pueblo el destierro, y que ahora lo sufre por haber abandonado a su Dios, y hasta describe a Dios con los propios sentimientos del profeta: un Dios encolerizado que toma venganza.
             Y la “venganza” de ese Dios de Israel –que es fiel, siempre fiel- es mostrarse Santo, misericordioso.  Está “dolorido” porque su Pueblo ha profanado el nombre de Dios, escandalizando a los mismos pueblos gentiles y paganos.  ¡Pues van a conocer MI VENGANZA!
             Y será ésta: “os recogeré de vuestro destierro, os reuniré de nuevo, os volveré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará de vuestras inmundicias e idolatrías, y os daré un corazón nuevo, y un ESPÍRITU NUEVO, arrancándoos el corazón endurecido, y os daré un corazón de carne”.  O sea: frente a la dureza de corazón, frente a la desobediencia de mis mandamientos, que significaron mi Alianza de amor, en un determinado gran momento de vuestra historia, ahora os voy a cambiar el chip.  Ya no vais a tener mandatos que os obliguen por ley. OS INFUNDIRÉ MI ESPÍRITU”Habría que decir que el amor de Dios revienta ya aquí, y opta por anunciar un mundo nuevo, una realidad nueva…  Y esa realidad es un “trasplante de corazón” de tal calibre, que aquel corazón necrosado del mandato que se pone desde fuera, v a ser cambiado por un Corazón compatible donde sus latidos vayan al unísono con el Corazón de Dios.  Será “MI ESPÍRITU”…, os “traspasaré” una fuerza de mi Espíritu. [Aunque en el Antiguo Testamento aún no tenga un nombre concreto, pero es evidente que el ESPÍRITU DE DIOS es el Espíritu Santo, el que un día será perfectamente manifestado. “Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres”.  Y en el delirio del amor del nuevo Espíritu, Dios expresa un auténtico pacto nupcial…, unas “alianzas de boda” que lo dicen todo:  Vosotros seréis mi Pueblo, y yo seré vuestro Dios  Se ha culminado “la venganza” de Dios


LITURGIA DEL DÍA
             Aparece un personaje, Apolo, hombre elocuente, buen comunicador y buen conocedor de la Escritura santa, y para más detalle, entusiasta, que cuenta con ilusión y acierto la vida de Jesús.  Pero no tiene más bautismo que el de Juan.  Por tanto, no es cristiano.  Eso podría provocar los recelos de Pablo y sus compañeros. Podrían pensar: no tiene derecho a hablar porque no tiene el bautismo…, o como “el hijo del trueno”, Juan, dijo a Jesús en un caso semejante: “No es de los nuestros y le hemos impedido echar demonios en tu nombre”.  Ni Pablo ni los compañeros se rasgan las vestiduras. Ven que es hombre muy capacitado. En consecuencia, le ayudan.  Lo toman a su cargo, le instruyen en lo que ya es esa otra hondura del misterio divino…, de la vida sacramental… Apolo recibe el Bautismo y se constituye un celoso defensor de la causa de Cristo, rebatiendo a los judíos, y defendiendo que JESÚS ES EL MESÍAS.
             No se me despista que aquí podemos aprender más de uno.
             En Evangelio, que ya anuncia al Espíritu Santo como eje del vivir y sentir cristiano, yo lo dejaría yo en su última sentencia, que engarza perfectamente con la fiesta de mañana.  Dice Jesús: “Salí del Padre y he venido al mundo;  otra vez dejo el mundo y me voy al Padre”.  Ha culminado Jesús la finalidad de su viaje espacial.  Su lugar es el seno de Dios. De allí salió.  Ha venido al mundo porque esta pobre nace humana estaba falta de combustible y tenía tantas a averías que podría quedar perdida, sin rumbo, en este espacio amorfo del universo.  Ha corrido bien su carrera, ha reparado las fugas, ha puesto de nuevo al mundo en la órbita que le dé sentido y vida…, todo lo ha cumplido (como él mismo dijo en su respiro final en la cruz), y ahora ya vuelve a la “base espacial”: Sube al Padre.  La maravilla es que no subirá solo.  Si Él, la Cabeza, sube, el Cuerpo tendrá que subir necesariamente a continuación.  Él hace la descubierta.  Los demás seguiremos después.

FLOR A MARÍA
             Hoy va a ser morada…, de lirio.  Sabiendo que si Dios viste a los lirios con toda sui hermosura, y eso que hoy son y mañana desaparecen, ¡cuánto más a nosotros!, hijos suyos que nos agarramos a su fidelidad y a ti, Madre del alma, que acoges en tu pecho y arrullas con todo el cariño.  Los hijos descansan ahí, y se le curan todos sus llantos.

3 comentarios:

  1. ANA MARÍA1:54 a. m.

    EN ESTE DÍA DE LA ASCENSIÓN, JESÚS, ME QUEDO MRANDO AL CIELO, VIÉNDOTE SUBIR AL PADRE...y TE PIDO: "LLÉVAME EN TU COMPAÑÍA, DONDE TÚ VAYAS, JESÚS, PORQUE BIEN SÉ QUE ERES TÚ LA VIDA DEL ALMA MÍA: SI TÚ VIDA NO ME DAS, YO SÉ QUE VIVIR NO PUEDO, NI SI YO SIN TI ME QUEDO, NI SI TÚ SIN MÍ TE VAS"...(DE UNA ORACIÓN).

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  2. ¡Bien reaparecida, Ana María! Aunque sea una oración, bienvenida sea la oración, porque detrás vuelve a estar su nombre en activo en este blog de todos.
    Cunda el ejemplo y seamos capaces de pronunciar palabras de elogio y acogida que haga a cada uno sentirse como en su casa en este Blog de familia cristiana, que es el blog del APOATOLADO DE LA ORACIÓN.

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  3. Apoyo 100% las palabras del P. Manuel Cantero. Te saludo. la Paz sea contigo.

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