domingo, 27 de mayo de 2012

1 Corintios 12,3

Dice el Apostol Pablo que nadie puede llamar a Jesús, "Señor", si no es bajo la acción del Espíritu Santo, al igual que nadie puede llamar a Jesús "anatema" y estar bajo la acción del Espíritu Santo (1 Co 12,3)
    Me viene ahora al pensamiento una frase dicha por el Señor, y que siempre me ha tocado profundamente.
«No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.(Mt 7,21)

    ¿Se contradicen Pablo y Mateo?
No.
    Sólo que si le digo a Jesús, "Señor", que lo es, la acción del Espíritu Santo se manifiesta en los frutos. En el cumplimiento de la voluntad de Dios. ¿Y cual es esa voluntad? Pueden leer a continuación en San Mateo. Jesús lo explica con una hermosa parábola.
 
   ¡VEN ESPÍRITU SANTO, AQUÍ TE ESPERO, DESEO ESTAR LLENO DE TI, PARA QUE TU ME SANTIFIQUES, Y ME USES COMO SIERVO INÚTIL PARA EL BIEN DE MIS HERMANOS. ¡OH MARÍA, A TI TE INVOCO EN ESTE DÍA, Y TE OFREZCO LO MÍO PARA QUE TU LO ENTREGUES A JESÚS TU HIJO!

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