lunes, 5 de diciembre de 2011

TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN

TELOGÍA DE LA LIBERACIÓN
2º lunes adviento

Lo que el Evangelio de hoy nos sintetizará perfectamente es la TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN, la buena, la auténtica. El paralítico va en busca de su curación física. Es la que le importa. Jesús –arriesgando ante letrados y fariseos- le dice: “Perdonados son tus pecados”-. Imagino que no fue lo que le hizo feliz al tullido. Pero Él empieza por ahí en una verdadera liberación de la persona. Y eso lo sabían bien los judíos, que sabían que el pecado era la puerta de la enfermedad. Cuando ellos se escandalizan, Jesús da el siguiente paso: la curación física. La LIBERACIÓN total…, la auténtica teología de la liberación.

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Llegó la mañana. Joaquín estaba serio. No disgustado. Ana le indicó a María que se fuera sj padre. María, con aquellos ajos blancos de su inocencia, de llegó a su padre y lo besó: “Buenos días, papá”. – Aquí estaba yo queriendo hablar contigo. Tu madre ya me ha dicho lo que sabe. Pero yo quiero que tú me cuentes. Y María se puso sus pies y le fue desgranando paso a paso lo que había ocurrido.
Joaquín estaba entre admirado y lleno de extrañeza. Pero la mirada de su hija siempre estuvo fija en él, y la verdad es que traslucía azul de cielo. Joaquín no podía dudar de lo quella le contaba, pero no alcanzaba a poder creer todo lo que le decía. Joaquín sabía que Dios puede hacer eso y más. Pero le había tocado a ellos y a Ella que, de verdad, no eran nadie (pensaba él).

Cundo acabó María su relato, Joaquín sólo pudo añadir una palabra: -“Myriam, hija. Y ahora José, qué? ¿Qué se le puede decir? ¿Quién se lo dice? En realidad debo ser yo quien afronte este paso. Me duele por él”. María no supo hacer otra cosa que echarse a llorar. Quería ella mucho a José, y aquella situación le desgarraba el alma.


Cuando vino José –no sé si ese día u otro (un trabajador no dispone del tiempo que le pide su corazón), Joaquín se adelantó y se fue a él. [Aunque también pienso si en la nobleza ejemplar de Joaquín, no fue él quien marchó a casa de José, en un acto de inmensa cercanía y familiaridad].
Con suma finura le fue entrando en el tema, que bien sabía Joaquín lo difícil que era digerir. José fue primero atendiendo con mucho interés aquella conversación cariñosa…, luego fue quedándose sin palabras…, y acabó agachando la cabeza, mientras Joaquín observaba que gotas de agua estaban cayendo al suelo. José de devanaba en un mar de preguntas, confusiones, relámpagos fugaces, soluciones que no eran…, que podrían ser… Joaquín le echó el brazo por encima: - “José; Dios es más grande que todo esto”. Se despidió y se marchó. No sé si era José o era Joaquín quien estaba en ese momento más destrozado.

La noche era como un fantasma. El sueño juega de las suyas. Unas veces no llega; el dolor no deja conciliar; otras es el gran aliado. El mismo golpe recibido acaba venciendo a la persona. José se retiró. No pensó que pudiera dormir. Del mazazo recibido era tremendo, se tomara por donde se tomara… Pero se acostó…

1 comentario:

  1. Sería bueno para personas como yo, que nos indicara cual es la mala o la falsa teología de la liberación. Yo he oído algo, pero no se lo que es.

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