domingo, 25 de diciembre de 2011

LA HUMANIDAD DE DIOS.

LA HUMANIDAD DE DIOS
25 Diciembre. NAVIDAD

Son tres formularios de Misas en este gran día. “Nochebuena”, a la media noche (el Nacimiento); los pastores que reciben el nuncio y vienen a adorar (“aurora”). Lo substancia: el Verbo de Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros. (“Misa “del día”). Ciñéndonos a la de la aurora, llama la atención la 1ª lectura: El Señor hace oír esto hasta el confín de la tierra. También los paganos. Y la 2ª lectura: Ha aparecido la humanidad de Dios (expresión de San Jerónimo con doble sentido: el Dios lleno de humanidad: “la bondad de Dios y su amor al hombre”, en la traducción litúrgica”). Eso nos lleva –dice Pablo a nuestra regeneración (=bautismo que nos cambia).



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La Virgen ya está con el Niño. Le está dano el pecho. Yo soy ahora el que paseo por fuera del recinto, y –por supuesto- mirando al Cielo. Llevo dentro un mundo tan grande que no lo puedo digerir en un instante y se me pasan las horas.

José viene ya de camino. Viene muy contento, azuzando la cabalgadura, con prisa por llegar y ver … Contento porque consiguió una habitación digna; pobre y limpia, pero ¡un techo!, como la personas. Casi a las afueras, pero dentro de la ciudad. Y luego tuvo que buscar un trabajo con que empezar… Para pagar la habitación, con que comprar lo indispensable cuando llegaran allí. Dios le había encargado el oficio de padre de familia, y esa era su responsabilidad a vivir dichosamente.
Llegó al lugar del nciminto. Todo seguía normal. María era feliz. El Niño dormía y José se extasiaba mirndo. Pero ahora aprovechaban este momento de descanso del infante para recoger lo más pronto posible lo poco que allí tenían y reemprender la vuelta a la ciudad. Ahora de forma tan distinta. Apacible. Con el sol avanzando hacia su cenit. María en la mula, con su Niño en sus brazos. José, lleno de gozo como quien lleva carroza real. Van unos ratos cantando a Dios sus maravillas, recitando salmos de confianza, callados, a ratos, José contando a María lo que hizo mientras.

Lo que nadie se imagina ni se puede imaginar, es el relato que ya tiene que haber empezado, y que introduce San Mateo con toda una inmensa fantasía teológica: a muchos kilómetros, Dios también se estaba anunciando. Si en Palestina lo hizo con ángeles y cantos y luces…, el “Oriente”, al paganismo, a los sabios astrólogos les avisaba con lo que ellos entendían: con una estrella, que no era cualquier estrella: era “la estrella del recién nacido rey de los judíos”. ¿Cómo se entiende todo eso? Mateo lo sabe, y el Espíritu Santo. Porque las fichas humanas no cuadran por muchas vueltas que e e den. Pero tiempo habrá. Porque Ahora mismo, ni María ni José imaginan (ni pueden imaginar) algo así.

Llegaron al lugar. Se situaron n(a María le parecía un palacio). Para la mula había un lugar muy cercano donde poder estar casi a la vista de ellos. Nuevo período de espera. De hecho no tendría sentido plantear ahora el regreso a Nazaret, porque cuarenta días después, habían de presentar al Niño primogénito en el Templo de Jerusalén.
Y allí, en su casita…, en su habitación, de las afueras de Belén, se quedaron felices.

2 comentarios:

  1. ANA MARÍA10:24 p. m.

    Padre, algo me ha llamado mucho la atención este año en la LITURGIA de NAVIDAD: Las palabras: GLORIA, PAZ, LUZ, GOZO, ALEGRÍA y sobre todo: S A L V A D O R… El Ángel a los Pastores: “HOY, nos ha nacido un SALVADOR…” Se repite en el Alelúia. Isaías: “Mira a tu SALVADOR que llega…” – Pablo a Tito: “Cuando apareció la Bondad de Dios, nuestro SALVADOR…” : JESÚS, tan pequeñito, esperado durante siglos… Él ha venido a salvarnos para que estemos eternamente con Él… Por eso confiamos y nos abandonamos ciegamente en su CORAZÓN.

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  2. ¡Este es el camino! ¿DESCUBRIR Y DESCUBRIR SIEMPRE! A veces es una palabra. A veces es un sentir más dentro. A veces es experimentar que HABER ENTENDIDO le cambia a uno hábitos de vida. Eso es entender. María "guardando en su corazón", no hizo un cofre de tesoros cerrados, sino una fuente de regurgitación constante que le iba abriendo a Dios y a los demás, al Dios y a su Palabra, a Dios y a ese Cristo que a diario se nos ofrece en "dos dimensiones2: JESÚS, LOS DEMÁS.

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