viernes, 30 de diciembre de 2011

FAMILIA

FAMILIA
30 diciembre

Aunque siempre se celebra la SAGRADA FAMILIA en domingo, este año no hay domingo intermedio entre el 25 y el 1. De ahí que hoy se tenga la celebración de la fiesta conjunta de la SAGRADA FAMILIA, Una forma de celebrar a la familia cristiana con un día propio suyo: los hijos, los padres/madres, los abuelos, los esposos… Así, la 1ª lectura que va recorriendo ese cariño y respeto y relación entre tos. [Y que si hoy hubieras leído la lectura continuada de San Juan, hubiera ido en la misma línea de exhortación de todos]. La 2ª lectura es una de las más bellas descripciones del amor familiar y humano, y no es para “leerla” sin para meditarla y muy despacio. El Evangelio repetía el mismo de ayer (por eso he omitido la primera parte) y acaba con la última descripción de Lucas. Esta vez es una venerable viuda de 84 años, que ha elevado su viudez a servicio del Templo y a la alabanza y anuncio de Dios.
Pueden echar de menos las solteras/os una palabra para ellos. Pero si se trasladan aquella sociedad, no había lugar, puesto que prácticamente no los había. Y por tanto no pueden entrar en la mente del escritor sagrado. Pero sí en la nuestra, en la que tantos solteros –ellos y ellas- viven casi una consagración a su soltería fértil a favor de la familia, de la Iglesia, de los necesitados. Hoy entrarán igualmente en una celebración familiar, porque la familia cristiana (y la humana) deben mucho a los que eligieron (o quedaron) en esa tercera vía (es nombre propio de tal estado). Es evidente que están excluidos de tal consideración “los solterones/as”, cuya vida vive para sí mismos, para n querer complicaciones, que les dejen tranquilos, y seguir su ritmo sin provecho de nadie.


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María y José van impactados, tanto por los anuncios de Simeón –muy directos y en una parte bastante duros-, y por aquella viuda Ana cuya vida es un anuncio gozoso del Mesías ya inmediato…: del Niño (dice el evangelista), y daba gracias Dios que traía ya la liberación a Israel. A continuación, el regreso a Nazaret de la Sagrada Familia.

Si en vez de esta Ciclo B, hubiéramos estado en el A, vendría el relato de Mateo, que es la bifurcación más ostentosa de estos dos sinópticos.
De lo que más ajenos estaban José y María en su regreso a Belén para recoger los bártulos, era –vayamos así a la composición catequética de Mateo- es que por el camino hacia Palestina venía ya una caravana exótica con camellos y dromedarios, gentes interesadas en el proyecto, y aventureros, magos (astrólogos) y cofres de productos orientales. Y todo porque esos paganos han visto SU estrella en Oriente y vienen a adorar al recién nacido rey de los judíos. Unos ciertos despropósitos si lo tomamos como historia. Unos paganos, que no tienen la fe de Israel. Que ven una tan orinal estrella que sacan que es su estrella…, la el recién nacido rey de los judíos. ¿Qué sabrían ellos de tal “rey”, y qué les importaba a ellos?
A Mateo sí le importaba. Su evangelio va dirigido a los judíos pero quiere que quede claro que no son ellos solos los objetivos e Dios, sino el mundo entero: también los gentiles, los paganos “las naciones”. Y quería ponerles delante esa realidad desde el mismo comienzo de su evangelio.
Lo que sigue después es de fantasía muy atractiva: vendrán por el camino “precedidos por la estrella”, que se ve que les acompañaba y dirigía de día y de noche, y no como una estrella del firmamento a miles de kilómetros de distancia, sino “delante de ellos”. Pero cuando llega la hora suprema, la llegada a Jerusalén, el centro religioso y político judío, la estrella se oculta, no sé si barruntando la tormenta o preparándola.
¿Y adónde iba a buscar los magos a un “rey” sino en el palacio del rey, en el de Herodes? Y y es decepción y perplejidad cuando Herodes no sabe nada. ¡Ya es raro!, y los magos se miraron unos a otros… Y toda Jerusalén se sobresaltó. ¿Por qué se sobresalta? Porque conocen muy bien a Herodes y sabe que acaba matando a todo el que él sospeche que “huele a rey” y pude “amenazar” su trono. Aquella visita de los orientales huele ya a sangre. Herodes distrae a los Magos, pide a los expertos que estudien el caso, y encuentran en las Sagradas escrituras una alusión: Y tú, Belén, no serás la más pequeña porque de ti saldrá el salvador”. Herodes sale muy placentero y encamina a los visitantes hacia Belén, con un encargo endiablado: cercioraros muy bien del lugar, volvéis por aquí y me lo contáis, para ir yo también a adorarlo. No es que él se va a acompañarles…
Y lo el más extraño todavía: la estrella reaparece, va delante y como un globo brillante, muy local y muy concreto, e detiene encima de la casa a donde estaba el Niño.
Caravana multicolor que irrumpe en Belén ante el vecindario admirado, y que va derecha hacia la casa o habitación de los nuevos recientes vecinos… ¿Quiénes pueden ser esos vecinos tan pobres, y quiénes son estos magos con aquella caravana? Y se bajan unos hombres, les entregan sus servidores unos cofres, y entran en aquella habitación. Los curiosos pretenden meter el, ojo por la menor rendija y cuál es su sorpresa cuando aquellos señorones se echan de rodillas ante el niño, adoran, ofrecen sus regalos… Todo un mundo inenarrable, y hasta se puede decir que incomprensible. Pero para mateo, muy claro. Se ha conseguido el golpe de gracia que quería dar a los judíos.


¿Y seguiré? Quiero seguir. Lo que ya no puedo deciros es a qué hora o si cada día. Me marcho de viaje y no estaré en fáciles condiciones…, aunque lo que queda es LO MEJOR.

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