lunes, 26 de diciembre de 2011

SAN ESTEBAN 26 diciembre

SAN ESTEBAN26 febrero

Tengo que reconocer que el salto de NAVIDAD a San Esteban me ha producido siempre un especial fastidio por eso de que es un salto mortal en el vacío. Bueno: hasta cierto punto: San Esteban, el primer mártir consciente de Cristo. Por decirlo así: uno que entendió lo que fue nacer Jesús, Dios haciéndose hombre por amor al hombre. Aquí saltamos a la historia de Esteban en los primero tiempos de la Iglesia. Y al Evangelio en que Jesús anuncia lo que vivirán los cristianos que sean auténticamente fieles al mensaje evangélico, en una u otra medida. Bien pude afirmare, como luego va a tratarase, de que Esteban tuvo y vivió una gran experiencia de dios.


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Belén, una casita (sabemos de ella por una alusión de San Mateo, en su momento), un cierto acomodo, María atenta al Niño y sin dejar de hacer su labor, salir a sus compras… María que pronto está en buena relación con sus nuevas vecinas, que encuentran en María ese candor y esa transparencia de ojos limpios y corazón como el sol. El niño, que va siendo “el juguete” ambicionado, que pasa de brazos en brazos de aquellas buenas gentes. La llegada de José cada día, que es como una fiesta para María, con sus muchas cosas que comentarse… Del Niño, de la vida de aquel día, del trabajo, de la alegría que siempre hay en sus corazones…

La narración se bifurcará esencialmente según sigamos a San Lucas o a San Mateo. Para Lucas sólo estarán allí la cuarentena de María para luego, al paso por Jerusalén, seguir ua su camino a aquella casita querida de Nazaret, donde hasta el niño tendrá una cuna. ¿Sus macetas? Imaginamos que María ya se las había encargado a sus familiares o a las vecinas, y esperaba encontrarlas bien, aunque las mismas flores podían echar de menos las manos de terciopelo y aquellas dulces expresiones de María, que tan bien saben escuchar las flores, a juicio de los entendidos. Y acabaría así de una manera tan sencilla y normal este periplo de ausencia de Nazaret.
Pero San Mateo nos ha introducido un elemento que no será fácil de compaginar con una sana lógica, pero que si el Evangelio lo pone, algo está diciendo. En “Oriente” ha aparecido la misteriosa estrella. Y si nos atenemos a esa nueva versión de la “historia” (por mucho que expurguemos su sentido), las cosas van a tomar un sesgo muy diferente.
Por eso, Belén, tan apacible, no va a dejarnos tan perdidos estos 40 días de María…, e incluso no podemos entonces dar por hecho que desde Belén ya se iban para Nazaret. Aquí “hay tomate”, como se diría hoy. Aunque en este momento podamos ser unos “esclavitos” felices y tranquilos, y hasta sin mucho que hacer. Pero no dejará de ser ocasión, como si dijéramos, de un “Nazaret” anticipado, ahí donde las almas de fondo espiritual, siempre aprenden algo, siempre tienen algún momento para extasiarse, para hablar (aunque sea en profundo silencio). Porque para el que sabe escuchar a Dios, hay muchos ratos de profunda conversación. Me hace hasta gracia la discusión que escucho con frecuencia entre dos, uno que está ayudando a seglares a iniciarse en la experiencia de Dios, y el otro que niega rotundamente que eso sea correcto decirlo. Yo callo porque no me parecen temas para sacarlos a destiempo. Pero yo sí creo profundamente enn que se llega a tener experiencia de Dios. Lo que eso necesita –eso sí- no son clases ni explicaciones. Necesita de mucho Belén, de mucho Nazaret , de mucho Evangelio, y de unos fondos muy hondos que sean capaces de ir dejando adentrarse en el alma a ese Dios que se ha hecho experimentable desde el día que nació Niño en Belén, sin piernecita al aire para que le demos besos, ni pelito rubio ensortijado. Dios se expresa de otra forma, y es posible llegar a tener EXPERIENCIA DE DIOS.

2 comentarios:

  1. Yo lo veo de otra forma. A mi no me se me hace ese salto tan vertiginoso en la medida de que inmediatamente después del nacimiento de Jesús se nos recuerda a lo que vino Jesús al mundo. Esteban fue el primero en dar testimonio de Jesús y perder la vida por ello. Como la historia no es que se repita, sino que estamos recordando lo que sucedió, para mi, si encaja.

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  2. Lo más sorprendente del martirio de Esteban, como el de otros que le siguieron, es que a pesar de la tremenda injusticia, "pide que no se le impute pecado" a sus ejecutores. Yo desde luego, reconozco que me parece que ahí no estoy situado. Yo quizás pediría que bajara fuego del cielo y los consumiera a todos. El Señor tenga misericordia de mi.

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