viernes, 2 de diciembre de 2011

¿CREÉIS O NO CREÉIS?

¿CREEIS O NO CREÉIS
Viernes 1º de adviento
Las lecturas son las propias de este tiempo: un pueblo oprimido, desterrado, que empieza a “perder la vista” de su fe. Isaías,, profeta que comunica en nombre de Dios que VERÁN. Hasta el desierto echará flores. Hasta los sordos oirán. Se acabó el opresor. [y aún quedaban siglos…; pero la fe no tiene reloj]. Y cuando aquellos ciego se llegan hasta la casa donde está Jesús y le piden la vista, Jesús les hace una pregunta: ¿Vosotros creéis que Yo puedo hacerlo? CREÍAN QUE SÍ,. Y volvieron a ve,r y a irse por aquellos lugares gritando su alegría.
He pensado si hoy buscarán a Jesús para VER… Si hoy CREERÁN que puede hacerlo. Y respondiéndome que sí, imagino a ese mundo ciego que se vuelve loco al VER, al VOLVER A VER. Porque en la oscuridad que tanto ciega con gafas oscuras, saltarán de gozo y no podrán ya callarse quienes VEN DE NUEVO, Y CREEN DE VERDAD QUE ES POSIBLE VER OTRO MUNDO DIFERENTE.

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Myriam se encontró ante Dios… Y Dios la piropeó: Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo… Pero ¿realmente era a Ella?. – Sí. Nadie más había allí. Ya era para sentir rubor y turbación, emoción y lágrimas en los ojos. ¡Y no había acabado aquello!_
Concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús.
María estaba atónita. No sabía qué pensar ni qué decir. Le comunica Dios que ha hallado su Gracia, y que no tema. A partir de ese momento María sólo necesita saber una cosa: ¿Debe casarse ya con José? ¿El Hijo que se le anuncia, JESÚS, el Salvador, el HIJO DEL ALTÍSIMO, ha elegido entrar en el mundo así… Necesita hacer esa pregunta para ser fiel con exactitud a los planes de Dios. No pide una prueba para “saber” (como hizo Zacarías). Pero necesita saber lo que Dios propone, lo que Dios quiere. Y la humilde palabra de María, que no tiene con José relación marital, es sencillamente: ¿Qué tengo que hacer?
La respuesta es tan inmensa, tan sencilla, tan divina…, que una muchacha bien formada en las Escrituras divinas, no necesita mucho para entender:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y te cubrirá con su sombra. Ya sabía Ella de esas Presencias activas de Dios desde los mismos comienzos de la Historia de Israel. Y comprendió rápidamente: Allí llevaba Dios toda la iniciativa. Lo que a Ella se le pedía…, lo que a Ella le tocaba, era asentir, pero con tal respeto por parte de Dios, que Dios no le imponía. Dependía exclusivamente de Ella y de su libre SÍ…
Y aunque Gabriel siguió hablando, explicando y hasta dándole una prueba que Ella no necesitaba para creer y entregarse, lo que sintió fue la prisa por responder a Dios. Y sin fijarse en nada más, sin querer saber nada más, lo que estalló en su alma fue aquel inmenso: YO SOY LA ESCLAVA DEL SEÑOR…, no me pidas permiso. HÁGASE EN MÍ TAL COMO TÚ QUIERES.

Cn velocidad vertiginosa, atravesando espacios infinitos, el cortejo divinos e plantó ante la casa de María. El Espíritu CUBRIÓ el misterio… El Verbo de Dios Altísimo ENTRÓ allí donde le habían aceptado incondicionalmente. Murmullo celestial de ángeles susurraban… Y EL HIJO DE DIOS SE HIZO HOMBRE en el seno de María. Gabriel y las miríadas de ángeles se retiraron e puntillas, y dejaron a María con su silencio infinito. Ella, ahora, ni halaba, ni pensaba, ni podía hablar.
Nosotros podemos adorar en enorme silencio.

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