lunes, 2 de abril de 2012

María y Judas

TODO CUMPLIDO

Es el grito del triunfo. Bueno: propiamente “grito” no es, porque a Jesús no le sale más que un hilito de voz porque ya no puede apenas tener aire en sus pulmones. Pero me suena a grito inmenso, hondo, profundo, y “grito” de victoria. Sediento como está, con esa sed que es más un vacío, un fracaso de su obra, sin embargo es la gran expresión de victoria.

Ha tenido Jesús tiempo de hacer una pasada por toda su vida, por cada una de sus acciones y palabras conforme a lo recibido de Dios. Ha perdonado todo a todos; ha prometido su Reino al ladrón de última hora. Ha dado a su madre. Ha quedado tan desnudo de alma como de cuerpo, porque ni siquiera experimenta el calor o la aprobación de Dios. Como dije en otro momento, ni los hombres lo quieren, ni Dios lo arropa. Pero sabe El que TODO LO HA HECHO COMO LO TENÍA QUE HACER. Y ahí lo dice.

Es la plena satisfacción de UN HOMBRE CABAL. Es la rendición de cuentas ante Dios, ante quien las cosas son como son. Es el último balance que “comunica” a su Padre, y con esa clarividencia de la muerte encima. Es su gozoso: “Misión cumplida”.

La vida de Jesús fue estar cumpliendo siempre lo que quería el Padre. Todo exactamente como el Padre quiso, todo, siendo Él LA VERDAD sin trampa ni cartón, sin demagogias de los que se creen hacer la voluntad de Dios mientras atropellan principios básicos del amor. El programa de Jesús fue obedecer y su vida, sumisión. UN HOMBR, todo un hombre. Lo que Pilato dijo con sentido tan estúpido, y sin embargo –sin imaginarlo- profético.

UN HOMBRE al que hoy se le consideraría un bobo de pies a cabeza porque se dejó pisar para Él no pisar a nadie. Fuera de la estupidez de muchos que recurren tan fácilmente al inexistente “látigo”, que fue expresión simbólica del simbólico Juan, para traer a la mente de sus lectores una “figura mesiánica” tan antigua como distinta en su origen. [Ya desde niño la usaron conmigo quienes querían presentarme la maldad de “los curas”; no es nada original de quienes hoy la siguen utilizando para sus provechos…, para justificar sus cóleras, tan extremadamente distintas de aquel TODO UN HOMBRE que fue Jesús, el verdadero HIJO DE DIOS]..

Para un moderno, Cristo es el hombre sin personalidad. No fue a atacar, y cuando tuvo que discutir fue porque la verdad de Dios -¡de Dios!- se había puesto en juego. El que tantas veces prefirió “pasar a la otra orilla” antes que buscar camorra.

Un “hombrecillo” que se dejó vencer, ser vituperado, hacer silencio, antes que presentar pecho. Él lo presentó luego mucho más al vivo. Ahí está SU CORAZÓN. Para amar. Nunca para presentar batalla. Se rebeló contra la injusticia cuando tocaba a los demás, pero no para defender la injusticia de su condena, ante una muerte absurda, ante una agonía de horas. Empleó ese tiempo en perdonar, dar y orar.

Un HOMBBRE PASADO DE MODA… Porque hoy hay que sacar la cabeza aunque sea pisando al vecino. Y quien así lo hace es “el valiente”, el “que sabe vivir”, el que “denuncia”, el que pega el puñetazo en la mesa…, el que protesta airadamente y “justificadamente”… Y ese es el que hoy tiene valores añadidos ante la sociedad. Jesús fue el “inútil niño bueno” que antes que disgustar, molestar, herir, tomar partido caiga quien caiga, prefiere ser él mismo quien padece la humillación, la burla, la “media palabra” hiriente y el juicio negativo del violento.

En el Evangelio del convite de Betania, es el que defraudó a Judas, porque Jesús no regañó a María, la hermana de Lázaro, aludiendo Judas, por pura demagogia, la defensa de los pobres. Ya se encarga Juan de desenmascarar, y decir que es que Judas era ladrón. Es verdad que Jesús parece que vino al mundo a recibir las bofetadas (y no van muy lejos los que lo expresen así, porque quieren decir que Jesús no dio ninguna, ni para defenderse).

El TODO CUMPLIDO, y cumplido sin rechistar, con al alma muy limpia y el Corazón en la mano, ese fue el DUEÑO: el que es dueño de sí; el que no está al pairo del primer impulso; el que se le viene instintivo: el que contó 20, 40 y 100, antes de hablar. Y no tuvo que contar ni “uno” cuando se trató de ir a hacer el bien.

TODO CUMPLIDO es la palabra-testamento más feliz que se ha pronunciado en la historia, y de la que participan cuantos están en los umbrales de la muerte y pueden sintetizar así su propia vida: “los hijos de Dios”, con la panorámica resumen de la suma delicadeza, el sumo amor, el sumo sufrimiento, el sumo perdón, la suma grandeza, el sumo equilibrio de todo su ser.

El triunfo de LA OBEDIENCIA A DIOS, por plena responsabilidad. Hoy dirían “los listos”: el hombre “subdesarrollado”, no competitivo. Lo que no entienden ni entenderán nada de lo que es ser verdaderamente feliz, porque TODO LO HE CUMPLIDO.

LUNES DE PASIÓN

Más de lo mismo: “Lengua de INICIADO”: que no clama, no grita, no vocea, no quiebra la caña cascada ni apaga la mecha que aún humea. El que defiende el derecho y el amor auténtico, que será el que gane sobre todo. Y Dios responde que “Yo te he cogido de la mano para que abras los ojos de los ciegos…, liberes a los cautivos y saques de las mazmorras a los que aún están en tinieblas”.

Y ahí está el Evangelio, en el que se decreta la entrega de Jesús porque Judas, el que nunca supo amar, encontró el pretexto en lo que él juzgó humillación suya el que Jesús saliera en defensa de una mujer (¡nada menos que de una mujer…, y frente a él, el “tesorero” ladrón!).

La mujer tuvo el gesto femenino del cariño y agradecimiento. Judas, el del hombre sin corazón, que decidió tirar por la calle de en medio porque no le dieron la razón a él.

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