lunes, 9 de abril de 2012

GENERALIDADES

EXPERIENCIAS DE RESURRECCIÓN
Los Evangelios de la Vida Gloriosa son otra realidad muy diversa a los de la Pasión. En la Pasión hay descripción pormenorizada de hechos y casi se puede establecer una cronología, unos caminos de idas y venidas.
En la Vida Gloriosa saltamos a un estilo absolutamente distinto. Basta leer lo que cuenta cada evangelista e inmediatamente se ven unas diferencias notorias.
Se trata de que no es una historia, sino una profunda experiencia de los testigos de la Resurrección. Y cada uno la trasmite con un esquema diferente, según lo que pretende comunicar a sus comunidades cristianas.
Nosotros buscamos compaginar unas narraciones con otras para tratar de barruntar “una línea lógica” de aquel “primer día de la semana”, pero conscientes de que estamos procediendo con mentalidad occidental y “material”, en lo que -en realidad- son vivencias de fe, catequesis puntuales, y “hechos” que podrían reducirse a pocas líneas.
El orden cronológico vendría a reconstruirse así:
- las mujeres van al sepulcro
- Magdalena ve quitada la piedra y no sigue adelante; se baja angustiada a dar un recado (imaginado) por ella.
- Van a comprobar Pedro y “Juan”. Jesús. “Juan” vio y creyó.
- En ese entreacto, las mujeres en el sepulcro, tienen visión de ángeles”: “no está aquí; ha resucitado; avisad a los hermanos”.
- Magdalena se vuelve al sepulcro. Nunca se encuentran en el camino unos con otros.
- Los discípulos de Emaús se van. Sólo saben que “las mujeres han tenido visión de ángeles...”; “que dos de los discípulos fueron y comprobaron...”
- Aparición a Magdalena. (1ª aparición de Jesús en persona).
- Pedro se va del Cenáculo. No se sabe nada más, sino la afirmación de que se le ha aparecido Jesús.
- Tomás se va del Cenáculo.
- Por la tarde, Jesús aparece a los Diez.
En Juan, sólo a los apóstoles. Aparición básica.
En Lucas, muy dramatizada
- Llega Tomás y NO CREE en la aparición.
- A los 8 días, Jesús viene expresamente a Tomás.
Si tomamos la descripción más primitiva, la de San Pablo, las apariciones que quedan en la mente de aquella Iglesia son:
- Pedro
- “Los Doce”
- Quinientos hermanos juntos.
- Santiago
- Los apóstoles
- Pablo.
Mateo y Marcos, muy escuetos, muy genéricos, sobre el hecho que les interesa: SEPULCRO VACÍO. Y desembocan más en los efectos de la Resurrección.
Lucas, reduce gran parte a la aparición en el Cenáculo,  hasta la Ascensión [enlace con los “Hechos”];
y la aparición a los de Emaús, que es una catequesis eucarística: conocer al Partir del Pan.
Juan, hace una narración sobre la aparición a María Magdalena,
Y la del Cenáculo, a solas los apóstoles, a los que da el poder.., y el Espíritu Santo.
También a Tomás (con acento en que la base de la fe no es ver; dichosos los que creyeron sin ver).
Y finalmente un capítulo añadido donde volcó enseñanzas fundamentales:
- cambio de actitudes tras la resurrección. [Es el Señor].
- Si me amas, apacienta mis corderos... [amor a Cristo se proyecta en el servicio a la Iglesia].
- Pedro ya no se escandaliza de la cruz, su propia cruz
- El seguimiento de Jesús es un misterio personal.

En ningún momento se narra el hecho mismo de la resurrección..., el momento... Nadie lo vio, ni necesitaba verlo. Bastaba que Jesús lo había dicho..., que las Escrituras lo habían anunciado. Ese es el valor de cada relato, incluido el de Pablo.
Si extrajéramos el jugo, la esencia, de todo esto, llegaríamos a lo que Pablo expone en 1Co 15: que Cristo ha resucitado es elemento fundamental para la fe. Si Cristo no hubiera resucitado, seríamos desgraciados y necios con creer, porque ¿en qué nos fundamentábamos para la fe?
Pero la fe no es ver.
La fe es admitir lo revelado por Dios, porque así lo dijo Dios. Y lo que Dios ha dIcho es más evidente que lo que tocamos.
Y el punto nuclear de esa fe es que Cristo tenía que padecer para entrar en su gloria...; que por muchos padecimientos tenía que pasar el Mesías de Dios...., y así en su nombre se predicará la conversión.

1 comentario:

  1. Anónimo10:21 a. m.

    Los Evangelistas no escribieron al dictado, sin embargo los cuatro Evangelios, San Mateo, San Lucas, San Marcas y San Juan son Palabra de Dios en el sentido de que la Iglesia reconoce que son textos revelados por Dios (ver Catecismo punto 105). Cada autor escribe con su estilo, al igual que diferentes son los estilos de los que oyen el Evangelio.

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