lunes, 16 de abril de 2012

2º lunes de Pascua

LITURGIA DEL DÍA

Comenzamos el “modo normal” del tiempo pascual. Y lo más señalado es el tema del Evangelio. Conversación de os personas de buena fe: Jesús y Nicodemo (éste, doctor de la Ley, que llega a Jesús con sinceras alabanzas de hombre cabal y leal. Jesús le saca un poco de su mundo al plantearle de entrada una cuestión muy seria: El que no nazca de nuevo, no puede entrar en el Reino de Dios. Nicodemo, acostumbrado a “sus leyes”, se encuentra desplazado…, y con puro estilo rabínico que –con preguntas casi infantiles- busca ahondar en lo que le han dicho, plantea el absurdo: ¿Es posible a un viejo volver a entrar en el seno de su madre para nacer de nuevo?. Y Jesús se adapta a ese estilo y le avanza y un dato más claro…, pero también más difícil… Quien no nazca del agua y del Espíritu… El Espíritu es como el viento: que sopla, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es el que renace del Espíritu. Vosotros, en vuestras leyes muy escritas y muy concretas, no comprenderéis fácilmente lo sutil del Espíritu de Dios. Pero sólo así se da el salto desde lo antiguo a la novedad de ese “renacer”.

En la 1ª lectura está ya al vivo esa realidad de los renacidos. Oran ante Dios, agradecen los prodigios que realiza. Y al acabar la oración, el lugar retumba, como un Pentecostés en el que el Espíritu es viento fuerte que sopla y se hace presente. ¿Adónde va? A fortalecerlos para nuevas realidades que les esperan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡GRACIAS POR COMENTAR!