martes, 23 de febrero de 2016

Martes 23 (José Andrés)

Día 23-2-2016. Martes
Buscamos y leemos: Isaías 1, 10. 16-20

            Resulta curiosa esta introducción en la lectura de hoy, en la que el profeta proclama un segundo oráculo contra Israel, designado sarcásticamente como Sodoma y Gomorra. Alude, de esta forma, al versículo anterior en el que dice: “Si el Señor todopoderoso no nos hubiera dejado supervivientes, habríamos quedado como Sodoma, seríamos igual que Gomorra”. A continuación denuncia el culto que suelen hacer como algo aborrecible. Este apartado no lo trae la liturgia de hoy, que salta al v. 16 para centrarse en la posibilidad de la conversión.
            Aunque, en un principio, los acusados son presentados como jefes de las dos ciudades prototipo de una gente corrompida, sin embargo la condena no excluye toda esperanza. La invitación del Señor a “venir y discutir”, a presentarse en un proceso con Él, deja abierta la posibilidad de salvación, no por modificación de la sentencia, sino del comportamiento que la había provocado. Lo que el Señor espera es la decisión del pueblo de modificar su conducta. En el momento de la conversión, el Señor podrá olvidar la infidelidad de su pueblo, y el rojo de la sangre derramada se convertirá en el blanco de la reconquistada inocencia. ¡Bellísimas las imágenes con que ilustra el profeta esta conversión!
            El perdón ofrecido no consiste solo en ignorar las consecuencias del pecado (el castigo), sino en anular el pecado mismo. El pecado no existe sino delante de Dios y cuando lo perdona no existe más.

            Para que sigamos pensando que a los cristianos nos dice muy poco el Antiguo Testamento.

1 comentario:

  1. Isaías, ocupa el primer puesto en el canon por la importancia de su Obra y por su estilo. Nació por el año 768 a. de C y vivió en Jerusalén; era hijo de una familia noble; su padre, según la tradición judía sería hermano del rey Amasías.Era un hombre muy culto y, por su posición social, frecuentaba los ambientes más eruditos de la capital. Eran tiempos muy difíciles, el reino del Norte había caído en manos de los asirios y el reino de Judá a punto estuvo de derrumbarse política y religiosamente porque el rey Ajaz fue hecho vasallo de Asiria.En este momento se conoce la primera profecía anunciando la llegada del Mesías, continuador eterno de la dinastía de David.

    El capítulo I es como la introducción a todo el Libro. Isaías nos hablará preferentemente del Amor siempre fiel de Dios al que el pueblo responde con infidelidades atrayendo el enojo y el castigo divinos. Pero no hay culpa, por muy grave que sea, que no la venza la misericordia de Dios.

    La perícopa que nos ofrece la liturgia de hoy es una catequesis profética contra el ritualismo. La referencia a Sodoma y Gomorra no se puede tomar en sentido geográfico, sino como referencia a todo el pueblo santo. Israel, con sus idolatrías se ha colocado en riesgo de atraer sobre sí un castigo similar al de aquellas dos ciudades tristemente famosas, (Gn19; Dt, 29,22)

    Cuando no hay una adhesión a la Ley divina, la Oración no es eficaz y el culto es nútil; es como ofrecer incienso a los ídolos.(Dt, 7,27). Israel aunque es infiel, será siempre el destinatario de la Palabra, y los dones de Dios son irrevocables."¡Lavaos, purificaos; apartad de mi vista vuestras malas acciones!" Es decir: Es necesario que de manera inmediata se conviertan para acoger el perdón que ofrece el Señor. Todavía el pueblo puede elegir entre la bendición(v19)o la maldición,(v20).

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