martes, 9 de febrero de 2016

9 febrero: Purezas e impurezas

        Mañana es MIÉRCOLES DE CENIZA,
y el blog va a llevar varias líneas paralelas. La LITURGIA va a estar a cargo de José Andrés Fernández, Presidente del Apostolado en Málaga, que hará COMENTARIOS sobre las lecturas del Antiguo Testamento.
          Igualmente, en COMENTARIOS, seguiremos enriqueciendo nuestros conocimientos doctrinales con la aportación de Ana Ciudad, que sistematiza la enseñanza del Catecismo de la Iglesia Católica, que es fundamental en los momentos presentes.
          La ENTRADA diaria, que hago habitualmente estará dedicada a una visión de la Pasión del Señor, por la que pretendo que desemboquemos en la Semana Santa con una vivencia más profunda de ese misterio imponente del sacrificio de Jesús. Y que todos podamos encontrar un sentido más substancial a los misterios que celebramos. Y para alguno, que vive más la Semana Santa popular, que las procesiones no sean un espectáculo que ocurre fuera sino la representación del enorme misterio de nuestra redención.
Liturgia
          Al acabar el ciclo actual, nos encontramos con dos lecturas que nos enseñan dos aspectos de nuestra vida espiritual. De una parte, la admiración ante el hecho de que Dios, que no cabe en los Cielos, se deja “encerrar” en un espacio humano. 1Reg 8, 22-23. 27-30 nos pone delante la admiración de Salomón porque en un Templo que él ha construido, venga a habitar Dios en su manifestación sagrada del Arca Santa, que lo hace presente en medio del pueblo. ¿Es posible que Dios habite en la tierra?, se pregunta el rey. Y concluye, en su admiración, con una súplica: Escucha el clamor y la oración que te dirige hoy tu siervo; día y noche estén tus ojos abiertos sobre este templo… Escucha la súplica de tu pueblo Israel, cuando recen en este sitio. Escucha tú desde tu morada del cielo, y perdona.
          Es una bella plegaria que bien podemos hacer nosotros, elevando el tono de su contenido cuando somos perfectamente conscientes de dos realidades que superan a aquella: de una parte, la PRESENCIA REAL DE JESÚS EN LA EUCARISTÍA. ¿Cómo es posible? ¿Qué milagro imponente puedes hacer cada día para quedarte en la Hostia Santa y vivir en la pequeñez del Sacramento? A él acudimos con nuestra súplica día y noche, sabiendo que velas nuestro trabajo y nuestro descanso desde ese Sagrario en que te haces presente en el silencio inmenso de tu Palabra viva que no descansa.
          Pero, en un paso más personal. ¡Qué misterio insondable que vives en cada uno de nosotros!; que te vienes a vivir en nuestra vida, y que tú te has hecho en nosotros un templo en el que habitas, y en el que quieres permanecer siempre… No cabes en el Cielo y te adentras en mi persona y ahí habitas… Salomón estaba admirado por una presencia que era más simbólica. ¿Hasta dónde nos tenemos que admirar quienes tenemos entre manos unas Presencias tan sublimes de Dios en medio de nuestra realidad?
          Mc 7 se nos trunca este año y sólo nos deja la primera parte, porque ya mañana no podemos continuar con la importantísima 2ª parte de este texto (que yo invito a buscar y meditar. Hoy nos quedamos en los versículos 1 a 13. Quedan los importantísimos versículos hasta el 23, que debemos meditar a fondo en nuestra oracion personal).
          Hoy queda la primera parte: a Jesús le preguntan los fariseos  por qué sus discípulos comen con manos impuras, entendiendo todo en el ritual externo farisaico en el que no sólo se trata de lavarse las  manos por higiene antes de comer, sino como un ritual litúrgico que llega a la exageración ridícula de restregar bien, lavar hasta el codo, limpiar platos, jarras y ollas… Para ellos esa es la “pureza”. Y Jesús les pone delante otra pureza mucho más importante: la de cumplir los mandamientos de la Ley de Dios, y no buscarle las vueltas para dejar de cumplirlos, tal como hacen para no atender al padre y a la madre, con la estratagema de declarar sus bienes “ofrenda a Dios” (y con eso eluden el cuarto mandamiento).

          Andando adelante (lo que hoy no se lee), Jesús va a poner por delante un examen de conciencia muy básico en el que va a hacer un elenco de fallos interiores, que son los verdaderamente graves por nacer de corazones podridos. ¡Eso sí que mancha a la persona, y no el lavar o no las manos o los utensilios! La pureza de que habla Jesús abarca a todas las obras de la persona, sin hacer distinciones de grave o leve sobre los muchos casos concretos que Jesus enumera a continuación. Invito a verlo y pensarlo. ¡Porque como esa, hacéis muchas!

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad9:33 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)

    LA MISERICORDIA Y EL `PECADO.

    Algunos dicen:"He hecho demasiadas cosas malas, Dios no puede perdonarme".
    Esto es una vulgar blasfemia. Significa poner límites a la misericordia de Dios. Pero ésta no tiene límites, es ilimitada.Nada ofende tanto al buen Dios como dudar de su misericordia.
    ¿CÓMO SABEMOS QUE DIOS ES MISERICORDIOSO?.-En muchos pasajes de l Sagrada Escritura Dios se muestra como el misericordioso, especialmente en la parábola del hijo pródigo, en la que el padre sale al encuentro del hijo perdido y lo acoge sin condiciones para celebrar co él una fiesta del reencuentro y de la reconciliación.
    Ya en el Antiguo Testamento dice Dios por medio del profeta Ezequiel: "Yo no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el malvado se convierta de su conducta y viva" (Ez33,11). Jesús ha sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel (Mt 15, 24)y sabe que " no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos (Mt 9,12).Por eso come con publicanos y pecadores,antes de,al final de su vida terrena,interpretar incluso su muerte como iniciativa del amor misericordioso de Dios; "ESTA ES MI SANGRE DE LA ALIANZA,QUE ES DERRAMADA POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS" (Mt 26,28).

    Continuará

    ResponderEliminar
  2. Hay un gran contraste entre el Evangelio de ayer y el de hoy. Algunos discípulos de Jesús son criticados por los escribas y por los fariseos porque no se lavan las manos para comer las viandas. Jesucristo los defiende con pasión y les habla del peligro de una religión vacía de lo esencial: el amor Dios y del prójimo, la misericordia, el cultivo del interior de la persona(el corazón )Jesucristo los ataca directamente y les echa en cara que ellos no cumplen la Ley escrita que es mucho más importante que las tradiciones. Su corazón está lejos de Dios.Los saduceos y los fariseos, aferrados a las tradiciones de los hombres, practicaban una religión que los había hecho egoístas y se creían mejores que los demás.El Evangelio nos dice que todos podemos caer en estas tentaciones...

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!