miércoles, 17 de febrero de 2016

17 febrero: Sobremesa

Liturgia
          Hoy se habla expresamente  CONVERSIÓN. El hecho de Jonás en Nínive con su predicación y de los ninivitas haciendo penitencia y esperando el perdón de Dios (Jon 3, 1-10), es un ejemplo de lo que hemos de vivir nosotros en la Cuaresma y en la vida toda: no podemos quedarnos en los que somos y hacemos: se nos pide un paso nuevo. A esa actitud de ir caminando hacia la fidelidad mayor a la voluntad de Dios, a eso se le llama CONVERSIÓN.
          Y Jesús no va a dar otro signo que el de Jonás (Lc 11, 29-32), que es un signo doble: de una parte, Jonás predicador de la conversión, que obtiene la respuesta de la ciudad, desde niños a mayores. Pero sobre todo es el signo del hombre redivivo que tras 3 días en el vientre del monstruo marino, fue echado vivo a la playa. Y es signo de Cristo sepultado y resucitado. He ahí la gran señal que será definitiva.

PASIÓN DE JESÚS
          Jesús ha explicado a los suyos el gesto del lavatorio de los pies: para que lo que yo he hecho, lo hagáis unos con otros. Que os améis como Yo os he amado. En esto se conocerá que sois mis discípulos.
          Luego, Jesús baja a otro plano… Llevado de su sentimiento, les confiesa a sus discípulos una realidad muy triste: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche. Aquello cae como una bomba en el corazón de aquellos Once. Es algo que no pueden ni imaginar. Se encuentran tan unidos a Jesús y se ha creado un clima tal de intimidad que aquel anuncio les coge con el pie cambiado. Y naturalmente surgen las protestas de fidelidad. Y se destaca Pedro que llega a expresar su sentir de una forma clara: Aunque todos se escandalizaren, yo no te me escandalizaré de ti. Emocionaba a Jesús la convicción que mostraban todos de que ellos no podían llegar a escandalizarse de él. Pero Jesús sabía bien que iban a padecer escándalo aquella noche cuando lo vieran padecer. Y dirigiéndose personalmente a Pedro, le dijo: Simón, Simón: mira que Satanás ha logrado cribaros con el trigo… Mira que esta noche, antes que cante el gallo dos veces, tú me habrás negado tres veces. Por supuesto que Pedro no admitió aquello. Tampoco los otros. No les cabía en la cabeza que podían negarlo o escandalizarse por causa de él. Y Simón apostilló: Daré mi vida por ti. Y Jesús entró más de frente en su realidad próxima y anunció su muerte. Y a ellos les anunció la lucha que iban a encontrar… Por eso, el que tenga, que tome la bolsa; el que no tenga, venda su manto y compre espada. Un presagio de esa lucha que iban a tener: que se preparen bien, que se ciñan los lomos… Y como aquellos hombres eran cortos para captar aquel aviso que Jesús les hacía en signo o aviso, salieron con una de esas simplezas que les eran propias: habían advertido que en la decoración de la sala había dos espadas, y respondieron: Aquí hay dos espadas. Jesús atajó aquella salida absurda con un “¡Basta!, equivalente a un “no se hable más de esto”.
          Por el contrario, no se turbe vuestro corazón; creed en mí… Ese tal hará las obras que yo hago… No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros…; el Padre os dará otro Consolador… Os lo he dicho ahora para que cuando suceda, creáis… ¡Ea!, vámonos de aquí.
          De hecho no salieron del cenáculo en ese momento, bien porque ellos se resistían a salir…, bien porque el evangelista añade nuevas experiencias y recuerdos de aquella noche, algo tan significativo como la alegoría de la vid y los sarmientos
          Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El sarmiento unido a la vid, da fruto. El que no da fruto, será cortado. El que da fruto, será podado para que dé más fruto… Todo un tratado de la gracia. Permaneced en mi amor, que es todo el sentido de estar insertos en  Cristo para dar fruto. Y que eso sea lo que os haga vivir la alegría y el gozo perfecto.

          Yo os escogí; sois mis amigos, y os he revelado todo lo que he oído a mi Padre, para que deis fruto y vuestro fruto dure.

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad9:55 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)

    LA MISERICODIA DIVINA Y EL PEC.

    El odio provoca reyertas, el amor disimula las ofensas

    LOS PECADOS CAPITALES.-La" GULA "es otro pecado capital. Es la atracción desordenada hacia la comida o hacia la bedbida.Parece el más imnoble de los vicios. Causa daño a la propia salud, produce un lenguaje soez y blasfemo, injusticias a la propia familia y a otras personas y una legión más de malesdemasiado evidenes para enumerar.
    La virtud que se opone a este vicio es la TEMPLANZA que la cualida humana que induce a las personas a usar o hacer las cosas con moderación.Acompaña a la virtud de la justicia y fortaleza.

    LA ENVIDIA:-Es yambien un vicio dominante.La envidia no consiste en desear el nivel que tiene otro; ése es un sentimiento perfectamente natural, a no ser que nos lleve a extremos de codicia. No, la envidia es más bien la tristeza causada porque otros están en una situación mejor que la nuestra, como un sufrimiento por la mejor fortuna de otros.Deseamos tener lo que tiene otro y que no lo tenga él. Produce odio, la calumnia, difamación, redsentimiento,detracción....y otro males parecidoa.
    Contra este vicio, esta la CARIDAD, virtud teologal con la cual se ama a Dios y al prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios

    LA PEREZA:-La pereza no es el simple desagrado ante el trabajo. Hay personas que no encuentran su trabajo agradable porque no se han preparado para lo que están haciendo.La PEREZA es rehuir el trabajo por el esfuerzo que comporta.Es el disgusto o el rechazo de los deberes.especiamente de nuestros deberes para con Dios.Si nos contentamos con un bajo nivel en nuestra búsqueda de la santidad,o nos conformamos con una mediocridad espiritual, es casi seguro que la pereza sea la causa:omitir la misa, descuidar las oraciones,rehuir nuestras obigciones familiares y profesioanala,todo proviene de la pereza.
    Contra este vicio está la virtud de la DILIGENCIA. rapidez y cuidado al hacer las cosas y cumplir con nuestras obligaciones.

    Continuará

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  2. Jesús es el gran signo del amor misericordioso de Dios para todos. Nadie puede quedarse indiferente. La Palabra de hoy nos llama a la conversión. Nadie puede negarse a esta transformación de una forma gozosa, conociendo tanto amor de Dios. Los que no formaban parte del pueblo de Dios, aquellos paganos de Nínive, creyeron y se convirtieron y Dios los perdonó...Fueron capaces de confiar totalmente en la "bondad"e "inmensa misericordia" de Dios, y, "un corazón quebrantado y humillado", Dios no lo desprecia, (salmo responsorial).

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