miércoles, 5 de junio de 2013

MES, día 5ª: La verdad os hará libres

5º día del mes del Sagrado Corazón
             HE VENIDO A DAR TESTIMONIO DE LA VERDAD.
             La VERDAD es una palabra sagrada que designa al mismo Dios y que Cristo se aplica a sí mismo como testigo de la verdad, o todavía más decididamente: YO SOY LA VERDAD, cuando ya lo toma San Juan en su evangelio, un canto teológico a lo supremo de Jesús.
             ¿Cuándo pronuncia Jesus su afirmación: “he venido a dar testimonio de la verdad”?  Cuando Pilato lo interroga en la Pasión, precisamente en medio de tantas pasiones humanas y tantas mentiras institucionalizadas por el interés humano de unos personajes que han pretendido posesionarse de “la verdad”, en sus muy dudosas verdades interesadas o fanáticas…  Cuando Jesús está ante Pilato, al que está viendo flirtear de un lado a otro, según sus conveniencias políticas y sociales.  Entonces Jesús pronuncia su afirmación: Yo he venido para ser testigo de la verdad.  Dijo Él mismo en otra ocasión a los judíos que la verdad os  hará libres…, porque los veía apresados entre los barrotes de medias verdades y enormes mentiras, con las que -¡era lo peor!- pretendían estar dando gloria a Dios.
             La verdad es muy delicada y muy arriesgada. A Jesús le costó la vida. Y tras Jesús, a miles de mártires que derramaron su sangre por dar testimonio de la verdad.  La verdad es muy sutil, aun siendo tan robusta cuando es una auténtica verdad.  Y en realidad hay muy pocas verdades absolutas: Dios. Jesús, la Iglesia (como institución del Reino de Dios realizada por Cristo: no mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia).
             Luego están las verdades, con su esencial debilidad, puesto que hay muchas verdades sobre una misma realidad.  Y no es que haya mentiras. Hay carencias, hay verdades parciales, que no se contradicen –y que siguen siendo “verdad”-, pero que no abarcan toda la verdad sobre un determinado punto o tema.  De ahí que si alguna otra verdad más absoluta pudiera añadirse, sería la de la capacidad de saber dudar  (eso es precisamente un componente de LA FE).  Y es la realidad evidente de que la finitud y limitación y naturales carencias de cada persona, no pueden abarcar la verdad completa. Y como en las piezas de un puzle, la verdad se va completando en la medida que mi duda y la del otro, son capaces de saber añadir a “su parcela de verdad”, la otra pieza que aporta el vecino…, sea de “mi misma cuerda”, sea contrincante, sea enemigo y aún ateo.
             El día que Jesús estaba tan en la “verdad” de haber sido enviado sólo a las ovejas descarriadas de Israel, vino a ser la tozudez de una pagana la que ayudó a completar…: porque también los perrillos se sacian con las migajas que caen de la mesa de los amos.  Y es el propio Jesús quien halla una pieza nueva en el puzle de su misión.  Ese Jesús que se retiró tantas veces a su oración de intimidad con Dios, porque allí seguía bebiendo dosis de VERDAD (crecía en conocimientos…, que se dice en su vida de Nazaret, y que no se reduce a ese período).
             ¿Por qué nos cuesta tanto DUDAR DE NUESTRAS VERDADES?  Por la soberbia, unas veces; por la ignorancia de quien cree sabérselo ya todo y no deja cancha al vecino para aportar una nueva faceta. No se quiere “dudar” porque –en el fondo- pierde pie el individuo, y se cree que se queda sin agarradero. ¡Pero el “agarradero” es él mismo!  Por estupidez, ¡que también impide admitir que hay algo más allá de uno mismo y de los propios conocimientos!  [Y se cae en el ridículo más burdo, porque bastaría un mínimo de capacidad humana normal para comprender que el médico no es ingeniero, que el electricista no es fontanero, que el parasicólogo no es albañil.  Y que existe cada una de esas realidades, que nada quita una a la otra, pero que lo absurdo es tildar de infantil a quien conoce, ha visto y ha comprobado, que existen puentes, tendidos de alta tensión, conducciones de agua, fenómenos parasicológicos, construcciones, y atenciones eficaces a enfermos].
             Hace mucho tiempo que DUDO DE MI “VERDAD”, y eso me enriquece.  Aún dentro de mi misión teológico pastoral de 63 años, he visto la evolución complementaria en el mundo de la verdad, sencillamente porque Dios es vivo, la Iglesia de Jesucristo es viva, nosotros estamos en un mundo vivo…, y todo lo vivo se mueve, y todo lo vivo crece, y todo lo vivo tiene su evolución, lo mismo que la flor que se va abriendo poco a poco hasta quedar abierta del todo. Lo mismo que la semilla echada en tierra ha de ir por sus pasos hasta llegar a granar.  Y no es que la flor ni la semilla han cambiado, sino se han desarrollado.
             Hay una consecuencia muy fuerte en todo esto, si somos capaces de DUDAR:  que nos obliga a ser muy honrados, muy sinceros, muy cabales, muy abiertos a la realidad, muy desprendidos del YO-MISMO, muy humanos para aceptar la propia limitación y la de los demás…, pero sabiendo que dos parciales verdades son más completas que una sola pieza. Quizás bastaría con apelar al sentido común…  Y acabaríamos haciendo menos el ridículo que en nuestras afirmaciones infalibles y absolutas, que caen de su peso y provocan la hilaridad del que tenemos enfrente.  ¡Si nos diéramos cuenta de las tonterías que decimos cuando nos metemos en camisa de once varas, queriendo saber de todo…, (que es la clara expresión de saber muy poco…)!
             DUDAR.  SABER DUDAR. Saber dar cancha al otro, Escuchar con aceptación, aunque luego sopesemos, valoremos, hagamos discernimiento. Pero saber que no somos Dios, conocedores absolutos del bien y del mal.

             

1 comentario:

  1. Ana Ciudad4:11 p. m.

    Hoy ,Padre,se basa su meditación en la VERDAD.ElEvangelio de la misa de hoy nos pone de manifiesto una VERDAD (que es dogma de fe)y que recitamos en el CREDO.Los saduceos,que no creen en la resurrección se acercan a Jesús para ponerlo en un aprieto.Jesús les responde reafirmando la existencia de la resurrección valiéndose de diversos pasajes del A.T.,y al enseñar las propiedades de los cuerpos resucitados,se desvanece el argumenta de los saduceos.
    San Juan en el LIBRO DE APOCALIPSIS:Los resucitados para la Gloria,no tendrán hambre,ni sed ni cerá sobre ellos ardor alguno.Esas mismas tribulaciones son símbolos de los dolores que tendrá que soportar el nuevo Pueblo de Dios,la Iglesia,mientras dure su peregrinación hacia la Patria definitiva.
    En ningún momento debemos olvidar hacia dónde nos encaminamos.Nuestra meta es el Cielo;para estar en el Cielo en cuerpo y alma nos creó Dios,y allí nos esperael Señor con la mano extendida y el gesto acogedor.

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