domingo, 2 de junio de 2013

Mes del Sagrado Corazón.- Día 2º

Mes del Sagrado Corazón.- Día 2º
             JESÚS PASÓ POR EL MUNDO HACIENDO EL BIEN
             Una preciosa fotografía de Jesús. Una síntesis perfecta de su vida. Cualquiera que se llegue al Evangelio, lo que descubre más fácilmente es que Jesús va repartiendo sus favores a derecha e izquierda, a hombres y mujeres, a ricos y a pobres, a niños y a viudas, a enfermos contagiosos y a pecadores recalcitrantes, en momentos particulares y en medio de muchedumbres. A enfermos y a muertos.
             No se puede concebir a Jesús si no es así.
             Transigiendo con muchas carencias y limitaciones de la debilidad humana…  Siempre buscando la parte positiva…  Y su intransigencia con los fariseos, los hipócritas o el “raposo” de Herodes…, no son negativas suyas sino la cerrazón de aquellos que no dejaron un resquicio para poderles entrar y favorecer.  Fueron los que se negaron a tantas ayudas y a las mismas gracias del Espíritu Santo, al que blasfemaron no atendiendo a sus insinuaciones.
             Murió Jesús con la satisfacción de haber hecho bien todo.

             Hoy soñaba yo con que sobre mi tumba se pudiera poner un epitafio semejante: “Pasó haciendo el bien”.  Y para mis adentros he ido recorriendo tantas personas que me han dicho que hago bien, que hago mucho…, y otras que me acusan de haberlo hecho mal.  Me gustaría superponer esas  dos fotografías y contrastarlas. Es labor muy personal.  Pero lo presento ante los demás para que hoy, al hacer el MES DEL CORAZÓN DE JESÚS, también hagan algo así.  No les digo que miren la pintura o bosquejo que cada uno se tiene trazado, porque todos nos consideramos (para nuestros adentros), lo mejor.  Digo que seamos capaces de recopilar esas fotografías que nos hacen desde fuera. Unos, que nos consideran santos, generosos, bondadosos, sencillos, trabajadores, humildes…, personas de oración, seres de corazón abierto a las necesidades de otros…, y que les falta poco para ponernos en los altares.
             Y otra fotografía que nos saca con muchos lunares: egoístas, personas que vamos a los nuestro, autosuficientes, revestidos de traje de camuflaje, un tanto “camaleones”, aparentes, engreídos, inmisericordes al pensar, juzgar, hablar…, vagos, comodones, encerrados en nuestro yo. De falsa humildad. De seres “interesados” que damos para recibir.
             Es evidente que son fotografías distorsionadas, y que no responden a la realidad ni las unas ni las otras.  El arte del examen de conciencia sincero es el que va superponiendo esos planos antagónicos y es capaz de sacar, a solas, unas consecuencias prácticas y concretas.  Ni tanto ni tan calvo…, pero…  Y ahí estará el verdadero arte de la conciencia cristiana, que ni se quita pulgas de encima, ni se las echa.  Pero mira con ojos diáfanos qué hay debajo de todas esas cosas.  Incluso saca de la propia recámara nuevos datos que sólo Dios y uno mismo saben, pero que están ahí.
             Recuerdo con gratitud a Dios aquel MES de Ejercicios en el que estuvimos 5 días mirando en largas y muchas horas de oración nuestra realidad interior… ¡Y lo que salió de allí!  ¡La de falsos secretos de bondades que uno alberga…, y la de lagartijas que reptan por debajo de nuestras apariencias…!  Y reconozco que fue un ejercicio auténticamente purificador y reconfortante.
             Por eso, en el deseo de tener una fotografía que nos presente un paso por la vida haciendo el bien, merece la pena buscar el auténtico cliché interior.

SIGUE DEBAJO LA LITURGIA DEL CORPUS.

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