lunes, 10 de junio de 2013

CAMINO y despedida..., por ahora

EL CAMINO
             Hoy estamos ante una de las más expresivas afirmaciones de Jesús: Yo soy EL CAMINO¸ nadie va al Padre sino por Mí.
             No dice: “soy UN camino”, como podría haber otros. Sino EL CAMINO, y nadie va al Padre SINO por Mí. Hay una exclusividad absoluta, que no deja lugar a duda ni interpretación. Hay piedades, rezos, fórmulas, sacrificios, expresiones muy diversas de la piedad popular. En tanto serán válidas, como los afluentes de un río en cuanto que su caudal sea siempre el que se centra en la Persona de Jesucristo, para conocerlo, estudiarlo con el alma, meditarlo, contemplar hasta el color de sus ojos, meterse en sus sentimientos, descubrir sus gestos…  Y cuando cualquier tipo de “afluente” (diversos otros modos) se polaricen en ese conocer interno hasta la saciedad a Jesús, DESDE EL EVANGELIO, estaré en EL CAMINO. Otros atajos o veredas que vayan por otro sitio, por muy piadoso que sea, por mucha devoción que dé, por muchas experiencias de “espiritualidad” que tengan, por muchas emociones que provoquen, serán “otra cosa”: NO SERÁN EL CAMINO para ir al Padre.
             Quiere decir que en el mismo instante en que mi contacto con Jesús entra dentro como auténtica experiencia cristiana (=centrada en Cristo), algo nuevo se renueva en mí, en mi sentido de caridad completa, que es la que se dirige a Dios primeramente, en un amor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas…, sin adherencias de ningún otro tipo que enturbian la pureza del amor, como en el amor al prójimo como se ama uno a sí mismo, sin querer para el otro lo que no quiero para mí, calibrando siempre mis modos personales para no tragarme el mosquito y dejar de lado el camello.  ¡Porque de éstas hacemos muchas!
             El secreto es tan sencillo como esa mirada a Jesucristo con el corazón mismo y con la honradez de pensamiento que debe uno tener siempre para no utilizar doble medida, doble juicio, doble calibre…, cuando se trata de lo propio o de lo ajeno. JESUCRISTO es la GRAN ASIGNATURA DEL CORAZÓN que nos toca aprender, ahondar y vivir con íntimo contentamiento del alma.

          Y con este día 10 me despido de vosotros, hasta que Dios quiera.  Dentro de menos de una hora estaré ingresado en el Hospital para una operación de corazón. Esperemos encontrarnos por aquí de aquí a un poco de tiempo…

          Y quenes sepáis, podáis y queráis, ORAD A DIOS. 

2 comentarios:

  1. Anónimo10:12 p. m.

    Gracias por este blog que tanto nos acompaña e ilumina cada día. Oramos por su salud.

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  2. Gloria Ayuso10:17 p. m.

    No se entiende la vida del cristiano si al escuchar la palabra de Dios no cambia toda tu vida. "No soy yo. Es Cristo quien vive en mi".

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