miércoles, 1 de febrero de 2012

Al día...

CRITICA, QUE ALGO QUEDA

Mc 6,1-6

Demasiado corto el espacio de esta explanación para decir con viveza todo lo que se puede decir. Venía Jesús precedido de fama “por la comarca de Galilea”. Nazaret está en Galilea. Viene Jesús con toda su ilusión a su patria chica en a que ha vivido casi 30 años, y siempre con buena amistad con sus paisanos. Se va a encontrar con ellos y con su Madre y su familia.

Hoy va a la Sinagoga. Es sábado y tienen con Él la deferencia de ofrecerle la cátedra para leer y explicar la Palabra de Dios. En los demás sitios se han admirado de sus palabras y su “autoridad” en la presentación de esa Palabra. Aquí surge la voz viperina de uno que pregunta, como si no dijera nada: “¿De dónde le vienen a éste esa sabiduría y esas palabras? ¿No es el hijo del carpintero, y no conocemos de sobra a su familia? Y se escandalizaban de Él. Eso era lo que pretendía el que habló.

Salgo del piso, encuentro en el ascensor al vecino del 7º. Ni una palabra en la bajada de los 7 pisos. Veo a mi esposa: ni un piropo, ni una alabanza. “Mi marido es un manta”. Llego a la calle…, me encuentro a Fulanito: “¡Qué antipático es el compañero de trabajo que me tocado”. Y voy en el autobús. Oigo a unos que son conocidos por su estar en la iglesia, y van diciendo pestes de otros compañeros del grupo. Más allá… Así sucesivamente.

En cambio un probo señor va comentando la elegancia de su vecina. “Tiene mucha clase”. Los hijos de este matrimonio están en la guardería desde que acabó el permiso de maternidad, y cuando los recogen por la noche de la casa de los abuelos,…: ¡A ducharse, cenar y acostarse!, dicen sus padres, “rendidos por sus trabajos del día”. Ella se queda viendo en un televisor el programa basura, y él su partido de fútbol.

¡Otra vez Nazaret! Otra vez toda la fama “en Galilea” (allí fuera)…, y los paisanos “escandalizados de Él”! Y se pone la carne de gallina, cuando Jesús pronuncia aquella sentencia: “Un profeta no es despreciado sino en su tierra, en su patria y en su casa”. Y se añade, como si hubiera un cortocircuito en la posibilidad de Jesús: “No pudo hacer allí ningún milagro”. Se extrañó de su falta de fe, y se fue a recorrer los pueblos del alrededor.

San Lucas, que escribe en griego, utiliza un tiempo y un modo verbal de enorme fuerza: Se alejaba. Expresión de que se fue alejando para no volver más. Es escalofriante. E interrogante cien por cien. Misas muchas…, obras pocas y aun contrarias. Comunidades de mil tipos, y distanciamientos viscerales entre miembros del mismo grupo, o entre unas comunidades y otras. ¡Aunque se hagan milagros! Con las gafas negras y el árbol del propio egoísmo delante, somos incapaces de ver lo bueno que tenemos a nuestro lado. A nuestro lado somos siempre el mero hijo del carpintero…, y nos escandalizamos. Y nos extraña que “allí no se puedan hacer milagros”.

El Evangelio al día. Sencillamente.

8 comentarios:

  1. Anónimo1:58 p. m.

    EL SEÑOR ES NUESTRO DIOS ALELUYA.

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  2. Este pasaje evangélico es la historia habitual de los españoles. Ningún conocido puede ser bueno o puede hacer cosas buenas. Es la viva imagen de la envidia, pero resulta que además hemos sido capaces de "bendecirla" y así decimos sin reparo "siento envidia sana"- La envidia nunca es sana
    Nuestro gran problema es que hemos definido una línea divisoria clara de los límites del pecado, venial - mortal, pero esa línea la ponemos nosotros mismos y ajustamos su posición según nos convenga.

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  3. ANA MARÍA12:00 a. m.

    ¡Con cuánta alegría, JESÚS legó a NAZARET...Volver a su Patria donde pasó 30 años de su vida, encontrar a su MADRE, a sus vecinos, y en la Sinagoga leer a Isaías, que le revelaba como el MESÍAS...(Lc. 4,8) Lo 1º que causa entre sus vecinos es la ADMIRACIÓN. "¿De dónde le viene esa SABIDURÍA?"... Luego, se extrañan también de sus "prodigios"...ÉL, el "carpintero", el hijo de MARÍA.- JESÚS SUFRE EN SU CORAZÓN. "ningún Profeta es bien recibido en su pueblo: (Lc. 4, 24) y por citar curaciones bíblicas en tierras extranjeras, la gente quiere despeñarlo por un barranco.- Jesús, no quiero que te encuentres solo... pues he visto la escena y si quieres... me iré contigo. Sé que no puedo hacer nada, pero aquí me tienes...

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  4. Anónimo5:03 p. m.

    dia 2: La presentación del Señor. Simeon tomó al niño en brazos y dió gracis y vendijo a Dios. luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

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  5. SE ME PERDIDO TODA LA PARTE PRINCIPAL DEL COMENTARIO, que llevaba su estudio catequético-folosÓfico-psicológico del tema de la ENVIDIA por contraposición a EMULACIÓN. Llevaba muchas palabras y no las admitió el sistema. Y a estas horas (aunque el blog parece que lleva su particular horario), ya no puedo meterme a reintentarlo. Pero me quedé con un trozo que le había restado al "estudio general", y ya que está ahí, lo copio-pego en este comentario sustitutivo:

    ¿Sabéis una cosa que me preocupa? Que haya quienes piensan que si "esto se dijo por mí", que "si aquello se dijo por ti". Porque entonces los comentarios tendrían que acabar reduciéndose a escribir el PADRENUESTRO. Y el comentario -salvo que se exprese directamente- no va ni por alguien ni para alguien, sino como formas de comunicar, expresar, sentir. Y vivir como hombres y mujeres maduros que somos capaces de pensar y contar. Y con un deseo de enriquecer en general, de aportar luces e ideas. Si somos tantos y mayores (o suficientemente capacitados para decir cosas), lo más bonito es que sepamos que tenemos una palestra en que nos expresamos. Y también que SOMOS ACOGIDOS. No significa que tenga que ser que se está de acuerdo. Se puede discordar y se está en pleno derecho. Pero sencillamente se dice, sabiendo lo que se dice y calibrando lo efectos de lo que se dice. Con la certeza de que queremos aportar, contruir y vivir ese amor cristiano de los que estamos embarcados en un mismo barco, bajo la bandera del Corazón de Jesucristo. Si no fuera sí, y si no procuráramos incluso aparecer así, yo sería el primero en dejar este medio de difusión No lo dejo porque el punto de partida es que se presupone la buena fe, y que desde ella y la valía de cada persona, somos capaces de vivir a gusto, con EMULACIÓN para intentar llegar adonde llegue el que más, y felices cuando otros fueron más capaces que yo mismo. Porque lo que se busca es LA MAYOR GLORIA DE DIOS y no la propia gloria. Estaríamos tocando el bombo.

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  6. Querido Pepe Aguilar:
    En el anterior comentario (del día 2) expresé que se me había perdido (por mor de los intríngulis informáticos) el grueso principal del comentario que yo había escrito y que iba dirigido a no dejarte así como así, sino que te leo con gusto.
    Decía en el anterior de más arriba, que había hecho un comentario catequético-filsófico-psicológico de la ENVIDIA. Un poco rimbombante esa expresión pero trato de explicarme:
    CATEQUÉTICO, quiero decir, que muchos toman la palabra "envidia" en un sentido que no es el del Catecismo, por ejemplo el que tú y yo estudiamos. En el catecismo una cosa son los celos, la emulación..., y otra "el dolor por el bien ajeno", aunque no sea que yo desee precisamente tenerlo, o que yo carezco. Por eso es PECADO CAPITAL porque es mucho más feo y diabólico.
    La ENVIDIA SANA (expresión frecuente) es precisamente LA EMULACIÓN, perfectamente deseable. Yo desearía tener tus cualidades y bondades naturales o sobrenaturales, porque me admiran. No porque me duelan. Y hay santos que rezamos en el Oficio Divino que son destacados por esa EMULACIÓN, donde cada uno desearía tener aquellas cualidades que tiene el otro, pero no porque a uno le quite algo que el hecho de que el otro las tiene, sino por ser tan valiosas las que tiene. Exactamente esa expresión que tú conoces muy bien: "llegar adonde llegaron nuestros primeros padres, o más adelante en el Señor Nuestro".
    De los celos, ni te hablo, porque es una cosa tan infantil, o tan patológica, que no merece prarase en ella. Entran en el terreno de la PSICOLOGÍA-psiquiatría. ¿Que se dan? - A mansalva. Lo que expresa el corazón tan chico que tenemos las criaturas. ¿Y que son odiosos? No sé si decirte que no merecen ni la pena el perderse en ellos. Digamos simplemente que son ridículos. O digna de lástima una persona que los padece. Y hasta habrás conocido matrimonios rotos por esos patológicos celos.

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