jueves, 16 de febrero de 2012

¿Quién dicen?

PADECER MUCHO

Mc 8, 27-33

Vosotros, ¿quién decís que soy Yo? La pregunta de Jesús, llegó como un dardo al corazón de aquellos hombres. Si yo pudiera pelearme con Simón Pedro, lo haría de muy buena gana por haberse adelantado a responder. Yo hubiera preferido que, lo mismo que antes fueron dando sus respuestas variadas, según cada cual había ido escuchando, también ahora hubieran podido decir cada cual su opinión. Creo que nos habría enriquecido. Porque Simón se fue tan a la diana, que ya los demás no tuvieron la libertad de expresar.

La experiencia de la vida nos va diciendo que tendríamos muchas veces necesidad de poder opinar por nosotros mismos sin que haya uno que responda por todos. Que es verdad que los hay más listos, más profundos, más sagaces, más en el centro de la rueda, y que ellos se adelantan con su ciencia o su seguridad o su imposición. Pero que sería interesante escuchar a los otros, más “de andar por casa”, más silenciosos, aparentemente más tímidos, o simplemente más prudentes, que hasta estarían más a la altura de “la plebe” para “traducir” esos pensamientos que nunca llegan a salir, y que serían tan interesantes, y muchas veces harían mucho más bien.

Acostumbrado a reuniones con todo tipo de personas, es evidente que la mayoría no habla; no hace peticiones en las Misas, parecen incapaces de decir algo útil. ¡Hay tantos listos que lo dicen tan bien…! Y confieso que me quedo con unos deseos enormes de que esos, precisamente esos, dijeran lo que ellos definen como “tonterías” que a ellos se les ocurren”. Sigo pensando que Dios se escogió a los pobres y a los menos listos para confundir a los ricos y a los sabios. Y que esos “menos listos” tienen por decir cosas que sería un tesoro poderlas escuchar. Nunca los escucharemos. Lo que pensaron los otros once no lo sabremos nunca. Simón se adelantó. Dijo una verdad impresionante. Lo dijo todo.

Lo que a él se le había pasado sin saber ni tocar es que toda la maravilla que había dicho, él no la entendía en absoluto. Había dicho algo sublime, pero le faltaba conocer la letra pequeña. Por eso cuando Jesús tomó “el contrato” y le empezó a decir lo que contenía la maravillosa respuesta que había dado, se le cayó el mundo encima. No contaba él con que su confesión encerraba aquello… Y Jesús se lo fue leyendo: El Hijo del hombre tiene que padecer mucho; tiene que ser condenado por los senadores y doctores de la Ley, ser ejecutado… Resucitará después. Y se lo explicaba todo con toda claridad. ¡Demasiada claridad! Y tanto se ofuscó Pedro que lo de “resucitar” se le quedó ya fuera de su capacidad de comprender. Lo que él no podía ni admitir es que fueran los “buenos”, los oficialmente “religiosos” e instruidos, quienes fueran a hacer aquello.

Y como si una blasfemia se hubiera escapado de la boca del Maestro y recién reconocido por Pedro como Mesías, Pedro cogió del brazo a Jesús y se lo apartó de los demás para “leerle la cartilla”: ¡Ni se te ocurra decir eso!

Y se llevó la gran reprensión, la más dura reprensión. Pensamos muchas veces en aquellas tentaciones encadenadas con el demonio saliendo a cada paso, y no advertimos que es aquí y ahora, precisamente ahora, cuando Jesús pronuncia el “¡Apártate Satanás!, porque tus pensamientos son de hombre y no como piensa Dios!

Y la historia esa no se escribió para dejarnos un drama épico sino para decirnos que eso se vive a la vuelta de la esquina, y que no son los “malos” quienes lo protagonizan. A mí me hace mucha más falta encontrarme con el evangelio tan a ras de la vida, que pueda encontrarme yo en esa situación misma, unas veces en el lugar de Pedro (significa que me equivoqué); otras veces en el de Jesús (es su dolor ante la incomprensión). Otras veces, en el lugar de los silenciosos o silenciados, que no tuvieron tiempo u oportunidad para decir su palabra. Y seguramente hubiera merecido la pena que se expresaran.

4 comentarios:

  1. Anónimo5:46 p. m.

    Si Jesús me preguntara que digo yo de Él...Cogería el Evangelio y le diría: "Tú eres mi Buen Pastor" - "Tú eres mi camino, verdad, y vida"._ "Tú eres la Luz de mi alma".- "Tú eres el PADRE...que siempre perdona a su hijo".- "Tu eres la MADRE que no puede olvidar a "su hijo" JAMÁS". "JESÚS,Tú eres todo para mí..." Confío en ti.

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  2. Jesus dice: AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO. Trata al otro como te gustaría que te trataran a ti. Si el otro sufre por mi causa...¿Miro para otro lado? ¿Me quedo sólo con Jesús y un evangelio de palabras bonitas que me tranquilizan la conciencia, y voy más alla,,,?

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  3. Anónimo8:53 a. m.

    TU ERES SEÑOR EL COMINO ,LA VERDRA ,Y LA VIDA ,,PARA MI EL, CAMINO PORQUE ME LLAMASTE CUANDO YO NO TE COOCIA Y ME ENCELLASTE TU AMOR VIVIR CONTIGO MI VIDA FUE DISTINTA YA NO TENIA MIEDO A NADA PORQUE TU ME COSEDISTE PODER VIVIR EN PAZ ,LA VERDA PORQUE PUEDO SER LIBRE NO ESTOY ATADA A LAS ESCRUVITUDES DE LOS IDOLOS DEL MUNDO Y LA VERDA PORQUE ME ENSEÑAS A AMAR Y SIN NESECIDAD DE NADA MAS,

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    Respuestas
    1. Querida anónima:

      CRISTO es el camino, efectivamente, porque es el ÚNICO que nos puede llevar al Padre. Yo también tuve una experiencia parecida. El Señor me llamó y me dijo: "Ven y Sígueme". Cristo es el camino para liberarte de las esclavitudes y de los demonios. En El hallamos la vida en abundancia y la paz verdadera, no la que da el mundo que es distinta.

      CRISTO es la vida, porque sólo en El podemos vivir con la verdadera dignidad de hijos de Dios Padre, y obtener la vida eterna.

      CRISTO es la verdad, y El dijo que la verdad te haría libre. Dios es amor. Por tanto, si estás en el Amor, estás en Dios. Ya no se necesita nada más.

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