viernes, 24 de febrero de 2012

LA CENA.1

LA CENA PASCUAL

No me detengo en las lecturas del día, pero no tengo más remedio que expresar mis propios sentimientos de esta mañana, cuando leía aquello del “ayuno que yo quiero”, puesto en boca de Dios. Menos cabezas movidas como un junto [tan típico de la forma de orar judía], menos expresiones externas y de apariencia, que no llegan así a Dios. Porque lo que Yo quiero es abrir las prisiones injustas, saltar los cepos, dejar libres a los oprimidos; partir tu pan con el hambriento, hospedar a los sin techo, vestir al que está desnudo, y no cerrarte a tu propia carne” Todo muy bonito y bucólico si se lee así. Pero llamando mucho a las conciencias de esas prisiones actuales, barrotes de generaciones que se cierran las puertas y tienen cerrados los cepos; que viven la injusticia (=falta de actitud justa, leal, buena) de oprimir, y pretender que el mundo sea como cada uno lo cree mejor…, como cada cual lo concibe

Hay hambre y no sólo de pan; hay “sin techo” que casi no le dejamos ni los cartones para hacer como se tapan; hay “desnudos” del afecto y la comprensión de otros… Y a la vez, que desnudan a los prójimos de sus derechos de ser personas totales con sus plenos derechos de expresión, de sentimientos, de diferencias generacionales, de comprensiones domésticas. ¡Y ya se ve que aquí habría una enciclopedia de realidades concretas en cuya enciclopedia tenemos aún muchos que aprender todos. No cerrarse a la propia carne es una expresión riquísima para decir: ¿Qué todos somos iguales, que nadie es más ni es menos, que todos vemos la misma luz del sol… Y entonces clamarás al Señor, y Él te escuchará”. Y Jesús en el Evangelio de hoy nos repite exactamente igual: menos ayunos rituales, y más acercarse al Maestro… Preparaos todos…, ¡que vienen curvas!; que la vida no e fácil, pero que cada día trae su propia realidad; que Jesús dejará de estar visible con su turbante…, y que tendremos que “ayunar” entonces ese ayuno que se ha expresado más arriba. Y con tanta más fuerza cuanto que ya es emblema cristiano

LA CENA PASCUAL

Puede sr que aquella Cena de Jesús con sus doce apóstoles no fuera exactamente “Cena Pascual”. De hecho San Juan especifica (19, 31) que el día grande de los judíos se celebraría el día siguiente al de la muerte de Jesús, y allí era la Cena del cordero.. De ahí la prisa porque no quedaran los cuerpos en la cruz, y las prisas que hubieron de tener en el enterramiento de Jesús, sin poder ni tenerle los cuidados propios de una sepultura normal).

Por otra parte tiene cierta verosimilitud que Jesús, el verdadero Cordero, adelantara la Cena, invalidando así ya el sentido del “cordero pascual judío”, que se había de comer en esa Parasceve solemne.

Jesús llegó a Jerusalén desde Betania, con mil sigilos para que Judas no pudiera interferir la celebración, que iba a culminar y condensar toda la obra de Jesús, la que iniciaba la verdadera PASCUA, como la llaman los tres sinópticos.

Era la tarde, y Jesús se puso a la Cena con sus discípulos, con deseo ardiente de comerla con ellos antes de padecer. (Lc 2, 14). Ya no habría otra. La emoción en el Corazón de Cristo era muy fuerte. Anunciaba ya la inminencia de su muerte. Y eso se dice muy pronto, pero se parte el alma cuando se está en plenitud de la vida. Y cuando esa muerte lleva esos dos sentidos: uno, el sentido redentor (“ardientemente deseado”), y otro el de los odios humanos…, y el del discípulo traidor allí presente, casi acariciando las monedas que le van a dar…, que necesariamente repugnaba al Corazón de Jesucristo. Un mundo inmenso, sublime y doloroso, que se agolpa en el Corazón de Jesucristo.

En ese ambiente, y como un contraste de la pequeñez del corazón humano, surge la contienda de los apóstoles sobre cuál era el mayor. Jesús zanjó la cuestión, primero con unas palabras: entre vosotros no se puede pensar como en las cosas humanas (Lc 22, 25). Se dice muy pronto ese sentimiento que pudo tener Jesús en ese instante, cuando Él estaba en las alturas de su donación, y ellos –como niños tontos- discutiendo que si tú, que si yo… ¿Niños tontos…, o que estaban en otra órbita, y preferían meter la cabeza bajo el ala y no enterarse de lo que estaba pasando? Porque esto es muy repetido en la historia: Jesús es “dulcísimo” en la Eucaristía y en sus milagros amorosos…, pero ¡no hablemos de la sangre porque eso nos marea! Mejor ignorar la sangre, y seguir subidos en el carrusel de la realidad, de la vida diaria, de la convivencia entre iguales, y de prescindir de lo demás.

Pero Jesús no se limitó a repetirles que dejaran a los mundanos y terrenos con sus puestos de primacía, y que ellos entraran en la realidad que toca vivir en el día a día, en el seguimiento de Jesús. Y se fue a realizar un hecho de fuerza impresionante que les dejó parados.

7 comentarios:

  1. Anónimo12:04 p. m.

    El Evangelio de hoy nos habla del Ayuno, que junto con la Oración y Limosna son las prácticas aconsejadas para la Cuaresma. Hoy, el Oficio de Lectura de la Liturgia de las Horas nos trae un texto de una homilía del Pseudo-Crisóstomo que nos puede venir muy bien para acercarnos a la verdadera oración. He entresacado algunos párrafos para que no sea tan largo.

    LA ORACIÓN ES LUZ DEL ALMA

    Nada hay mejor que la oración y coloquio con Dios, ya que por ella nos ponemos en contacto inmediato con él; y, del mismo modo que nuestros ojos corporales son iluminados al recibir la luz, así también nuestro espíritu, al fijar su atención en Dios, es iluminado con su luz inefable. Me refiero, claro está, a aquella oración que no se hace por rutina, sino de corazón; que no queda circunscrita a unos determinados momentos, sino que se prolonga sin cesar día y noche.

    La oración es luz del alma, verdadero conocimiento de Dios, mediadora entre Dios y los hombres. Por ella nuestro espíritu, elevado hasta el cielo, abraza a Dios con abrazos inefables, deseando la leche divina, como un niño que, llorando, llama a su madre; por ella nuestro espíritu espera el cumplimiento de sus propios anhelos y recibe unos bienes que superan todo lo natural y visible.

    La oración viene a ser una venerable mensajera nuestra ante Dios, alegra nuestro espíritu, aquieta nuestro ánimo. Me refiero, en efecto, a aquella oración que no consiste en palabras, sino más bien en el deseo de Dios, en una piedad inefable, que no procede de los hombres, sino de la gracia divina, acerca de la cual dice el Apóstol: Nosotros no sabemos pedir como conviene, pero el Espíritu mismo aboga por nosotros con gemidos que no pueden ser expresados en palabras.

    ResponderEliminar
  2. "TRADUCCIÓN SIMULTÁNEA" de la 1ª lectura
    GRITA A PLENA VOZ, SIN CESAR, le dice el Señor a Isaías. Y el grito es DENUNCIAR AL PUEBLO SUS DELITOS. Y sus delitos son pedir sentencias justas y tener cerca a Dios, mientras que en el día de ayuno buscan el propio interés, apremian a los semejantes, ayunan entre riñas y disputas.
    Supuesta la "denuncia", la llamada de atención, la corrección de lo defectuoso, viene ahora la orientación de Dios para que las cosas no queden en negativo:
    EL AYUNO QUE YO QUIERO ES:
    ABRIR LAS PRISIONES INJUSTAS, HACER SALTAR LOS CERROJOS DE LOS CEPOS. Es evidente que eso no nos diría nada; no somos carceleros, ni jueces... Y sin embargo TENEMOS CÁRCELES INJUSTAS cuando "encerramos" en nuestros esquemas, o metemos en nuestra "cuadrícula" particular el juicio hecho sobre vecinos, familiares, conocidos. Jueces que ya no dejamos abrir "los cepos" para que ellos puedan rehacerse, corregirse, mejorarse, superarse. Cárceles de exclusivismos en los que parece que no podremos convivir dos, y es mejor tener encerrado al "contrincante".
    PARTIR TU PAN CON EL HAMBRIENTO, HOSPEDAR A LOS POBRES SIN TECHO, VESTIR AL QUE VES DESNUDO. Y ya veo la cara de muchos: no habría fortuna en el mundo para hacer eso. O ¿qué puedo yo ante el ingente problema de la pobreza? "Traducción simultánea": ¿De verdad que se piensa que sólo de pan vive el hombre..., que sólo está "sin techo" el que duerme tapándose con unos cartones, o que sólo hay desnudos de ropa? Porque a mí me ha impresionado esta lectura al pensar ¡cuántos sufren hambre de afecto, de compañía, de comprensión, de paciencia con sus flaquezas! ¿Y no pueden ser "sin techo" los que no son comprendidos, y parece que nadie les da cobijo, y que se les huye, y que se les deja solitarios, o se tiene la pretensión de excluirlos, como si esos tuvieran ya que ser gueto aparte como leprosos de la sociedad? Y NUESTRA PREGUNTA RESPONSABLE ha de ser: ¿puedo estar yo ahí con mi actitud, mi palabra, mi sentir, mi enjuiciar o...? [Porque estas realidades no se agotan, y basta mirar al vecino de arriba, o al familiar tal o cual...; etc.].
    VESTIR AL QUE VES DESNUDO. Creo que he tenido la suerte de padecer situaciones de "desnudez" anímica, psicológica, humana. Y digo la suerte porque sé que el vestido de uno no le va al otro, y que hay realidades de desnudez que pueden llevar abrigos de pieles, y estar pasando frío..., mucho frío. Y que no se viste uno solamente con telas y ropas. ¡Cuántos necesitan OTRO VESTIDO que les dé calor humano! [¡Que es el más necesario, el que hambreamos todos...]
    Y concluye Dios: ENTONCES CLAMARÁS AL SEÑOR Y TE RESPONDERÁ: "AQUÍ ESTOY"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. José Antonio7:50 p. m.

      ¡Qué lucidez en esta reflexión! Realmente brillante, sin duda el Espíritu se hace presente a través de sus palabras.

      Eliminar
  3. SE ME OCURRE:
    Gracias a Dios todos tenemos defectos. Puedo empezar por hacer un listín de defectos propios. Y se permite añadir una nota al margen: las justificaciones que hago de esos defectos míos.
    Todos, gracias a Dios, tenemos cualidades buenas. ¡Otro listín de mis buenas cualidades (que no tienen que ser virtudes heroicas...). ¿Cuántas podría sacar? ¿Diez? ¿quince? ¿treinta...?

    Ahora, en otro papel, puedo ir pensando en algún defecto de los otros, que -gracias a Dios- también los tienen. Y a lo mejor, hasta con mi buena voluntad, puedo encontrar alguna explicación. Porque los otros no son de plastico. Y es posible que a veces tengan sus razones.
    Paso siguiente: También los otros -gracias a Dios- tienen sus cosas buenas. Algunas. Menos que yo, por supuesto..., pero algunas... ¿Yo tengo 10? Pues vamos a ver si le saco al vecino 4 ó 5... ¿Yo tengo 30? Pues a lo mejor ese otro/esa otra tiene 15...; quiero decir: la mitad que yo..., naturalmente..., pero alguna.
    ¿Por qué no hago este ejercicio de sensatez humana? Y cuando me surja el juicio o el disgusto o las ganas de quitar de en medio al [a la]"contrincante", sacar el papelillo de sus cualidades y ahora sólo quedarme con esas. Es una terapia.
    ¿Vamos a probar?
    A lo mejor da buenos resultados

    ResponderEliminar
  4. Anónimo5:11 p. m.

    se habla de ropa se habla de comida se habla de entra en la cuarema y yo anoche pude conprovar con mis ojos como personas hijos de DIOS ,pasan hanbre y fio en medio de centro de la ciudad en los puentes ,de SANTO DOMINGO VAN NUESTRO HERMANOS a los pobleñones por algo que llevase a la boca dentro de poco tienpo pasaran por alli nuestra semana santa y NUESTROS IMAGENES SE HUMILLLARAN UN AÑO MAS PORQUE SU HIJOS NO TIENE NI COMIDA NI UN TECHO DONDE REGLINAR LA CABEZA PERO QUE SERA DE MI QUE HOY ESTOI TAN DESCONTENTO Y CON TANTO SUFIMIENTO . PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR PERDONANOS A TODOS,

    ResponderEliminar
  5. Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades;
    y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar.
    Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno.
    Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí.
    En cuanto a los que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.»

    ---------------------------

    Se suscitó una discusión entre ellos sobre quién de ellos sería el mayor.
    Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su lado,
    y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor.»

    ResponderEliminar
  6. Gracias a Dios la iglesia Catolica esta ayudando bastante a todas estas personas falta de todo, de comida, de techo, de palabras, de calor humano, tenemos en Málaga varios grupos asistenciales que lo estan dando todo: Caritas, Pozos Dulces, Los hermanos de San Juan de Dios, la fundacion corinto con el economato, y todas esas cofradias que pasan por alrededor de ellos, por cada persona que se ve en esa procesion se ha dado un alimento, productos de higiene etc, en las procesiones de semana santa hay una segunda dimension que el publico general desconoce, la caridad.

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!