miércoles, 3 de diciembre de 2014

ZENIT del día 2: Jesús,Salvación de pobres de espíritu

'Jesús trae la salvación a los pobres de espí­ritu'
El Santo Padre explica en la homilí­a de este martes 'la grandeza del misterio de Dios', que hay que conocer poniéndose de rodillas
 02 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - Quien estudia el misterio de Dios se ponga de rodillas, porque Dios se revela más a gusto a un corazón humilde. Es lo que ha afirmado el papa Francisco en la misa de esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta.
Los ojos de los pobres son los más propensos para ver a Cristo y, a través de Él, vislumbrar el perfil de Dios. Los que pretendan desentrañar este misterio con los recursos de su inteligencia deben primero ponerse "de rodillas", en actitud humildad, de lo contrario "no entenderán nada". El Santo Padre ha reiterado la verdad y la paradoja del misterio de la Buena Noticia: el Reino de su Padre es de los "pobres de espíritu". La reflexión del Pontífice sigue la pista del Evangelio de Lucas propuesta en la liturgia, en el lugar donde Cristo alaba y da gracias a su Padre, porque ha decidido revelarse a quien no cuenta nada para la sociedad y a quien quizá cuenta pero sabe hacerse "pequeño" en el alma:
"Él nos hace conocer al Padre, nos introduce en esta vida interior que Él tiene. ¿Y a quién revela esto el Padre? ¿A quién da esta gracia? 'Te alabo, oh Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y eruditos, y las has revelado a los pequeños'. Sólo a aquellos que tienen el corazón como los pequeños, que son capaces de recibir esta revelación, el corazón humilde, manso, que siente la necesidad de orar, de abrirse a Dios, se siente pobre; sólo a aquél que va adelante con la primera Bienaventuranza: los pobres de espíritu".
Por lo tanto, la pobreza es la dote privilegiada para abrir la puerta del misterio de Dios. Una dote que a veces, ha señalado el papa Francisco, puede estar faltando precisamente a quien dedica una vida de estudios a este misterio: "Muchos pueden conocer la ciencia, la teología también, ¡muchos! Pero si no hacen esta teología de rodillas, es decir, humildemente, como los pequeños, no entenderán nada. Nos dirán muchas cosas, pero no entenderán nada. Sólo esta pobreza es capaz de recibir la Revelación que el Padre da por medio de Jesús, a través de Jesús. Y Jesús viene, no como un capitán, un general del ejército, un gobernante poderoso, no, no. Viene como un brote. Así hemos escuchado en la Primera Lectura: 'En aquel día, saldrá un vástago del tronco de Jesé'. Él es un brote: es humilde, es manso, y ha venido para los humildes, para los mansos, para salvar a los enfermos, a los pobres, a los oprimidos".
Y Jesús, ha proseguido el Santo Padre, es el primero de los marginados, llegando incluso a considerar "un valor no negociable el ser igual a Dios". "La grandeza del misterio de Dios", ha reiterado, sólo se conoce "en el misterio de Jesús y el misterio de Jesús es realmente un misterio del rebajarse, aniquilarse, humillarse" que "trae la salvación a los pobres, a los que están aniquilados por muchas enfermedades, pecados y situaciones difíciles".

"Fuera de este marco --ha concluido el Pontífice-- no se puede entender el misterio de Jesús": "Pidamos al Señor, en este tiempo de Adviento, de acercarnos más, más, y más a su misterio y de hacerlo en la forma que Él quiere que lo hagamos: el camino de la humildad, el camino de la mansedumbre, el camino de la pobreza, el camino de sentirnos pecadores. Así Él viene a salvarnos, a liberarnos. Que el Señor nos dé esta gracia".

1 comentario:

  1. Cuando nuestros padres pecaron, Jahvé decidió arrojarlos del Paraiso porque habian cometido un pecado que, por ser de malicia infinita, el hombre jamás podía reparar, Pero, Dios tampoco podía expiar esta culpa y fue necesario que se hiciera hombre de carne y hueso para salvarnos. Aquí empieza el Misterio de Dios y el del hombre...Creo que los dos deben ser contemplados de rodillas. El Mesías, Redentor, históricamente, se presenta en el mundo con un corazón rebosante de ternura, dispuesto a cumplir la voluntad del Padre: sanar, consolar, salvar y hacer felices a todos los que ama. ¡Felices si Jahvé se nos ha revelado, si vemos y percibimos Su Presencia en nuestra vida!

    Cristo, el Mesías,es el Rostro del Padre; también es Su Palabra. Cuando glorifica al Padre y lo bendice por la revelación hecha a los sencillos, les aplica la Gracia de su Espíritu Santo; que es el amor divino con el que Él se siente amado. Muy felices seremos si nos unimos a Cristo, si buscamos a Dios desde nuestra vida sencilla, desde nuestra pobreza.

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