sábado, 20 de diciembre de 2014

20 diciembre: Orando de rodillas

Día solemne
          En la solemne sencillez de la liturgia, hoy tendríamos entre manos uno de los días más sublimes del adviento, y algo así como el nervio esencial de toda la Historia de la Redención. Dios mismo le ofrece al rey Acaz una señal que esta fuera de los límites humanos: una señal en el Cielo o en lo más hondo del abismo, allí donde no puede llegar ni actuar hombre alguno. Y esa señal es una doncella que concebirá y dará a luz un hijo que será Dios humano: Enmanuel.
          Y la promesa se hace realidad cuando llegó el tiempo designado por Dios, y Dios decide que ha llegado el momento de hacer redención del género humano. Y organiza un singular cortejo en el que precede Gabriel, como el mensajero de buenas noticias, pululan legiones de ángeles que arropan al mismo Verbo de Dios, bajo el manto infinito del Espíritu de Amor, y se dirigen hacia la Tierra…, hacia una mínima nación, hacia un punto perdido y sin nombre, hacia una doncella humilde, que viene a ser nada menos que LA MUJER anunciada en los albores de la historia, cuya mujer sea la que sirva de eslabón para entrar Dios en la vida de la humanidad: tendría un descendiente que saldrá vencedor de la serpiente y dragón infernal, que había provocado todo el cataclismo de una humanidad sumida en el mal.
          El Verbo de Dios no puede entrar en la vida humana con toda su categoría de Dios. Tiene que “achicarse”, anonadarse, abajarse, apagarse como un sol que va a entrar en nuestro mundo sin abrasarlo en su infinitud. Y el cortejo se detiene a las puertas de una casa de Nazaret donde vive la doncella elegida por Dios. Gabriel penetra en la casa y habla a María con sublime saludo que a Ella, muchacha sencilla, le turba. Se le está poniendo en sus manos toda esa historia de salvación que ella bien conoce, pero que nunca pudo sospechar: que el Mesías esperado está aguardando a su puerta solicitando el permiso para entrar, si ella acepta esa maternidad.
          La turbación de María se vuelve madurez. No quiere hacer esperar a Dios, pero no sabe realmente qué se le está pidiendo. ¿Acaso que se realice su matrimonio para poder concebir en su seno y hacer así camino a ese Dios que espera?
          Y Gabriel le aclara que lo que Dios pretende hacer es cosa de Dios y que el Espíritu Santo de Dios verificaría el misterio inaudito de cubrirla a Ella y hacer así el paso de ese Dios hasta el interior de su claustro materno.

          No había nada más que explicar. Sobraba el resto, aunque Gabriel se detiene en pormenores. Y María va traduciendo a una realidad menos sublime pero paralelamente real: ese descendiente suyo recibirá el mordisco de la serpiente en el talón…, y será el siervo doliente de Isaías… En la mente de María se agolpan las profecías mesiánicas y es bien consciente del paso que se le pide. Casi que todo aquello que le ha explicado Gabriel ha quedado guardado en su corazón. Pero lo que a Ella le acucia ya es la respuesta…, es “abrir el portón” de su vida para que no espere más “a la intemperie” el Hijo del Altísimo. Y en cuanto Gabriel calla, ella expresa su hondo sentimiento: Soy esclava, no necesito saber más. HÁGASE según has dicho. Y se sumió en profundo recogimiento y dejó a Dios hacer sus planes en ella. El Verbo de Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros.

5 comentarios:

  1. INMACULADA CONCEPCIÓN. Joaquín y Ana conciben una niña y por privilegio de Dios y en aplicación anticipada de la Redención de Cristo, esa niña no queda manchada por el pecado original que tiene toda criatura humana al nacer, como consecuencia de la derrota hacia el mal que provocó la desobediencia y pecado de nuestros primeros padres.
    VIRGINIDAD DE MARÍA. María fue Virgen siempre, antes del parto en el parto y después del parto. Concibió y dio a luz virginalmente. Y permaneció Virgen para siempre.
    MATERNIDAD DIVINA. María concibió en su seno sin acción de varón. Tan simultáneo es el momento de concebir como que esa concepción era del Hijo de Dios. De ahí que no hay un doble plano: primero concebir y luego venir Dios a su seno, sino que todo es un sólo y único instante. Por eso la maternidad de María es verdaderamente maternidad divina. Es madre del hombre que es Dios. ES MADRE DE DIOS.

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    1. Breve, sencilla de entender y completa explicación de estos sublimes misterios y privilegios singulares concedidos a la Virgen Santísima en atención a su misión de Madre de Dios en el plan salvífico de Dios. Gracias, P. Cantero.
      Saludos cordiales

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  2. Ana Ciudad2:16 p. m.

    El pueblo hebreo estaba familiarizado con las profecías,acerca de la venida del Mesías;pero no podía imaginar, que el Mesías iba a ser el mismo Dios hecho hombre.
    El libro de los Proverbios dice: "desde la eternidad fui yo predestinada (prefigurando ya a Nuestra Señora ),desde los orígenes,antes de que la tierra fuese"..
    María aparece como la Madre virginal del Mesías,que dará todo su amor a Jesús con un corazón indiviso,
    El centro de la humanidad,sin saberlo se encuentra en la pequeña ciudad de Nazaret.Allí está la mujer más amada de Dios y también´´ la más amada del mundo,la más invocada de todos los tiempos.
    En la intimidad de nuestro corazón le decimos: "MADRE, BENDITA ERES ENTRE TODAS LAS MUJERS".

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  3. "He aquí la esclava del Señor"... María se entregó toda a Dios y se entregó enteramente a su servicio. Habiendo sido concebida en gracia, y, por lo tanto, inmune de toda sombra de pecado, María está totalmente abierta a Dios, Ella es una criatura especial que no conoce las ataduras derivadas de la naturaleza herida por el pecado.Y por eso , nuestra Madre, es" BENDITA ENTRE TODAS LAS MUJERES"

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  4. Ursicino, eremita

    El culto de san Ursicino (en francés Ursanne), un ermitaño del Jura, está atestiguado en esta región de Suiza ya el tercio final del siglo VII; porque antes del 675 el abad Germano de Moutier-Grandval había construido una iglesia en su honor en Grandval. También un antiguo documento reporta que san Vandregisilo Abad (muerto en 668), construyó hacia el 630 un monasterio en el mismo lugar donde reposaba Ursicino. El sarcófago del santo ermitaño, que data del siglo VII, sigue siendo venerado en la hermosa iglesia de San Ursanne, situada en un recodo del río Doubs, que aunque nace en el Jura francés, penetra un corto trecho en territorio suizo; en esa orilla se encuentra la iglesia.

    n cuanto a la vida de san Ursicino, todo lo que los hagiografos han considerado y difundido proviene de un antiguo documento, nombrado por primera vez por el jesuita Claudio Sudán (1579-1665) en su obra «Basilea sacra»...

    La tradición dice que Ursicino propuso a su compañero lanzar desde la cima de una montaña sus bastones al aire, dejando que el cielo diera la respuesta correcta sobre el lugar donde habrían de establecerse. Los bastones cayeron en diferentes lugares y los dos compañeros se separaron: el de Ursicino cayó cerca de una cueva en el valle del río Doubs, donde se retiró como ermitaño. En este lugar construyó una capilla dedicada a San Pedro (que luego llevará el nombre de Saint Ursanne), y pronto su fama atrajo a muchos seguidores, por lo que Ursicino fundó un monasterio para ellos, bajo la regla de san Columbano.

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