17 dic: Segunda parte del ADVIENTO

HOY CUMPLE EL PAPA 78 AÑOS

EL PRÓXIMO VIERNES 19

        HAY ESCUELA DE ORACIÓN a las 5’30

Hoy comienza la segunda parte del ADVIENTO, con los textos evangélicos correspondientes a los tiempos que están alrededor del nacimiento de Jesús.

          Empiezo por una aclaración, que voy a emplear estos días: una primera parte, que sería LA HOMILÍA, que es la explicación de los textos de las Lecturas de la Misa. Propiamente deben hacer referencia a la Eucaristía como realización de la Palabra proclamada a la presencia de Jesús en el Altar.

          Y otra cosa es la MEDITACIÓN, que corresponde a  reflexiones que se hacen de un determinado pasaje de la Biblia que no van con los temas litúrgicos del día. Yo lo suelo reducir al Evangelio). Eso, por tanto, no es homilía.

          En la línea homilética aclaro las lecturas de hoy, por su pesadez de lectura y escucha en el texto evangélico. Para nosotros casi “una pérdida de tiempo” esa retahíla de antepasados que nos refiere San Mateo. Para un judío, es su carné de identidad, su personalidad pura, su ser alguien en la vida, su reverencia hacia su propia historia.

          San Mateo va a escribir un evangelio de Jesús. ¿Pero quién es Jesús? ¿Qué le da su personalidad humana y bíblica? Pues que entronca con Abrahán, el patriarca que recibió de Dios la promesa de una generación más ancha que las arenas del mar. Padre de la fe de Israel, padre de Isaac y abuelo de Jacob. [Jacob aparece en la 1ª lectura con su parte personal de historia básica en esa cadena. Jacob recibirá de Dios el nombre de ISRAEL, y personalizará así a todo un pueblo. Y de Jacob, Judá…, otro personaje básico respecto de la descendencia anunciada a Abrahán.

          E irán descendiendo generaciones diversas y variopintas, hasta llegar a David, un icono substancial en la historia de aquel pueblo. Y a través de generaciones, José el esposo de María, de la cual nacerá Jesús.

          Jesús es así, hijo de David, prototipo de la fe de Abrahán, y parte integrante de una humanidad en la que aparecen personajes de mala reputación, como Tamar, la prostituta. En efecto Jesús abarca al mundo entero y no se desdeña llamarse Hijo del hombre, porque es plenamente hombre, con todas las consecuencias de lo que es una humanidad…

          Esperamos a ESE JESÚS, al que SE HIZO UNO DE TANTOS. El que viene en cada hombre y en cada acontecimiento, porque viene como Redentor de toda esa humanidad. Y en la EUCARISTÍA se condensa todo y se hace presente en toda su extensión ESE JESÚS, y no otro que puede acaramelarse en pías consideraciones.

          María fue a casa de Isabel

          Tal como María había expuesto a José y sus padres, se sintió llamada a acudir a la montaña de Judea para ayudar a su pariente. Necesitaba, naturalmente la gestión de su padre para apalabrar el modo y tiempo de viaje, lo que Joaquín realizó con sus conocimientos en Cafarnaúm, el centro comercial de donde partían las caravanas hacia Jerusalén. Y el día convenido, a la hora convenida, Joaquín, José y María salieron de Nazaret hacia la calzada real, que era la columna vertebral de las comunicaciones. Allí encomendó con grandes ponderaciones a su hija al jefe de la caravana para que él mismo –llegados a Jerusalén- procurara seguro traslado hasta Ain Karín. Era mucho el tesoro que entregaba en las manos de aquel hombre, quien allí mismo, en aquella parada de la caravana, condujo a María a la carreta de las mujeres para que hicieran juntas el viaje.

          Se despidieron, Joaquín y José quedaban silenciosos viendo partir la caravana, y permanecieron un rato allí mirando cómo se alejaba con el paso cansino que es propio de esos traslados. Quedaban, pues, unos días por delante hasta que María llegara a Jerusalén. A José se le iba el alma porque él hubiera deseado poder ir a pie de carreta apara acompañar, pero su trabajo no se lo permitía. Finalmente ellos se volvieron hacia Nazaret, con leves comentarios emocionados de todo el caso que les venía ocupando.