jueves, 18 de diciembre de 2014

18 dic.- Virgen de la Esperanza

Día 19.  Escuela de oración  A LAS 5'30

Hoy es onomástica de las ESPERANZA, MACARENA, MARÍA DE LA O 

Vamos caminando
          Lo que puede ser materia de HOMILÍA
          Sigue el evangelio de San Mateo que empezamos ayer, explicitando “cómo” fue esa concepción del Mesías esperado. José estaba prometido a María para un futuro matrimonio. Pero ocurrió un hecho inesperado e impensable: María había concebido y no de José ni por intervención humana: Lo que hay en ella es del Espíritu Santo. Pero no queda apartado José de su compromiso matrimonial ni de sus exigencias paternales, porque Dios ha contado con esa presencia del varón “paterfamilias”. Así José deberá llevar a su casa a María (celebrar la boda oficial), y cuando nazca el niño, circuncidarlo (el acto solemne de incorporación al Pueblo de Dios del recién nacido. Y con todos los derechos y deberes de padre, porque tú le pondrás por nombre JESÚS. Ese detalle no quedaba a la libre elección: el nombre venía dado por Dios, porque Él salvará al pueblo de los pecados.
          La primera lectura entronca el hecho con David, a quien se le prometió un vástago legítimo que reinará con prudencia, justicia y derecho, y dará seguridad a Judá e Israel. El hecho es tan sublime que sobrepasad la inolvidable maravilla que supuso el paso del mar rojo: liberación de los egipcios. Ahora es la liberación total.
          Liberación que en la Iglesia se está reviviendo día a día y hora a hora a través del misterio de la Presencia Eucarística, que es el cenit de la salvación que trae Jesús.

          Meditación
          María llegó a casa de Zacarías e Isabel. Como hubo que andar preguntando hasta llegar allí, las vecinas de Isabel condujeron a la forastera hasta la casa y la llamaron a ella. No dio tiempo a más presentaciones porque al simple saludo de María, Isabel fue arrebatada por una efusión del Espíritu Santo y prorrumpió en un grito de gozo, emoción y alabanza. El niño que Isabel llevaba en su seno dio saltos de gozo. Isabel estaba fuera de sí y bendijo a María: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Se había producido una relación indecible entre las dos criaturas en el seno de sus madres, lo que Isabel expresó así: Apenas llegó tu voz a mis oídos, saltó la criatura en mi vientre. ¿De dónde a mí que venga a visitarme la madre de mi Señor?  María estaba callada y admirada. Su misterio había sido revelado a Isabel. María no había dicho nada. Isabel lo estaba diciendo todo.
          Zacarías, que estaba en su silencio obligado sí escuchó aquellos gritos alegres de su esposa y salió a la puerta y escuchó aquellas últimas palabras. Zacarías quedó perplejo y feliz: se iban cumpliendo aquellas promesas que él había escuchado del ángel en el santuario. Isabel continuó con sus emocionados sentimientos, y dijo a María: Dichosa la que creyó que tendrán cumplimiento las cosas que le han sido dichas por el Señor.

          ¿Habían entrado ya en la casa? ¿Había comentado María algo, como quien da respuesta al descubrimiento de Isabel? ¿Fue todo una catarata que se le vino a Isabel sin más conocimientos que le llegaran de fuera? Puede pensarse que tras aquel saludo llamativo en la puerta, habían entrado ya en la intimidad del hogar. A breves rasgos María comentó que había sabido que estaba embarazada Isabel y se había venido a estarse con ellos hasta que naciera el niño. Isabel reconocería entonces esa fe de la que creyó… Y María, en su modestia, casi que necesitando echarse a un lado para que sólo Dios sea el que queda alabado, prorrumpió –el estilo judío- en un canto de alabanza y agradecimiento y admiración, porque no son sus méritos sino el poder de Dios que acude a los pequeños: Proclama mi alma la grandeza del Señor (canto del “Magníficat”).

4 comentarios:

  1. Un SERMÓN explica, enseña, desarrolla un tema.
    Una HOMILÍA hace presente la Palabra proclamada en la Misa. ·Hoy se cumple entre vosotros"
    Una REZO es una repetición de oraciones ya hechas y formuladas: Padrenuestro, Salve, Magníficat...
    Una MEDITACIÓN es detenerse sobre un rezo, una lectura, un texto evangélico, recordando con la memoria, profundizando con el entendimiento (reflexionando lentamente) y desembocando en una aspiración y deseo emocionado de la voluntad.
    Una CONTEMPLACIÓN es zambullirse en un HECHO evangélico (un HECHO, no en un discurso o una parábola), como si uno estuviera presente: VIENDO, OYENDO, OBSERVANDO. Uno se convierte en cualquiera de los personajes presentes y VIVE así la escena evangélica. Los ojos, en Jesús.

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    1. Guardo cuidadosamente esta nueva entrega de enseñanzas definitorias que muy acertadamente nos ofrece. Creo que es bueno y conveniente saber distinguir estas cosas para llegar mejor al fondo de lo que se nos enseña en la Iglesia.
      Saludos cordiales

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  2. José Andrés12:32 p. m.

    En el Evangelio de hoy vemos a San José como protagonista de otra anunciación por medio de un ángel, que le confirmó que él tenía una tarea importante en ese misterio y no debería ausentarse. Su papel era poner el nombre al niño y hacerle así descendiente legal de David. Veló por su vida y crecimiento. José fue hombre honesto, honrado y fiel. Dios no se había equivocado al fiarse de él.

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  3. Ana Ciudad3:35 p. m.

    José es el hombre de la escucha y del silencio. Es el que, en los sueños, descubre el proyecto de Dios, como lo había hecho el patriarca José,vendido por sus hermanos (Gn 37 ,6-9).
    José es el creyente que al cumplir la ley del Señor,descubre la llegada del tiempo del Espíritu Santo..
    José es el padre que , al buscar a su hijo perdido,descubre el misterio de la paternidad de Dios.

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