sábado, 16 de enero de 2016

16 enero: Caminos de Dios

Liturgia
          Samuel no hubiera querido nombrar un rey, porque Israel era regido por Dios. El pueblo quiso un rey, a pesar de las advertencias de Samuel y Dios le dijo que le nombrara un rey. Ahí encaja hoy la lectura de 1Sam 9, 1-4. 17-19; 10, 1.
          Se nos describe un hombre Saúl de considerable porte, al que su padre envía a buscar unas burras que se le habían extraviado. Saúl recorrió muchos lugares sin hallar lo que buscaba pero vino a dar con Samuel. Y Dios le indico a Samuel que ese hombre que se le había presentado para otras búsquedas, era el que había de ungir rey de Israel.
          Los caminos de Dios. Saúl iba enviado por su padre para unos fines, y vino a encontrarse  con el profeta vidente que llevaba un encargo de Dios. Y si las burras aparecieron es lo de menos, porque lo que Dios ha señalado es la elección de Saúl para regir el pueblo de Dios. Así quedan patentes los caminos providenciales, por los que se junta lo divino con lo humano, y Dios tiene su brazo extendido para sacar adelante su deseo.
          Mc 2, 13-17 nos trae la elección de Leví (=Mateo). Mateo estaba en su negocio…, no precisamente un negocio bien considerado por el pueblo porque era para recaudar tributos para el estado invasor, Roma. Jesús pasa por allí, y sin mediar palabra se dirige a Leví y le hace esa llamada inmensa que ya había ganado a otros hombres para el discipulado: Sígueme. Y el publicano Leví se siente cogido por aquella palabra de Jesús, deja lo que tiene entre manos, se levanta y se va tras de Jesús.
          Está de una parte la fuerza de la llamada de Jesús, la atracción de su persona, la seguridad que trasmite por eso que llaman las gentes: la autoridad de Jesús, que es una fuerza interna tan honda que Leví no se resiste a ella. De la otra parte está Leví, un publicano mal visto por las gentes pero con un corazón noble, que se deja empapar por la llamada del Maestro (lo más seguro es que sí que lo tenía conocido de verlo ir y venir rodeado de gentes, y que Leví más de una vez podía haber sentido una cierta envidia de aquellas gentes que eran felices apegadas al hombre que pasaba haciendo el bien). Y Leví, por encima de todos los prejuicios, dio ese salto en el vacío que supone pasar de publicano a seguidor de Jesús.
          Un salto que no lo sabían dar los fariseos y doctores de la Ley, que sólo se fijaron en lo externo: Jesús sentado a la mesa con los publicanos. Es que Mateo se despidió de sus compañeros con una comida de confraternidad que dio en su propia casa. No había hecho ninguna mostración pública, pero sí festejaba su nuevo camino Y como es natural los comensales eran los de su misma clase y profesión…, sus amigos de siempre con los que él había desenvuelto su vida. A ellos les hacía partícipes de esa otra nueva manera de vivir que había decidido, con lo cual les estaba trasmitiendo unos valores que ellos desconocían, y así la acción de Leví era más importante y meritoria de lo que puede parecer a primera vista.
          Los doctores fariseos no veían eso. Metieron las narices en la casa de Leví para ir directamente a la crítica y tratar de infestar a los discípulos del Maestro. Y con toda su sorna le dicen a los discípulos: ¡De modo que vuestro maestro come con recaudadores pecadores!...
          A Jesús no se le pasaban por alto aquellos movimientos de zapa que hacían contra él, y que –en último término- era contra los mismos discípulos a los que se les quería minar el terreno. Y respondió rápidamente con dos afirmaciones que llevaban enseñanza y definición. No necesitan de médico los sanos sino los enfermos. No he venido a llamar justos sino pecadores. Los fariseos se consideraban “los sanos”, los puros, los incontaminados…, aunque la verdad es que estaban enfermos en la médula misma. Los “enfermos” a los que ellos miraban con desprecio eran los publicanos recaudadores. Pues a ellos, “por enfermos” viene él como médico. A los “puros y sanos”  no viene (porque es inútil). Porque Jesús tiene entrada con los pecadores que saben que necesitan perdón y misericordia, y los fariseos ni se sienten en necesidad de lo uno y de lo otro.
          La lección práctica es muy clara: hoy vienen muchos a decir: yo no tengo pecados, yo no necesito confesarme. Son los nuevos “ricos” del momento presente, que se pierden la oportunidad de la cercanía de Jesús y de la mano misericordiosa que extiende él a todo el que se siente en necesidad de ella.

          SER PECADOR y reconocerse tal, sin subterfugios, es camino para estar con Jesús y ser admitido a la mesa con él.

4 comentarios:

  1. Ana Ciudad9:16 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÒLICA ( Continuación)

    LA LIBERTAD DEL HOMBRE.

    ¿Còmo distingue el hombre si sus actos son buenos o son malos?
    El hombre està en condiciones de distinguir las acciones buenas de las malas ejercitando su inteligencia y siguiendo la voz de su conciencia. Para distinguir mejor las acciones buenas de la acciones malas existen las siguientes directrices:1-Lo que hago debe ser bueno"; no es suficiente con una buena intención.Ejemplo: me propongo atracar un banco ,para dar el dinero a los pobres. Atracar un banco siempre es malo, aunque se cometa con un buena intención.2.-Aunque la acción sea realmente buena, "la mala intención"con la que llevo cabo el bien convierte en mala toda acción. Ejemplo: Si acompaño a una señora mayor y la ayudo a entrar en su casa, lo que hago es una acción buena. Pero si lo hago ùnicamemente para preparar un futuro robo, toda la acción se convierte en un acto malo. Si después no se puede perpetrar el robo por alguna causa, la "mala intención" habrìa que confesarla. 3.-Las circuntancias bajo la que actùa una persona, puede disminuir la responsabidad, pero no cambian nada del carácter buen o malo de una acción.

    ¿Se puede hacer algo malo para que de ello se derive algo bueno?.
    NO, nunca se puede hacer algo malo o aceptar el mal para que de ello resulte algo bueno.A veces no nos queda màs remedio que aceptar el mal menor para evitar un mal mayor.
    El fin no justifica los medios.Es erróneo utilizar embriones para la ivestigaciòn con células madre,incluso si con ello se pudieran alcanzar logros radicales en la medicina.Es erróneo "ayudar" a la vìctima de una violación con el aborto del niño.

    Continuarà

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  2. Ana, amiga;la investigación con células madre tiene deificultades éticas. El Papa Pío XII expresó su condena más absoluta. "El acto conyugal es personal, es una acción simultánea de los esposos; es expresión del don recíproco realizador, según lapalabra de la Sagrada Escritura, de la unión de una sola carne". Cualquier otra intervención que rompa esta dimensión amorosa,natural, de la entrega, no tiene ningún tipo de justificación.

    Es erróneo "ayudar" a la víctima de una violación...el aborto siempre es un asesinato y quién participe en un aborto, ¡comete un pecado gravísimo! El hecho de la violación no justifica un aborto...Ese bebé es fruto del amor de Dios, si Dios lo ha creado es porque lo quiere, lo necesita, tiene unos planes determinados para él, tiene alguna misión que encomendarle...

    A ver si trabajamos este año para conseguir que nuestros políticos hagan una ley que de verdad prohiba el aborto y que favorezca a las madres para que no tengan que abortar. Un cordial saludo. MªJosé

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  3. El Santo Padre pone el acento en la cercanía sencilla y misericordiosa de los pastores. Jesús, todo misericordia, de una manera sencilla, se acerca a los enfermos y a los pecadores que somos todos nosotros. Pasando,a la orilla del lago, vió a Levi, sentado al mostrador de los impuestos y le dijo: "Sígueme": Lo dejó todo y siguió a Jesús para compartir la mesa.Para nosotros, compartir la mesa de la Palabra y de la Eucaristía significa ir a Jesús para que nos cure nuestras enfermedades. Y para observar sus actitudes y aprenderlas y ponerlas en práctica con los demás.Jesús tenía muchos seguidores, iban de todas partes a escucharlo para imitarlo y aprender su Doctrina. él había venido para salvar lo que estaba perdido; comía y bebía y se sentaba con los pobres y con los pecadores. Él no vino a curar a los sanos, sino a los enfermos; pero los fariseos no acababan de entenderlo...

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  4. Maria José, agradezco mucho tus comentarios.Mi única intención es dar un poco del Catecismo de la Iglesia Católica para que los que sigan est ,e blog recuerden lo que aprendieron de niños, ya que hoy desgraciadamente vivimos unos tiempos en que se quiere borrar de la enseñanza todo los contenidos de la Iglesia,conduciendo a los niños y a la juventud a un adoctrinamiento que perjudica gravemente la formación integral a la que tienen derecho.Un abrazo.Ana.

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