1 enero 2016: LA CIRCUNCISIÓN

MUCHAS FELICIDADES EN EL AÑO QUE COMENZAMOS

La circuncisión de Jesús

            Los liturgistas han cambiado el nombre y el objeto de esta fiesta que se celebra a los 8 días del nacimiento de Jesús y que, por tanto, tiene su sentido histórico en el hecho de la CIRCUNCISIÓN de Jesús, tal como lo describe el último párrafo del evangelio leído (Lc. 2, 16-21), y que era el corto evangelio que se ha leído por muchos años en este día. Tiene la gran fuerza de ritual que incorporaba al varón recién nacido para pertenecer de pleno derecho al Pueblo de Dios. Mediante este hecho se buscaba la mayor posibilidad de fecundidad en el adulto, puesto que era su mayor honra el poder engendrar muchos hijos.

            Con la reforma litúrgica se vino a cambiar el objetivo de la fiesta histórica por una celebración en honor de la Virgen, acentuando no ya unas prerrogativas de María sino su fundamental razón de ser: su MATERNIDAD DIVINA. Y en eso está la liturgia de hoy, y a eso ha ido a extenderse el texto evangélico, volviendo sobre los pastores, un texto que había sido tratado pero que hoy regresa con esa connotación del hallazgo del Niño, junto a Maria. A ello va también la 2ª lectura; el Hijo de Dios nacido de una Mujer, lo que le da haber nacido hombre bajo la ley, y así poder realizar la obra de la Redención de toda la humanidad.

            Por otra parte, así como la 1ª lectura de ayer nos anunciaba un “final” (Hijos, es la última hora), la 1ª lectura de hoy es de BENDICIÓN Y BIENVENIDA…, una llamada esperanzada y que nos pone bajo la mano bondadosa del Señor; El Señor te bendiga, te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.

RELATOS DE NAVIDAD

            Estamos situados en Belén, y en esos primeros días tras el nacimiento. Se ha situado la Sagrada Familia. José va encontrando trabajo con que traer cada día el jornal y sacar adelante a la familia. Como es hombre justo y cabal, pronto se ha ganado el aprecio de los patronos que le contratan. Han avanzado los días y se han metido en el 8º día del nacimiento. Y aunque están solos y no tienen una familia que les acompañe en el festejo, van a celebrar con toda su ilusión ese momento de CIRCUNCIDAR AL NIÑO, tal como tocaba, y para imponer al Niño el nombre de JESÚS, que era el nombre que el ángel había dicho antes de la concepción. Alguna relación había establecido el matrimonio con vecinos y quizás alguien más. Y los invitaron a esta fiesta familiar, de tanto valor en la familia judía.

            José, padre de familia, era el encargado de hacerlo. Tomó al niño y con el orgullo de padre, hizo la incisión correspondiente sobre aquel cuerpecito, y el niño rompió a llorar. María estaba muy pendiente de cada instante de aquellos, y pronto tomó al niño y lo llevó hasta su pecho, con lo que se calmó rápidamente, mientras todos celebraban y felicitaban a José.

            El misterio estaba debajo… Porque José ha realizado cuanto corresponde al padre de familia. Y allí está siendo festejado como tal padre. ¡Pero José sabe que él allí está en pura obediencia a Dios, cubriendo el misterio, y poniendo un nombre que le ha sido dado de lo alto!, pero él no es el padre de ese niño. Se mete de lleno en la fiesta y la vive emocionadamente. No es un mero “papel” el que él está representando. Lo vive en totalidad y metido completamente en esta realidad con la que va a convivir durante su vida. Esposo de María de pleno derecho, y María verdadera madre de Jesús, José está completamente adentrado en esa realidad de padre.