lunes, 7 de enero de 2013

30 años de Jesús


NAZARET
          Hemos pasado la Epifanía. El próximo domingo estaremos en la fiesta del Bautismo de Jesús. Bien podría ser esta  semana una buena oportunidad para retirarnos a NAZARET, y barruntar de alguna manera lo que Nazaret es y significa.  Y hoy no voy a hablar yo.  Quiero que el marco vaya puesto por las magníficas palabras de Pablo VI cuando visitó Nazaret. Y ahí las dejo, pensando que no hay mejor síntesis que esa.

EL EJEMPLO DE NAZARET
        Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio. Aquí aprendemos a observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido profundo y misterioso de esta sencilla, humilde y encantadora manifestación del Hijo de Dios entre los hombres. Aquí se aprende incluso, quizá de una manera casi insensible, a imitar esta vida.

Aquí se nos revela el método que nos hará descubrir quién es Cristo. Aquí comprendemos la importancia que tiene el ambiente que rodeó su vida durante su estancia entre nosotros, y lo necesario que es el conocimiento de los lugares, los tiempos, las costumbres, el lenguaje, las prácticas religiosas, en una palabra, de todo aquello de lo que Jesús se sirvió para revelarse al mundo. Aquí todo habla, todo tiene un sentido.

Aquí, en esta escuela, comprendemos la necesidad de una disciplina espiritual si queremos seguir las enseñanzas del Evangelio y ser discípulos de Cristo.  ¡Cómo quisiéramos ser otra vez niños y volver a esta humilde pero sublime escuela de Nazaret! ¡Cómo quisiéramos volver a empezar, junto a María, nuestra iniciación a la verdadera ciencia de la vida y a la más alta sabiduría de la verdad divina!

Pero estamos aquí como peregrinos y debemos renunciar al deseo de continuar en esta casa el estudio, nunca terminado, del conocimiento del Evangelio. Mas no partiremos de aquí sin recoger rápida, casi furtivamente, algunas enseñanzas de la lección de Nazaret.

SU PRIMERA LECCIÓN ES EL SILENCIO. Cómo desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu, tan necesario para nosotros, que estamos aturdidos por tanto ruido, tanto tumulto, tantas voces de nuestra ruidosa y en extremo agitada vida moderna. Silencio de Nazaret, enséñanos el recogimiento y la interioridad, enséñanos a estar siempre dispuestos a escuchar las buenas inspiraciones y la doctrina de los verdaderos maestros.
Enséñanos la necesidad y el valor de una conveniente formación, del estudio, de la meditación, de una vida interior intensa, de la oración personal que sólo Dios ve.

Se nos ofrece además una lección de vida familiar. Que Nazaret nos enseñe el significado de la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable, lo dulce e irreemplazable que es su pedagogía y lo fundamental e incomparable que es su función en el plano social. 

Finalmente, aquí aprendemos también la lección del trabajo. Nazaret, la casa del hijo del artesano: cómo deseamos comprender más en este lugar la austera pero redentora ley del trabajo humano y exaltarla debidamente; restablecer la conciencia de su dignidad, de manera que fuera a todos patente; recordar aquí, bajo este techo, que el trabajo no puede ser un fin en sí mismo, y que su dignidad y la libertad para ejercerlo no provienen tan sólo de sus motivos económicos, sino también de aquellos otros valores que lo encauzan hacia un fin más noble.
Queremos finalmente saludar desde aquí a todos los trabajadores del mundo y señalarles al gran modelo, al hermano divino, al defensor de todas sus causas justas, es decir: a Cristo nuestro Señor.

          En días sucesivos iremos desgranando estas enseñanzas básicas que e Papa nos puso, tan llenas de sentimiento y ternura ante este NAZARET que ha inspirado a tantas almas de oración durante siglos. Porque es evidente que 30 años de Jesús, SALVADOR, recluido en el anonimato de Nazaret, no es cosa que se pueda pasar por alto. Ahí hay mucha materia, mucha enjundia, para toda alma que desee adentrarse en las profundidades de la Vida interior.

2 comentarios:

  1. José Antonio9:52 a. m.

    Magníficas las palabras de Pablo VI. Nazaret: "Escuela de Silencio, Escuela de Familia, Escuela de Trabajo".

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  2. Ana Ciudad2:26 p. m.

    Jesús en estos años de vida oculta en Nazaret,nos está enseñando el valor de la vida ordinaria como medio de santificación.Miramos el trabajo de Jesús,a la vez que examinamos el nuestro y le decimos:Ábrenos la puerta del taller de Nazaret para que aprendamos a contemplarte a Ti,con tu Madre Santa María y con el Santo Patriarca San José dedicados los tres a una vida de trabajo santo.

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