martes, 23 de octubre de 2012

Una lección básica


UNIDAD, MUESTRA DE ÚNICA FE
          Una síntesis que salta a primera vista en esa lectura de la carta a los fieles de Éfeso es el nuevo “status” de la historia a partir de la llegada  redentora de Jesucristo.  Si antes los habitantes de Éfeso no habían tenido un Mesías salvador y eran extranjeros y forasteros para el pueblo judío, y eso os dejaba cerrada la razón de una esperanza, ahora  en cambio, estáis en Cristo JesúsAhora la sangre de Cristo os ha acercado hasta derribar con su cuerpo el muro que separaba.  Ahora no son los mandamientos y reglas de un pueblo determinado lo que da la pauta. Cristo los ha derribado para crear una criatura nueva, un nuevo modo de ser y vivir: unidos en un solo pueblo mediante la cruz, dando muerte al odio.  Podremos muy bien concluir que –con la misma razón, a los celos, a los recelos, a las tensiones, al tuyo y al mío. Porque Cristo trajo la noticia de LA PAZ para toda la humanidad. Así tenesmos un único Padre y una única fuerza vital: la del Espíritu.
             Ya sois pueblo de Dios. Cristo sostiene todo el edificio, y las columnas que le dan consistencia son los apóstoles y profetas. POR CRISTO, TODO EL EDIFICIO QUEDA ENSAMBLADO PARA FORMAR UN TEMPLO CONSAGRADO AL SEÑOR, y así ser morada de Dios por el Espíritu.
             Admitidme, os comento yo ahora en esta reflexión diaria, que me haya limitado a copiar el texto, pero cuando habla tan clara la Palabra revelada, es mejor el quedarse ante ella y orar con ella sin interrumpir el que deber ser PASO DEL SOPLO DEL ESPÍRITU           .
             Si con situaciones tan extremas como la división que había hecho el pueblo judío, en la que el mundo se dividía en dos:  ellos y los demás, bien a las claras nos queda lo que es obligado que exista entre los que hoy formamos la Iglesia, aun desde la variada riqueza de carismas y formas de acogida y vivencia del Evangelio, pozo sin fondo donde cabemos todos y en donde todos al unísono –y pluralidad- tenemos que remar en la misma dirección.   Que en cuanto estemos al acecho de lo que los otros no coinciden…, y siempre –cada uno- desde su óptica (tantas veces miope), estaremos rasgando la túnica inconsútil de Jesucristo.
             Que luego el Evangelio lo plasma en esa advertencia de Jesús, en su “cuentecillo” pedagógico, advirtiendo que hemos de estar preparados siempre porque el Amo llega cuando Él quiere llegar.  Y no es entonces momento de querer resolver pidiendo perdones.  El tema del Evangelio de ayer con el rico que espera vivir tumbado y gozando de sus bienes…, pero que esa misma noche de sus sueños de vivir de las rentas, es llamado inesperadamente… Y ahora, concluía Jesús: ¿De qué le ha servido atesorar en la tierra?   ¡Aviso para navegantes!

2 comentarios:

  1. Pablo anuncia a los creyentes de Efeso la buena noticia de que Dios no distingue nada más que entre el que está en Cristo y el que no está en Cristo. La procedencia de la persona, u otros hechos diferenciales son irrelevantes para la vida verdadera. La vida verdadera no es la que el mundo presenta como "vida", sino que es aquella que desde aquí y ahora, vamos construyendo a modo de edificio. Y todo edificio tiene unos cimientos, y en el caso nuestro, estos cimientos son los Apóstoles y profetas. Es decir, siguiendo el sentido, donde se sigue la doctrina de los Apóstoles, está el edificio, y en ese edificio vive Dios, y si somos miembros de ese edificio, es porque estamos en Dios, es porque seguimos a Cristo, no con palabras o apariencias de piedad, sino en verdad, dando frutos, que son la prueba de que no estamos en el anticristo o en la apostasía.

    Da igual el modo de vivir la fe cristiana, grupos, asociaciones, compañías...

    Lo importante es que la forma de actuar sea según el corazón de Cristo Jesús, y esto es siendo consciente de que ya no vivimos como antes de conocer a Cristo, sino como nuevas criaturas. No dependemos del "cumplir", sino del "creer", y si creo, y creo de verdad, haré lo que se me enseña que haga.

    AÑO DE LA FE: Si digo que creo, pero no hago lo que Cristo enseña, tendría que revisar mi creencia, si es que no está puesta más en mi, que en Dios.

    ResponderEliminar
  2. Ana Ciudad1:40 p. m.

    "Tener ceñidas las cinturas y las lámparas encendidas....",atentos a los pasos del Señor.Es una llamada a mantenernos alerta,con la lucha diaria en puntos muy concretos.No podemos olvidar que en la lucha en lo pequeño,el alma se fortalece y se dispone para oir las continuas inspiraciones del Espíritu Santo.El alma adormecida vive sin verdaderos objetivos que atraigan e ilusionen.
    ¡SEÑOR,qué bueno eres para el que te busca y para el que te encuentra!.Nosotros lo hemos encontrado.No lo perdamos.

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!