viernes, 26 de octubre de 2012

"Signos de los tiempos"


ESLÓGANES
          Ya confesé mi particular “alergia” a los eslóganes. Comprendo que están en la base de una cierta forma de cultura y que tienen su eficacia. Y al mismo tiempo compruebo que pueden crear rechazos instintivos.  Este periplo litúrgico que llegará hasta octubre del próximo año, vamos a escuchar mucho –los que somos “gentes de Iglesia” hablar del AÑO DE LA FE.  Y juntamente vamos a escuchar hablar de la NUEVA EVANGELIZACIÓN.  Claro: lo nuevo no es la Evangelización sino la importancia que personalmente le demos cada uno al EVANGELIO como fuente y base de nuestra verdadera fe en Jesucristo y en el Dios que nos presenta Jesucristo (que es el Dios auténtico al que tenemos que ir conociendo por una oración reflexiva, lenta, perseverante, profundizadora, muy personal y en el ámbito del silencio interior).  Sin esa personalización de LA FE, de nuestra FE, queda cojo el otro “tinglado religioso” que puede crearse alrededor, pero sin el “fundamento de los apóstoles y profetas” al que nos conducía ayer San Pablo, y al que no tenemos más remedio que acudir mediante la iglesia (que era la otra condición que ponía el Apóstol a los fieles de Éfeso.
             Ya ellos les lleva hoy, precisamente en esos fundamentos de la fe que procede de Cristo y de su evangelio, a vivir unidos, a la humildad, amabilidad, comprensión, capacidad de sobrellevarse mutuamente CON AMOR, para mantener el vínculo de la UNIDAD y de la PAZ…, como corresponde a la vocación a la que habéis sido llamados.
             Ya debería bastar ese trozo de la carta –escrita desde la prisión, casi como un testamento- para que muchos…, muchos modos de religiosidad, muchos estamentos eclesiales, muchos cristianos…, nos sintiéramos exigidos a una auténtica NOVEDAD DE EVANGELIO (“nueva evangelización”) sin muchas alharacas pero con una profunda reflexión en niveles íntimos personales y otros más corporativos, más de asociaciones y movimientos y Hermandades, y todos los etcéteras de la muy variada forma de Iglesia que sale de la riqueza inagotable de la Iglesia.
             Esa es LA FE que hay que meter en un eslogan como un recordatorio (y que no debiera nunca ser una coletilla que hay que sacar en donde pega y en donde no pega…, para luego seguir todo como está).
             Para Pablo el enorme fundamento de LA FE y del vivir cristiano, está en que nos sintamos –como realmente lo somos por definición de “iglesia” (=asamblea, reunión de hermanos)- UN SOLO CUERPO Y UN SOLO ESPÍRITU, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a que la que hemos sido convocados (llamados).  Y poniendo las raíces en suelo firme, inalterable, todo es porque tenemos un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo y lo invade todo.
             O esto está en el fondo substancial de nuestra evangelización personal…, de la viva FE que nos mueva y nos constriña en la realidad práctica, o los eslóganes son pan mojado que acaban molestando. Porque hablar es muy fácil pero dar trigo es otra cosa.

             Jesús ha entrado en un terreno que es de una importancia total, y Él mismo lo tuvo que experimentar en diversos momentos de su vida y obra. La vida que nos rodea, las nuevas realidades que nos van invadiendo, el mundo que está ahí y que se impone –nos guste o no- nos obliga perentoriamente a leer en todo eso caminos de Dios que, o bien son parte de ese evangelio vivo que se va desgranando en el día a día (Jesús lo llamó “signos de los tiempos”, y fue un valor para la Iglesia al que se refirió Juan XXIII al convocar “osadamente” el Concilio Vaticano II). Fue el Papa sencillo, procedente del pueblo sencillo, quien veía evidente que la Iglesia no podía planear sobre el mundo como ave que mira a distancia los avatares y realidades de la vida.  Tenía la Iglesia que aterrizar en esos signos que provenían de una nueva realidad cultural, social, psicológica, ambiental, y saber leer lo que ese mundo nos estaba pidiendo.
             Hoy es el Evangelio del día el que nos hace el desafió, aquí y ahora, a leer los signos de este tiempo presente (ya no hay otro), para dar una respuesta de creyentes en Jesucristo y su evangelio, que sea útil, acorde y correspondiente al momento en que estamos y vivimos.  Caparazones para escondernos e ignorar lo que tenemos delante, en profundos desafío, no caben en personas responsables y acordes con su fe.  Empezando por los que han de estudiar con hondura la situación, y siguiendo por los “de a pie” (que nos toca lidiar el toro de la vida EN EL MUNDO), hoy necesitamos tener ansia de formación que nos lleve a saber dar razón de nuestra fe y de nuestra esperanza. Lo diré en “román paladino”:  hasta los niños vienen hoy a plantearnos cuestiones para los que una mayoría de creyentes de toda la vida no sabemos ni responder ni tener argumentos sólidos para dar respuestas adecuadas.  Luego se impone esa concreción del eslogan en una urgencia de formación personal.  En un manejo directo del Evangelio, del Catecismo de la Iglesia, de Conferencias y cursillos, de lecturas adecuadas. Porque si no, vamos a meternos en nuestro caparazón de comodidades, y que nadie venga a trastornar ahora nuestra tranquilidad.
             Es muy serio el momento actual de la Iglesia en nuestras latitudes para quedarnos en la posición de quien cree que ya lo hizo todo y ahora puede tumbarse y comer y beber y banquetear con lo que ya tiene.  No cabe ahora esperar a “verlas venir”. Eso es lo que promueven las dos expresiones de AÑO DE LA FE y NUEVA EVANGELIZACIÓN.

4 comentarios:

  1. Sin llegar a sentir alergia por la expresión "Año de la FE", lo que dice va en la línea de algunas coass que yo también he comentado en los últimos días en este blog. El relativo a la formación, usted lo aborda de un modo claro y directo, porque no están las cosas para ir dando rodeos. Ir al grano es lo que interesa. Y la realidad es la que plantea. Defender y dar esperanza y razón de la propia fe es algo que muchos bautizados ni saben, ni se lo plantean como parte de su condición de cristianos. Es preciso que eso cambie, y para ello la Iglesia nos invita a renovarnos en este tiempo de Gracia.

    Ahora bien, yo soy alérgico a la formación que tenga que ver con grandes cursos intensivos e hincar codos. No es formación académica lo que necesitan los cristianos, ni nadar entre libros que les aumenten su saber, es más bien en mi opinión algo mucho más sencillo que eso.

    Hay que leer y meditar la Palabra de Dios diariamente. y hay que leer el Catecismo frecuentemente. Recomiendo el Compendio para los que no tengan mucha costumbre de leer el catecismo. Es un buen punto de inicio. Tienen otro instrumento. Oir Radio María. Todos los días en la mañana hay un excelente programa sobre el catecismo, y la programación está llena de otras cosas útiles para el que desee aprovecharlas. Las reuniones del Apostolado de la Oración son otra oportunidad.

    ¡Pero ojo! Esto es como la confesión. Si no hay un verdadero propósito de "enmienda" podrás tener muchos conocimientos intelectuales, pero no servirás para el Reino de Dios.

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  2. San Pablo nos EXHORTA a no ser unos INDIGNOS. Para ello nos da hoy en la parte de la carta a los Efesios. Esta lectura invita a revisar la vida cristiana, y ver si es auténtica o es más falsa que las monedas falsas, o tan de apariencia como la religión de los fariseos.

    Leer y examinar en que punto me encuentro, y ver si soy capaz y quiero hacer lo que dice Dios en su Palabra. ESFORZARSE por mantenerse unidos.

    Satanás y sus espíritus diabólicos están presentes en esta guerra que se libra en toda la tierra. Aún donde se habla de Dios, habrá que sacar el arma de Dios para combatir si de verdad quieres ganar el Reino.

    ¿Que arma es esa?

    Pablo lo llama, EL VÍNCULO DE LA PAZ.

    Que no nos pase como a los que el Señor se refiere, de que NO RECONOCEN LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS.

    Donde no hay humildad, paz y concordia no reina Dios.

    Donde hay rivalidades, egoísmos, celos y envidias, reina el espíritu del anticristo, el espíritu del maligno. Una de las principales armas de este espíritu malo es LA DISCORDIA.

    Arrepintámonos en todo momento y pidamos la misericordia de Dios, para que nos libre de servir a los ídolos en vez de a Dios, y nos aumente la fe y conceda su Gracia.

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  3. Anónimo12:40 p. m.

    Es necesario conocer y saber para responder a algunas preguntas, pero no deberiamos olvidarnos que tenemos al Espiritu Santo que es quien debe ayudarnos a hablar por nosotros cunado las cosas se ponen dificiles.
    Es el años de la Fe, y esa Fe es la que debe convertirnos y no queramos hacer las cosas a nuestra manera y con nuestras reservas, es Dios quien tiene que hacer en nosotros si nos entregamos a El.

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  4. Ana Ciudad3:52 p. m.

    ESTE ES EL GRUPO QUE VIENE A TU PRESENCIA,SEÑOR.
    Este salmo es un salmo de peregrinación;marchan con el rey a la cabeza para depositar el Arca de la Alianza en las alturas del monte Sión.Desde allí se dominan los montes de Judea y se adivinan,a lo lejos,las aguas del Mar Muerto.Este espectáculo da pie al salmista para cantar la grandeza de Dios y Creador.
    "DEL SEÑOR ES LA TIERRA...Y TODOS SUS HABITANTES".
    El creyente admira el poder y grandeza de Dios,reconoce y agradece en todo ello la bondad de Dios,que prepara la tierra para el hombre,aún en sus más pequeños detalles de fertilidad y hermosura.
    ¿QUIEN PUEDE SUBIR AL MONTE DEL SEÑOR?.
    San Pablo,en la lectura de hoy nos marca las pautas o caminos para ir a Dios:humildad,amabilidad,comprensión mutua,en una palabra:AMOR yPAZ.La santidad debe manifestarse en las obras.Las manos inocentes son el símbolo de una acción intachable.La mejor palabra son las obras buenas.No se recogen uvas de los espinos,ni higos de las zarzas.
    "EL QUE NO CONFIA EN LOS ÍDOLOS".
    Los ídolos son la mentira,el engaño,el pecado en toda su manifestaciones.
    Todo Cristiano,ha de comenzar por vivir en el mundo la vida como hijos de Dios.
    SEÑOR,TÚ que pasaste por el mundo haciendo el bien,con"manos inocentes y puro corazón,haz que aquellos,en cuyos corazones habitas por la fe imitemos tu vida de bondad y podamos penetrar contigo en las puertas eternas de tu gloria.








    ge

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