sábado, 6 de octubre de 2012

DIOS revelado en Cristo


EL PREMIO FINAL
          El autor del libro de Job llega al final con una necesidad de hallar solución al problema del mal que ha planteado…, a la necesidad de que –como dice la gente- “esto no se quede así”.  Y partiendo del reconocimiento humilde de Job, que se pliega totalmente a los designios inescrutables de Dios que sobrepasa la falsa ciencia humana (“que no entiende las maravillas que superan su comprensión”), concluye la narración con un Job lleno nuevamente de hijos, hijas, posesiones inmensas…, y aun larga vida por delante para conocer nietos y biznietos.  Muere, pues, anciano y satisfecho. No ha podido llegar a más el autor sagrado pero ha dejado una pista: ante Dios nada se pierde y donde puede parecer un desastre, se llega a poseer mucho más de lo que se ha perdido.  Refleja el instinto humano de supervivencia, de felicidad, de que “las cosas no pueden quedar así” como parecen a primera vista.  Dios siempre está más allá, más por encima, y dando mucho más de lo que parecía haberse perdido.

             El Evangelio” muestra a los apóstoles ufanos por su misión. Regresan satisfechos, porque hasta los demonios se nos han sometido.  Jesús les lleva a un paso mayor: no es eso lo que va a definir vuestra vida sino que vuestros nombres están inscritos en el Cielo.  Es una inmensa palabra.  Solemos calibrar “nuestros valores” por nuestras consecuciones, por lo que “hacemos”.  Vivimos pretendiendo “pesar” obras de nuestra vida.  Y hoy día, mucho más, porque se valora y se estima HACER.  Y queda secundario LO QUE SE ES.  Y sin embargo  la fotografía nuestra ante Dios (y ante los mismos que nos ven –sensatos-) no está en nuestras consecuciones, en nuestro Yo defendido sobre el bien común (que es lo característico del YO), sino en LO QUE SOMOS.  Y el día que seamos capaces de mirarnos en el espejo de Dios…, en el espejo de una conciencia invadida por valores eminentemente cristianos, en vez de mirarnos en nuestro propio espejo, será cuando descubramos que no es nuestro HACER lo que nos define sino NUESTRO SER y nuestro modo de ser, nuestros criterios de discernimiento aplicado sobre la marcha, porque se ha hecho connatural  en nosotros ese baremo de Dios, de LA PAZ por encima de todo, y de DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS: que nuestros nombres estén escritos en el Cielo.
             Y Jesús se enardece ante la sencillez de la vida y da gracias al Padre, Señor del Cielo y de la Tierra porque esas cosas las entienden los sencillos pero se ocultan a la soberbia.  Y se ratifica: Sí, Padre; así te ha parecido mejor.  Entonces pone otro criterio básico: el único que puede conocer al Padre es el propio Hijo.  Pero el Hijo revela al Padre, siendo sacramento del Padre, y asi haciéndolo presente y cercano.
             ¿Qué es un sacramento?  Una realidad humana y palpable que a su vez está haciendo real algo divino.  Jesucristo es el hombre igual a cualquier hombre, que puede ser tocado, palpado, escuchado, mirado, y hasta se le pueden descubrir sus sentimientos.  Ahora bien: Jesucristo es la figura humana que revela la realidad de Dios, del Padre.   A quien se le hace lejana la realidad de Dios…, a quien lo imagina separado o vengativo, escrutador implacable del hombre, no tiene más que mirar a Jesús y encontrar en Él CÓMO ES DIOS.  Cuanto Jesús hace, dice, enseña, siente…, es lo que Dios hace, dice, enseña, siente…

6 comentarios:

  1. Anónimo12:53 p. m.

    El final del libro de Job es demasiado bonito, mas propio de pelicula americana, cuando sabemos muy bien que los que padecieron por Cristo tienen su PREMIO en la vida eterna, pero ante los ojos de los humanos fueron vencidos.
    En el evangelio se expone la humildad ante Dios.
    Si nos fueramos a la parábola del pobre Lázaro veriamos una respuesta de Jesús contraria al final del libro de Job, el rico ya tuvo su premio en la tierra, Lázaro tiene un premio eterno.
    Posiblemente el pueblo judio anterior a Jesucristo necesitaba ver el premio del hombre justo ya en la tierra, Jesús no predicó eso, está claro que las injusticias ayer y hoy no quedan compensadas en la tierra y yo veo una de las razones de la religión el premio que espera a los que confían en Dios y lo anteponen a las injusticias.

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  2. Ana Ciudad1:27 p. m.

    "Y Yo os daré una alegría que nadie os podrá quitar".
    No hay persona más alegre que la que está cerca de Jesús.
    Por eso hoy sábado,quiero decir algo de María.No habrá nunca nadie más alegre que María,nuestra Madre.Cuando rezamos el rosario le decimos"Causa de nuestra alegría".Y lo es porque es portadora de Dios.Es portadora de la ternura infinita de Dios Padre;es portadora del Amor hasta la muerte de Dios Hijo y es portadora del fuego del gozo del Espíritu Santo.
    No es lo mismo,no,rezar el rosario que no rezarlo.
    Procuremos,en este mes de octubre,mes del Rosario,acercarnos a María a través de esta devoción mariana.La tendremos más presente y Ella como Madre de Amor,atenderá nuestras decisiones,se las presentará a su Hijo y le hablará de nosotros.

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  3. Creo que nadie me contestará a esto, pero me gustaría saber porque razón ayer viernes NO se rezó el Rosario en la Iglesia del Sagrado Corazón de Málaga. Yo estuve allí y sentí algo extraño, una especie de escalofrío, tristeza y algo de miedo. No lo comprendí, y aún no lo comprendo.

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  4. Sin trabajo sujetarás las gentes y te servirán las cosas si te
    olvidares de ellas y de ti mismo .
    No es de voluntad de Dios que el alma se turbe de nada ni que
    padezca trabajos ;que,si los padece en los adversos casos del
    mundo, es por flaqueza de su virtud , porque el alma del
    perfecto se goza en lo que se pena la imperfecta .
    Mira que no te entristezcas de repente de los casos adversos
    del siglo,pues no sabes el bien que traen consigo ordenado en los
    juicios de Dios para el gozo sempirteno de los escogidos .
    SAN JUAN DE LA CRUZ

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  5. FRANCISCA de DIOS5:52 a. m.

    La experiencia que proporciona la fé lleva consigo alegria, paz, felicidad y apunta al sentido más profundo dela vida. Podemosreconocer la presencia Cristo en la Paz. que el mundo no nos puede dar,en la alegria, que nadie nos puede quitar. Quienes creen en Jesús, tienen su alegria plena , porque alegria y paz son una misma cosa. La paz de Jesús, el mundo no la puede dar La paz es una de las señales de la presencia de Cristo resucitado, su saludo más intimo y personal,, LA PAZ con vosotros .

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  6. Javier: tendrás respuesta por vía e-mail, puesto que el asunto es tan reducido que es mejor por ahí.
    Lola y Francisca de Dios: ya sois una respuesta. Dos comentarios que se complementan y complementan. Por ahí va el tema..., cualquier tema que se enfoque en profundidad

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